Aproximarnos al Origen

Allah ha bendecido a cada uno de nosotros con cosas que podemos dar, de muchas maneras.

Allah ha bendecido a cada uno de nosotros con cosas que podemos dar, de muchas maneras.

Por: Noha Gomaa

El otro día pasé frente a mi universidad, y vi que iba a haber una donación de sangre ya que había muchos carteles y posters animando a la gente a donar su sangre. La campaña era tan grande que, al igual que otra publicidad, acabe no echándole cuenta.

Pero, el día de la donación, me entró mucha curiosidad. Me di la vuelta y decidí ir a ver lo que pasaba detrás de la puerta del centro donde se organizaba la donación. Vi a unas cuantas personas tumbadas, cada una con una aguja en el brazo y con el puño cerrado. Al lado, una bolsa que recibiría hasta un litro de su preciosa sangre.

Algunos de los donantes parecían cansados, pero aún así había una energía de paz y calma que emanaba de ellos, la podía sentir desde donde me encontraba. Pregunté a una de las chicas que iba a donar que cuánto duraba el proceso, y me respondió: “15 minutos”. Esto significa, que con tan solo 15 minutos pueden dar su sangre y salvar potencialmente hasta 3 vidas.

Me quedé allí un rato reflexionando sobre el hecho de que algunos iban a dar su sangre para  salvar la vida de otros. Me preguntaba cómo era físicamente posible sacrificar una parte esencial de nuestro ser, algo que circula por todo nuestro cuerpo y alimenta cada célula y cada órgano, sin que dañe nuestro organismo. La sangre es la base de nuestra vida, es lo que nos permite funcionar, sobrevivir. No obstante, gente como tú y yo están dando su sangre para otros, muchas veces a lo largo de su vida en el caso de algunos.

Entonces me di cuenta de como Allah, subhanahu wa ta’ala, nos da en abundancia, ya que es el Más Generoso. Así pues, tenemos más sangre de la que nos hace falta para funcionar y sobrevivir, y es cierto que poco después de dar un poco de sangre, nuestro cuerpo vuelve a fabricar sangre para compensar lo que hemos dado.

Pero entonces, ¿por qué tenemos más sangre de la que necesitamos?

Es cierto que nos da también muchos otros regalos: un hogar, dinero, comida, agua, ropas, tiempo, salud, etc.Y de la misma manera que algunos de nosotros son capaces de dar un poco de su sangre sin arriesgar su salud, podemos también dar de nuestro dinero, de nuestro tiempo, de nuestras ropas o bien de nuestra comida sin que nos impide funcionar plenamente.

Solemos pensar que todos tienen lo que tenemos, y a veces no nos damos cuenta de la suerte que tenemos. Pero en realidad, para el que acaba de tener una grave herida en un accidente de coche, o para el que está combatiendo un cáncer, este extra litro de sangre que podemos dar es vital, literalmente.

Del mismo modo, esa chaqueta que guardamos en el armario sin utilizarla, esa comida que tenemos extra, y que acabará pudriéndose en el frigorífico, o el tiempo que pasamos sin hacer nada en frente de la televisión: estos son elementos de los cuales alguien tendra una gran necesidad.

La respuesta a la pregunta que me hacía se hizo clara: Allah es el Más Generoso y nos enseña la importancia de dar. Dice en Su Libro:

Gastad de la provisión que os damos antes de que le llegue la muerte a cualquiera de vosotros y diga: ¡Señor mío! Si me dieras un poco más de plazo, podría dar con generosidad y ser de los rectos. (Al-Munafiqoon 63:10)

Allah ha bendecido a cada uno de nosotros con cosas que podemos dar, de muchas maneras. Quizás basta con ayudar a una señora mayor a que cruce la calle con su compra del día.

Me recuerda en estos momentos que lo que tenemos en realidad no es el fruto de nuestro trabajo, ni una suerte. Es todo por Allah:

Suyo es cuanto hay en los cielos y en la tierra, lo que hay entre ambos y lo que hay bajo el suelo. (Taa-Haa 20:6)

Cuando somos consciente de ello, entendemos que no somos más que herramientas, medios que Allah utiliza para ayudar a los demás.

Si Allah es el Más Generoso, el origen de toda generosidad, ¿qué mejor camino podemos encontrar para entrar en El Jardín, que ser generosos?

Cuando salí del centro pregunté a una mujer, que se recuperaba disfrutando de un zumo, cómo se sentía al haber dado su sangre, me respondió: “He sangrado para ayudar a otra persona, alguien que nunca conoceré pero alguien que quizás tendrá su vida a salvo en parte gracias a mí. Esto ya es suficiente para hacerme feliz”.

Esta mujer seguramente no es musulmana. Quizás no entiende el poder de su generosidad. Pero me enseñó algo: me enseñó que quizás estamos todos atraídos hacia los atributos de Allah, seamos conscientes de ello o no. Nos hace feliz acercarnos a ellos, practicarlos. Al hacerlo nos acercamos al Origen de todo, nos acercamos a Nuestro Señor, Allah, el Más Grande.

Allahu Akbar.

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traducido del Ingles por Equipo Editorial

Fuente: http://www.virtualmosque.com/personaldvlpt/reflections/reaching-the-source/

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