El reto de producir algo igual al Corán

El reto de producir algo igual al Corán

El reto de producir algo igual al Corán

Autor: Tahia al-‘Ismail, Hayy Abdelhaqq Bewley, Hayy Idris Mears

Los Quraysh, maestros de la poesía y la oratoria en una época que se considera la edad de oro de estas artes, continuaron discutiendo y utilizando toda clase de subterfugios. Mientras tanto Muhammad, que seguía recibiendo la Revelación, enseñaba y ayudaba a la gente a «salir de la oscuridad a la la luz». Les enseñaba formas de comportarse y los principios más elevados jamás conocidos pos sus antepasados.

Les contaba historias de los pueblos antiguos, las historias de los que les había precedido y que habían creído o no creído. El Corán proporcionan información detallada sobre las generaciones anteriores, sobre pueblos que están en los anales de la historia y otros que no lo están, gentes que solo Allah conoce. El Corán no relata estas historias para entretenernos o enseñarnos hechos históricos, sino para enseñarnos la moraleja que se encuentra contenida en ellas. Son historias que se usan como ejemplos para ayudar a la gente a captar su importancia y significado.

La gentes estaba muy interesada en todo ello y se agrupaba en torno a Muhammad para escucharle. Los líderes de los Quraysh se preocupaban cada vez más y, a fin de apartar a la gente del Corán y su gran sabiduría, inventaron una mentira. Al ver que el Mensajero, especialmente considerado con los más desvalidos, se detenía ocasionalmente con un muchacho cristiano muy pobre que se llamaba Yabr, empezaron a difundir el rumor de que Muhammad se sentaba con el chico todos los días y era este quien le dictaba el Corán. En respuesta a ello, el Corán proporciona una prueba clara e infalible.

Ya sabemos que dicen: en realidad es un ser humano el que le enseña. La lengua de a quien se refieren no es árabe mientras que esta es una lengua árabe clara. (16:103)

Los árabes eran expertos en los matices y variaciones de su lengua. No había extranjero capaz de dominar esas sutiles artes literarias, pero el Corán sobrepasaba cualquier cosa que ellos, los maestros del lenguaje pudiese producir. ¿Cómo podría pues ser enseñado por un extranjero? El Corán estaba muy por encima de lo que cualquier hombre podía inventar. Y los versos siguientes muestran el desafío a producir algo similar.

Y si tenéis alguna duda sobre lo que hemos revelado a Nuestro siervo,  venid vosotros con una sura igual; y si decís la verdad, llamad a esos testigos que tenéis en vez de a Allah. Más si no lo hacéis, que no lo haréis, temed el fuego cuyo combustible son los hombres y las piedras, preparado para los incrédulos. (2:23-24)

Pero por mucho que lo intentaron los Quraysh no pudieron inventar nada parecido. De hecho, en los últimos catorce siglos nadie ha sido capaz de hacerlo.  El mismo Corán indica esta situación en las aleyas siguientes:

Si hubiese venido de otro distinto a Allah habrías encontrado muchas incongruencias. (4:135)

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