Por: Equipo Editorial
(puedes leer la primera parte aqui)
La recopilación del Corán
Abu Bakr, el primer Califa de los musulmanes, ordenó que se organizara un comité, bajo la dirección de Zaid bin Thabit, para recopilar todas los escritos del Corán que se encontraban esparcidos por todo el territorio musulmán. Debido a la enorme responsabilidad que suponía solo aceptaba textos del Corán escritos en presencia del Profeta, la paz sea con él, y tenía que haber dos testigos que lo atestiguasen.
Estos fragmentos del Corán que se recopilaban se comparaban con la recitación del Corán de alguien que lo conocía de memoria para así asegurarse que no había discrepancia entre las versiones oral y escrita. Cuando se completó la tarea, un libro con todos los versos recopilados, fue presentado a Abu Bakr, el cual lo guardó en los archivos de la joven nación musulmana de Medina. Se puede asegurar por lo tanto que esta copia que Abu Bakr tenía coincidía en su totalidad con las palabras exactas que el Profeta Muhammad, la paz sea con él, había dicho. Debido al gran número de personas que sabían el Corán de memoria en Medina, su hubiese habido discrepancias, la gente de Medina hubiese planteando el problema. Aun así, no hay registro de ninguna oposición al proyecto de Abu Bakr y su resultado.
Los Qiras
En el califato de Uzman (644-656), un nuevo problema surgió en la comunidad de Medina: la pronunciación. Durante la vida del Profeta, la paz sea con él, el Corán fue revelado en siete dialectos (qiras) diferentes. Los dialectos se diferenciaban a la hora de pronunciar una palabra o letra, pero el significado general no cambiaba. Fue dicho por el Profeta, la paz sea con él, y hay numerosos ahadiz que confirman la autenticidad de los siete dialectos registrados en la recopilación de ahadiz de Bujari y Muslim. La razón por la cual había varios dialectos en el Corán fue para que fuese más fácil de entender para las diferentes tribus de la Península Arábiga.
Durante el mandado de Uzman, la gente que se unía al mundo musulmán de sitios como Persia, Azerbaiyán, Armenia, o el Norte de África empezaban a aprender el Corán. El problema surgió en la pronunciación de palabras, ya que ellos oían versos en diferentes pronunciaciones árabes.
Aunque las diferentes pronunciaciones fueron autorizadas por el Profeta, la paz sea con él, y no había habido ningún problema en que la gente lo recitara y aprendiera, conllevó a la confusión entre los nuevos musulmanes no árabes.
La solución de Uzman fue reunir a un grupo de personas que organizarían el Corán según el dialecto de la tribu de los Quraish. El equipo de Uzman (que incluyó otra vez a Zaid bin Thabit) recopiló el Corán en un único libro conocido como Mushaf basado en los primeros manuscritos y la recitación de los mejores recitadores del Corán de Medina.
El Mushaf
Este Mushaf fue comparado con la copia que encargó Abu Bakr, para asegurarse de que no hubiese ningún desacuerdo. Uzman ordenó que se hicieran numerosas copias del Mushaf, las cuales se mandaron a todos los territorios junto con recitadores que enseñarían a la gente el Corán.
Debido a que el Corán estaba recopilado y se reproducía, no era necesario que la gente tuviese los numerosos fragmentos, por lo tanto Uzman ordenó que se destruyeran para que pudiesen causar ninguna confusión en el futuro. Aun así los orientalistas usan este hecho como prueba de que Uzman quiso deshacerse de ciertas discrepancias, y eso es un modo muy simple de abordar el suceso.
Toda la comunidad de Medina, incluyendo muchos de los compañeros del Profeta como Ali ibn Abi Talib, llevaron el plan a cabo gustosamente, y no se tiene registro de ninguna objeción. Si Uzman hubiese eliminado fragmentos, la gente de Medina se habría opuesto o incluso revelado contra Uzman, pero ninguno de los dos casos ocurrió. El Mushaf fue aceptado por toda la comunidad como auténtico y correcto.
El sistema de isnad
Uno de los asuntos más importantes para los primeros musulmanes era la protección del Corán. Y es en el mismo Corán donde se le recuerda a los musulmanes en numerosas ocasiones como los judíos y cristianos corrompieron sus textos, por lo que ahora no se pueden considerar auténticos. Como resultado, los primeros musulmanes desarrollaron un sistema llamado isnad, para asegurarse de que el Corán y los ahadiz no fueran cambiados por el ser humano.
El sistema de isnad enfatizaba el sanad de un expresión en particular. Por ejemplo, en la compilación de ahadiz de Bujari, a cada uno de los hadiz le precede una cadena de narradores que va desde Bujari hasta el Profeta Muhammad, la paz sea con él. Esta cadena de transmisión es conocida como sanad. Para asegurarse de que el hadiz es auténtico, cada narrador de la cadena debe ser conocido como fiable, tener una buena memoria, que se pueda confiar en él o ella, y otras cualidades honestas.
Los primeros musulmanes dieron mucha importancia a este sistema para determinar la autenticidad del hadiz así como de los versos del Corán. Si alguien proclamaba tener un verso que no existía en el Mushaf, se estudiaba la cadena de transmisión que la persona declaraba y se determinaba si era auténtico o no. Claramente, cualquiera no podía proclamar versos que tuviesen una conexión con el Profeta, la paz sea con él, según el sistema de isnad. Zaid bin Thabit utilizó una especie de sistema isnad cuando recopiló el Corán durante el califato de Abu Bakr, y la extensión de ese sistema de isnad en las siguientes décadas ayudó a proteger los textos de cualquier modificación.
Y con todo lo comentado en este artículo y en el anterior hemos aclarado por qué el Corán no ha sido alterado desde el tiempo del Profeta Muhammad, la paz sea con él.