Por: Redacción
Ayunar es uno de los principales actos de adoración realizados por los seguidores de todas las religiones, especialemtne las abrahámicas. Los seguidores de cada religión tienen su propia forma de ayuno, aun así, tienen muchas prácticas y creencias comunes.
La sinceridad es esencial y un ejemplo de esto, observamos que todas las religiones divinas hacen hincapié en la importancia de la sinceridad con respecto al ayuno y si prohíben presumir de la adoración que cada uno hace en general, del ayuno en particular.
El ayuno en el Islam y el cristianismo
El Nuevo Testamento ordena a los cristianos ocultar su ayuno y hacerlo con la única intención de que sea por Dios, y les dice que recibirán una recompensa por ello. En la Biblia, leemos los siguientes versículos:
“Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. (Mateo 6: 16-18)
En la práctica islámica, ayunar es el único acto de culto con le que no se puede presumir, puesto que a diferencia de la oración, por ejemplo, no puede ser visto ni supervisado. Ibn Shihab, transmitió que el Profeta Muhámmad (la paz sea con él) dijo:
“No hay alarde en el ayuno” (Al-Bayhaqi).
El Profeta Muhámmad citó a Dios diciendo:
“Todo acto del hijo de Adam es para él, excepto el ayuno, que es (exclusivamente) para mí, y yo le recompensaré por ello” (Al-Bujari y Muslim).
En una narración de Muslim, el Profeta Muhámmad continuó:
“La recompensa de todos los (buenos) actos de una persona se multiplica de diez a setecientas veces. La recompensa de observar el ayuno es diferente de la recompensa de otras buenas acciones: el ayuno es para mí, y solo Yo daré su recompensa. Quien ayuna se abstiene de comer y beber solamente por Mí”.
De acuerdo a las tres religiones abrahámicas, el ayuno tiene un estatus especial, es más, solo es válido si no está asociado con la realización de otros actos de culto y de la abstinencia de ciertos actos y declaraciones prohibidas.
Por ejemplo, durante el ayuno se debe evitar aun más la maldad y la opresión. Además, se debe alimentar al hambriento, se debe acoger a los pobres y cubrir la desnudez.
El Antiguo Testamento nos dice que el ayuno durante el cual se busca el placer del hombre y los trabajadores están oprimidos no es válido. También se establece que si una persona se pelea en ayunas o pelea con los demás, no será capaz de hacer llegar sus súplicas al cielo y por eso su ayuno no será aceptado por Dios.
En la Biblia, leemos:
“¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.
He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.
¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?
¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?
¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?” (Isaías 58: 3-7)
La escritura islámica nos hace saber que durante el ayuno el hombre no debe buscar su propio placer. Más bien, debe buscar solamente el placer de Dios y contener sus propios placeres sensuales, absteniéndose de comer, beber o mantener relaciones sexuales. Estas acciones solo están permitidas por la noche, entre la puesta y la salida del sol.
En el Corán, Dios dice:
Y comed y bebed hasta que, del hilo negro (de la noche), distingáis con claridad el hilo blanco de la aurora… (Al-Baqarah 2: 187)
En lo que a la maldad, la opresión, las peleas y las luchas se refiere, el profeta Muhámmad hizo evidente que una persona que ayuna no debe caer en un lenguaje obsceno ni levantar la voz. Incluso si alguien le insulta o trata de pelear con él, debe decir: “Estoy ayunando”.
El Profeta Muhámmad dijo:
“El ayuno es un escudo. Cuando alguno de ustedes esté ayunando, que, además de no caer en un lenguaje obsceno no levante la voz; y si alguien le insulta o trata de pelear con él, debe decir: ‘Estoy ayunando’”(Al-Bujari y Muslim).
Parte del ayuno del mes de Ramadán consiste en compartir la provisión con todo aquel que la necesite. Es más, al final del mes hay una limosna especial que es obligatoria para todo musulmán, excepto lo más destituídos, que se llama Zakat al Fitr.
Ibn `Umar relató que el Mensajero de Dios (la paz sea con él) estableció el Zakat al-Fitr de Ramadán en la cantidad de un Saa` (una unidad de medida que equivale a tres kilogramos) de dátiles o un Saa` de cebada tanto para el musulmán libre como para el esclavo, tanto hombres como mujeres, jóvenes y viejos, y se les ordenó que se le diera antes de que la gente saliera a orar (la Oración de la fiesta al final del Ramadán)”.
Por otra parte, alimentar a los hambrientos sirve como expiación para los musulmanes que no pueden ayunar por razones válidas.
En el Corán, Dios dice:
Y los que pudiendo ayunar (no lo hagan o interrumpan su ayuno) que alimenten, como exención, a unos pobres. (Al-Baqarah 2: 184)
En cuanto a acoger a los pobres sin techo, ayudar a quien lo necesita y cualquier otro acto de caridad, se recomienda a los musulmanes hacer tantas obras de caridad como sea posible durante todo el Ramadán. Se ha transmitido que el Profeta Muhámmad (la paz sea con él) fue el más generoso de todas las personas, y acostumbraba a alcanzar la cima de la generosidad en el mes de Ramadán, cuando conoció al Ángel Gabriel.
Gabriel solía encontrarse con él todas las noches de Ramadán para enseñarle el Corán. El Profeta Muhámmad (la paz sea con él) cuando Gabriel se reunía con él era aún más generoso que el fuerte viento incontrolable (en la preparación y la rapidez de hacer obras de caridad) (Al-Bujari).
Ayunar en el judaísmo
El ayuno judío, llamado ta’anit, taanis o taʿanith, fue practicado por los judíos antiguos en épocas de peligro o desastre, como muestra de arrepentimiento y para evitar la ira de Dios. Las comunidades judías modernas realizan el ayuno el día que ellos llaman de Yom Kippur, durante veinticuatro horas. Para éstos, el ayuno se entiende como un acto de arrepentimiento, una expresión de lamento y como una súplica.
“Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día será segregada de entre su pueblo. Toda persona que hiciere cualquier clase de obra en este mismo día, Yo destruiré a tal alma de entre su pueblo. Ninguna clase de obra habéis de hacer; estatuto perpetuo será en todas vuestras generaciones y en todas vuestras moradas. Día de descanso solemne será para vosotros en el cual afligiréis vuestras almas. A los nueve días del mes, por la tarde, de tarde a tarde, celebrareis vuestro día de descanso.” Lev. 23:29-32
A diferencia del Judaísmo, en el Islam, ayunar no se considera un acto de arrepentimiento ni una expresión de lamento, sino un de las acciones más elevadas de adoración que puede llevar a cabo el ser humano para alcanzar cercanía con Dios y para purificar su alma. Al revés del Judaísmo, En el Islam la llegada del mes de Ramadán es un motivo de alegría y una oportunidad para acercarse a Dios.
El ayuno en el Budismo
El ayuno es observado en prácticamente todas las modalidades del budismo, en algún momento del año. Está considerado como una forma de purificación y constituye una de las etapas en el camino hacia el autocontrol.
«Monjes, yo me abstengo de comer en horas de la noche. Al hacer eso, estoy libre de dolencias y aflicciones, y disfruto de buena salud, fuerza y una morada confortable. Venid, monjes, y absteneos de comer en horas de la noche. Al hacer eso, también estaréis libres de dolencias y aflicciones, y disfrutaréis de buena salud, fuerza y una morada confortable”. MN 70 {10M.2.10} Kitagiri Sutta – Discurso en Kitagiri. 174, 2.
El Budismo es una religión que probablemente tuvo su inicio con un Profeta enviado por Dios (puede que se llamase Buda) y que después sus seguidores corrompieron la creencia, y le hiciesen a él Dios (como pasa en el cristianismo) y le añadiesen copartícipes.
Conclusión
Como hemos visto ayunar es un práctica común a casi todas la religiones, y, ciertamente, a todas las religiones abrahámicas. Pero en ninguna tiene la forma perfecta ni la recompensa y beneficio que tiene en el Islam.
En el Islam el ayuno de Ramadán borra todas la faltas pasadas. Dijo el Profeta Muhammad, que la paz sea con él:
Quien ayune el mes de Ramadán debido a su creencia y buscando la recompensa, todas sus faltas pasadas serán borradas. (Sahih Muslim)
Además, nos puerifica espiritualmente, no sensibiliza con los más necesitados y nos acerca a Allah, entre otras muchas cosas. El ayuno en el Islam recoge y amplia los benficios de todas las otras religiones.
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Referencias:
1- El Corán (Sahih Internacional de la Traducción)
2- Sahih Al-Bujari
3- Sahih Muslim
4- Sunan Al-Bayhaqi
5- La Santa Biblia (Visita biblegateway.com)
6- Kitagiri Sutta
7- Lev. 23:29-32