Por: Prof. Dr. Ahmad Muhammad Al-Tayyib/Redacción
Este argumetno de la perfección y disciplina del universo se basa en dos fundamentos.
El primer fundamento viene dado por la observación del movimiento del universo y el funcionamiento minucioso y con extrema meticulosidad en todos su niveles y aspectos superiores e inferiores. Así, tanto si hablamos del hombre, las plantas, los animales, la tierra o los planetas, como de la célula, el átomo y las galaxias, nos daremos cuenta de que en su diseño existe una esmerada armonía y una exactitud que arrebatan y se adueñan de las mentes.
Al mismo tiempo nos percatamos de que esta extrema meticulosidad del universo está destinada al cuidado del hombre dándole máxima primacía. Es decir, el universo entero se ha ajustado a un sistema que está en perfecta armonía con la vida del hombre y su existencia.
El Sagrado Corán afirma en más de una que ha sometido y subordinado al hombre lo que hay en los cielos y en la tierra y que dicha subordinación conlleva la responsabilidad de prestarle el máximo cuidado e interés.
Es cierto que hemos honrado a los hijos de Adam. Los llevamos por la tierra y por el mar, les damos cosas buenas como provisión y les hemos favorecido con gran preferencia por encima de muchas de las criaturas. (El viaje nocturno, 17:70)
El segundo fundamento es la implicación racional que exige la existencia de un supuesto actor y organizador de este minucioso diseño que está pensado para el bien y el cuidado del hombre. Es decir, no se acepta racionalmente que todo esto haya surgido por sí solo de la nada o que haya sido fruto de la arbitrariedad o mera casualidad.
Averroes opina que este argumento, junto con otro que denomina “la invención”, es el camino al que alude el Sagrado Corán y en el que se basaron los compañeros del Profeta, que Allah esté complacido con ellos. Es más, es un argumento inteligible para toda la gente en sus diferentes niveles de inteligencia, ciencia y conocimientos. En este mismo contexto, Averroes a proporcionado ejemplos de la concordancia, armonía y subordinación de todos los seres existentes a la a existencia del hombre, con lo que se refiere a la noche, la mañana, el sol, la luna, las cuatro estaciones, así como la supeditación de los animales, las plantas, las lluvias, los ríos, los mares, etc. Unido a esto, Averroes compendió las concomitancias presentes en el universo referentes a la unicidad de los cuatro elementos que lo integran, esto es, la tierra, el agua, el fuego y el aire (Averroes, La búsqueda de los métodos de los argumentos).
Además de esto, la física y las matemáticas han demostrado en numerosas ocasiones, y lo siguen haciendo, que es matemáticamente imposible la existencia de este universo sin la acción de un Creador.
Fuente: Fuente: Extracto del libro «Los Fundamentos del Islam» por el autor. Traducido por Equipo de traductores de Al Azhar. Editado por Truth Seeker