Entender la ciencia y la tecnología desde una perspectiva islámica – parte 2 de 2

Autor: Fethullah Gülen

Continua a partir de la parte 1 de 2

creacion

Lo que queremos decir con el amor por la verdad es aproximarse a la existencia sin ninguna consideración de ventaja material, ganancia mundana y observar y reconocerla como realmente es

Es el amor por la verdad que da la verdadera dirección a los estudios científicos. Lo que queremos decir con el amor por la verdad es aproximarse a la existencia sin ninguna consideración de ventaja material, ganancia mundana y observar y reconocerla como realmente es. Mientras que aquellos que están equipados con tanto amor pueden por todos los medios alcanzar el destino final en sus estudios, aquellos que están infectados con las pasiones mundanas, las aspiraciones materiales y los prejuicios y el fanatismo ideológicos, y que no pueden desarrollar ningún amor por la verdad, no tendrán éxito en sus estudios o, peor, desviarán el rumbo de los estudios científicos y harán a la ciencia un arma mortal para ser usada contra los mejores potenciales de la humanidad.

Por lo tanto, los intelectuales, las instituciones educativas y los medios de comunicación tienen una tarea vital que emprender por el bien de la humanidad, liberar a los estudios científicos modernos de la atmósfera letalmente contaminada por las aspiraciones materialistas y el fanatismo ideológico, y dirigir a los científicos hacia los valores humanos más elevados. La primera condición para dirigir los estudios científicos en ese camino es liberar a las mentes de las supersticiones y el fanatismo ideológicos y purificar las almas de la suciedad de pretender las ganancias y ventajas mundanas. Esta es también la primera condición de asegurar la verdadera libertad de pensamiento y hacerle bien a la ciencia. Habiendo hecho guerras durante siglos contra el «clero» y las concepciones corruptas formadas en nombre de la religión, y habiéndolos culpado de regresión, estrechez mental y fanatismo, los científicos mismos deberían tratar de quedar libres de ser el blanco de las acusaciones comparables.

No hay diferencia entre el despotismo intelectual y científico que surge del interés, la búsqueda de poder, el fanatismo ideológico y «científico» y el razonamiento restrictivo a causa de las concepciones religiosas corruptas y distorsionadas y el dominio de un clero. El Islam, como se puede ver claramente en numerosos versículos del Corán, estimula el estudio de la naturaleza, que ve como un lugar de exhibición de las obras Divinas; estimula la reflexión sobre la creación y lo creado, aproximándose responsablemente, sin hacer daño ni causando corrupciones en el mundo. Estudiado sin prejuicios y conceptos anticipados, el Corán aparecerá, como es en realidad, promoviendo el amor por la ciencia, por la humanidad, la justicia y el orden. Fundado sobre el Corán, el Islam ha fundado el conocimiento y la búsqueda por él con la intención de descubrir el sentido de la existencia para llegar al Creador y ser beneficioso para todos los seres humanos, realmente para toda la creación, y combinado con la creencia, el amor y el altruismo. Esto es lo que aprendemos del Corán, como así también de la vida ejemplar del Profeta Muhammad, y la conducta de muchos que lo han representado perfectamente en el pensamiento y la acción.

Así que, como se señaló arriba, no hay razón para que el hombre le tema a la ciencia. Reconocemos que algunos actos planeados basados en el conocimiento algunas veces pueden dar malos resultados, pero es cierto que la ignorancia y la desorganización siempre dan malos resultados. Por esta razón, en lugar de oponerse a los productos de la ciencia y la tecnología, es necesario usarlos para traer la felicidad al hombre. Aquí dentro yace la esencia del problema más grande de la humanidad. Simplemente no es posible tomar medidas contra la era espacial o detener la fabricación de bombas atómicas o de hidrógeno.

Dado que la ciencia podría ser un arma letal en las manos de una minoría irresponsable, no obstante deberíamos adoptar a la ciencia con sus productos para fundar una civilización en donde el hombre sea capaz de asegurar su felicidad en este mundo y el próximo. Es inútil maldecir la máquina y las fábricas, porque las máquinas seguirán andando y las fábricas operando. Así que demasiada ciencia y sus productos no dejarán de ser perjudiciales para la humanidad hasta que los hombres de verdad y creencia asuman la dirección de las cosas y los acontecimientos.

La humanidad nunca ha sufrido daño de un arma en las manos de los ángeles. Todo lo que ha sufrido ha venido de las almas ambiciosas que sólo creen que el poder está bien. Esta situación seguirá hasta que la humanidad construya un mundo sobre la base de la fe y la ciencia.

Fuente: http://www.svida.com/

Publicación relacionada