Por: Jinan Yousef
Él es Al-Halim
¿Cómo te sentirías si te descubren haciendo algo que no está bien, pero la persona que te pilla lo deja pasar y ni te castiga ni te avergüenza? Hay una mezcla de vergüenza, alivio y gratitud. Si amas a la persona a la que desobedeciste, en general muchos jurarían no volver a hacerlo nunca más ya que no querrían aprovecharse de su bondad.
Allah subhanahu wa ta`ala está por encima de cualquier analogía, pero ese es nuestro estado con nuestro Señor cada día. Constantemente miramos, escuchamos y hacemos cosas que sabemos que no deberíamos. Pero Allah conoce nuestro estado, y en muchas ocasiones nos da una prórroga. Él es Al-Halim, el Indulgente/Benevolente.
Al-Gazhali define el nombre de Allah Al-Halim como “Aquel que observa la desobediencia del rebelde y ve la oposición de su mandato, sin embargo no le incita el enfado ni la ira le apodera, ni la prisa ni la imprudencia le mueven hacia una venganza, aunque ciertamente Él es capaz de hacerlo”.
Allah dice en el Corán:
“Si Allah tomara en cuenta lo que los hombres se buscan, no dejaría sobre su superficie un solo ser viviente; sin embargo los demora hasta un plazo fijado. Pero cuando les llega su plazo… Realmente Allah ve a Sus siervos”. (Fatir 35:45)
¿por qué aplaza el castigo?
Si volvemos a la situación hipotética anterior, una persona puede aplazar el castigo porque en ese momento esté débil, no tenga fuerzas para actuar, pero Allah es Al-Qawiy: Él es el Más Poderoso y Él puede hacer lo que desee. Y entonces, ¿por qué aplaza el castigo?
Como seres humanos apreciamos la paciencia. Apreciamos que nos den oportunidades para rectificar antes de ver las consecuencias de nuestras acciones. Si hubiese una regla de que te detendrían si no haces tus deberes, ¿no estarías agradecido de que tu profesor te lo dejara pasar? ¿Y si un policía te pilla por exceso de velocidad, pero no te multa? Muchos de nosotros nos sentiríamos aliviados y nos aseguraríamos de no volver hacerlo. La prórroga que nos da Allah es para que nosotros nos demos cuenta y nos volvamos a Él. Y debemos ser agradecidos por este atributo.
Imagina que se nos castigara por cada error que cometemos, ¿cuántos castigos tendríamos en un día? Lo bello de este Nombre es que no solo concierne a los castigos, sino también a escribir las malas acciones que hacemos.
Muchas veces damos por hecho que no vemos las consecuencias de nuestras acciones. Quizás pensamos que lo que hacemos no es para tanto, aun sabiendo las órdenes claras de lo que sí debemos hacer y de lo que no, por lo que a veces necesitamos que nos despierten. Aunque seamos castigados en esta vida, esto no debe hacer que nos desanimemos, ya que Allah es Justo, y Sus castigos son una misericordia.
Allah nos cuenta en la Surat al-Qalam la historia de un hombre que dejaba que su jardín lo usaran los pobres, pero cuando murió, sus hijos quisieron recoger la cosecha antes que los pobres:
“Les hemos puesto a prueba como hicimos con los dueños del vergel cuando juraron que recogerían sus frutos de amanecida. Pero no manifestaron ninguna excepción*. Y de noche, mientras dormían, un visitante de tu Señor cayó sobre él. Y amaneció como la noche oscura. Y cuando amanecieron se avisaron unos a otros. Id temprano a vuestro sembrado si habéis de recoger la cosecha. Y partieron diciéndose en voz baja: Hoy no entrará a costa nuestra ningún mendigo en él. Y salieron de mañana sintiéndose seguros en su propósito, pero al verlo dijeron: ¡Nos hemos perdido!*. Pero no, lo hemos perdido todo. Dijo el más razonable de ellos: ¿No os dije que glorificarais? Dijeron: ¡Gloria a nuestro Señor! Realmente hemos sido. Y comenzaron a hacerse reproches unos a otros. Dijeron: ¡Ay de nosotros! Hemos desobedecido. Quizás nuestro Señor nos dé en su lugar algo mejor; a nuestro Señor suplicamos. Así es el castigo; pero el castigo de la Última Vida es mayor, si supieran”. (Al-Qalam 68:17-33)
El castigo de esta vida, hizo que se dieran cuenta de su error. Si Allah les hubiese dejado hacer lo que quisieran, tendrían entonces que hacer frente a un ajuste de cuentas mayor que ese. Lo importante es que nos volvamos a Allah. Allah es Al-Halim para que nosotros volvamos a Él. Pero cuando nos aprovechamos de ese Hilm, nos tienen que despertar y hacernos conscientes. Y todo esto es por la Misericordia de Allah.
Dejar pasar los errores de otros
Hay algunos nombres de Allah que están reservados para Él únicamente, como Al-Jaliq (el Creador). Pero otros pueden usarse para describir a humanos también, como Rahim (misericordioso) tal y como describe Allah al Profeta, la paz sea con él, en el Corán. Al-Halim es también uno de estos atributos. Allah dice en el Corán sobre Ibrahim, la paz sea con él:
“…Verdaderamente Ibrahim era suplicante y halim”. (At-Tawbah 9:114)
Si queremos que Allah pase por alto nuestros errores, tenemos que ser capaces de dejar pasar los errores de otros. Y esto especialmente concierne a lo que dejamos que avive en nuestro corazón. Podemos creer que estamos siendo benevolentes por no reaccionar a algo, pero el hecho de dejarlo pasar y luego explotar a la siguiente vez, eso no es benevolencia. Tener benevolencia quiere decir que lo dejamos pasar una, dos y hasta tres veces dependiendo de la situación. Pero si la persona sigue cometiendo la acción errónea es entonces cuando le llamamos la atención, pero por la causa de Allah. Eso significa que llamamos a la persona la atención para que se vuelva a Allah, para que se dé cuenta de que sus acciones tienen consecuencias.
Pedimos a Allah que nos haga de aquellos que tienen benevolencia, y de aquellos que reconocen la benevolencia de Allah hacia nosotros, y hacer que al darnos cuenta nos volvamos a Él. Amin.
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Traducido del ingles con algunas modificaciones por el Equipo Editorial.
Fuent: http://www.virtualmosque.com/personaldvlpt/character/al-haleem/