Autor: www.way-to-allah.com
Habría mucho que decir si uno quisiera seguir, paso a paso, el progreso del pensamiento musulmán en el campo de la filosofía. Aquí sólo podemos dar un perfil general de la obra de los pensadores musulmanes en cuanto a la influencia que ejerció sobre la evolución de las ideas filosóficas de occidiente.
La especulación filosófica comenzó muy temprano en el mundo del Islam. Hubo un tiempo en que unos escritores tendenciosos se agruparon para negar completamente la filosofía musulmana. Afirmaban que cualquier doctrina en desacuerdo con el contenido del Corán o que proyectase alguna duda sobre sus principios religiosos no hubiera tenido ninguna oportunidad de desarrollarse en el ambiente intolerante del Islam.
Hasta no hace mucho tiempo, los textos históricos todavía enseñaban a los escolares que cuando los árabes conquistaron Egipto, el Califa Omar mandó destruir la famosa biblioteca de Alejandría porque: «Si los libros que hay dentro están deacuerdo con la filosofía islámica, son inútiles; si la contradicen son perjudiciales».
Nadie que posea el más mínimo conocimiento sobre la materia presta atención a tales afirmaciones, frente a las que se levantan amplias pruebas de lo contrario.
No sería ni justo, ni cierto, relegar el pensamiento musulmán al papel de un humilde asistente de la filosofía griega. La especulación filosófica árabe data del primer siglo de la era musulmana y aparece primero en relación con la teodisea del Islám.
Con la expansión y la asimilación de las obras de la anitguedad, el pensamiento musulmán se hace más complejo y más sutil.
En el tercer siglo de la Hégira, bajo Al Kindy, fue fundada la Escuela musulmana de escolástica. Está estrechamente relacionada con la tradición helenística y en ella predominan las tendencias neoplatónicas. Varios escritores de esta Escuela se encargaron de la tarea de reconciliar a Platón y Aristoteles y de ponerles en la misma linea que la religión revelada. Los más ilustres de estos escritores son Al Farabi (el Avicena, a quien debemos un tratado de gran espiritualidad y nobles sentimientos titulado: La ciudad perfecta), Ibn Badja, Ibn Tufayl e Ibn Ruchd (Averroes).
Hoy en día nadie niega que la ecolástica cristiana tomó como base los escritos de estos árabes. En filosofía, como en ciencia, el pensamiento musulmán fue un elabón indispensable entre el pensamiento de la antigua edad y la especulación moderna.
«Es un hecho muy claro que el Islam logró reconciliar el monoteísmo, que es la principal contribución del antiguo mundo semítico, con la filosofía griega, que era la contribución primaria del antiguo mundo indoeuropeo» (Jacques C. Riesler).
Desde luego, debemos recordar que en el mundo de la meditación filosófica, la escolástica forma solamente una parte del pensamiento musulmán, menos importante y ciertamente menos original que el movimiento de ideas producido por grupos teológicos.
En filosofía, como en ciencia, los pensadores musulmanes mostraron una curiosidad intelectual que abarcaba todo. Todos los problemas sobre las causas primarias que se presentaron a la mente del honbre, todas las formas de meditación filosófica que van del emprisísmo más positivo al misticismo más elevado, pasando por etspas inermedias de escepticísmo y racionalismo, encuentran su expresión en una multitud de escuelas filosóficas. Si nos paramos a examinar la escolásticas musulmana más detalladamente, es porque la influencia de sus principales representantes sobre la filosofía religioso y laica fue particularmente importante en la Europa de la Edad Media. Avicena y Averroes alcanzaron tal renombre en Occidente, que su fama superó en mucho la adquirida en Oriente, donde eran conocidos principalmente como médicos.
La importancia de Avicena, que es considerado por algunos como el punto culminante de la historia intelectual de la Edad Media, se basa en el carácter enciclopédico de su trabajo. Ya hemos hablado de su eminente posición en la historia de la medicina. Desempeño un papel no menos importante en la ciencia y la filosofía. Estableció un sistema científico que duró varios siglos. Como principal representante del escolasticismo formuló por completo esta filosofía y le dio toda su amplitud de miras.
La influencia de Avicena en el pensamiento filosófico occidental fue inmensa. «No hay ni una sola tesis de nuestros filósofos medievales que no examine sus relaciones con la filosofía de Avicena. Y cuando más profundamente se examina ésto, más claramente se ve que Avicena no fue sólo una fuente de la que todos bebieron libremente sino también una de las principales influencias formativas de sus pensamientos». (A.M. Goichon: La filosofía de Avicena y su influencia en la Europa medieval. Ediciones Adrien Maisonneau, París).
Alberto Magno la tomó como modelo, aunque luchó contra la filosofía árabe en general y Renan en su trabajo «Averroes y el averroismo», no dudó en afirmar que el maestro de Santo Tomás, que estaba muy influido por Averroes, no era un desconocido del pensamiento aviceno. El Papa Juan XXII, antes de subir al trono pontíficio, «enseñaba una teoría del conocimiento, en la que Avicena sustituía a Aristoteles».
Guillermo de Auvergne, Alejandro de Hales y muchos otros, aprendieron de la misma fuente. Averroes, cuyo nombre es una distorsión de Abdul Walid Mohammad Ibn Ruchd, tuvo aún más éxito en Occidente que el propio Avicena. Por sus comentarios sobre Aristóteles adquirió una fama inigualable para cualquier otro autor musulmán.
El Reverendo Padre Asín Palacios, que ha realizado profundos estudios sobre el averroismo teológico de Santo Tomás y que de ninguna manera clasifica a Averroes con los averroistas latinos, toma varios textos del filósofo cordobés y los compara con textos del «doctor angélico» (Miguel Asín Palacios: El averroismo teológico de Santo Tomás de Aquino, Huellas del Islam, Madrid, 1941).
En 1240, Guillermo Auvergne, entonces Obispo de París, mando que censuraran varias escrituras teñidas de arabismo. En 1269, Etianne Tempier, Obispo de PArís, confirmó esta sentencia. No obstante, esta censura no pudo aplastar el movimiento.
La filosofía árabe continuó desarrollándose. De hecho, Siger de Barabant, que está considerado como el fundador del movimiento que llamamos «averroismo latino»o «averroismo cristiano», estuvo enseñado en la Universidad de París entre los años 1266 y 1277.
En el año 1277 el Papa ordenó una nueva investigación cuyo resultado fue la prohibición de 219 escritos considerados subversivos.
Expulsado de la Universidad y obligado a comparecer ante la Santa Inquisición, Siger fue condenando a cadena perpetua. Pero a pesar de todas estas medidas, el averroismo continuó ganando terreno.
El movimiento de ideas efectuado por Averroes fue tan extenso y las críticas de su trabajo tan contradictorias, que es necesario un considerable esfuerzo para comprender la verdadera personalidad del filósofo. Hay frecuentemente una laguna entre el pensamiento original del comentador y las ideas que se le han atribuido. Debería hacerse una clara distinción entre ambas.
No podemos realizar tal tarea sucintamente. Esperamos que, sin embargo, quede claro que Averroes prevaleció sobre la filosofía Occidental durante varios siglos, que sus doctrinas incluso distorsionadas y disfrazadas, – tanto por los entusiasmados seguidores como por sus implacables oponentes -, revolucionaron el pensamiento de la élite intelectual de Europa y contribuyeron a la liberazión del pensamiento occidental de ciertos impedimentos limitativos.
Fuente: http://www.way-to-allah.com/