Por: Redacción
El Islam es una religión estrechamente relacionada con la enseñanza. Cuando se reveló el Corán, la primera palabra fue iqra– lee, comprende, aprende. En una cueva, a las afueras de Meca, el Ángel Gabriel, apretó el pecho del Profeta Muhammad y le ordenó que leyera. Sin saber leer, el Profeta Muhammad contestó: “No sé leer”. Y entonces se reveló:
¡Lee en el nombre de tu Señor que ha creado! Ha creado al hombre de un coágulo. ¡Lee, que tu Señor es el más Generoso! El que enseñó por medio del cálamo, enseñó al hombre lo que no sabía. (El Coágulo, 96:1-5)
El Profeta Muhammad nunca aprendió a leer ni escribir, a pesar de esto, comprendía la importancia de la alfabetización. A pesar de que la mayoría de los árabes en esa época eran analfabetos, eran muy elocuentes y tenían gran dominio sobre las palabras. Eran grande poetas, narradores y genealogistas con una gran memoria. Era una cultura basada en la transmisión oral. Fomentar la enseñanza fue una progresión natural.
Los musulmanes creen que las palabras del Corán son las palabras literales de Dios, y preservarlas es lo más importante. Desde los primeros días del islam, los compañeros del Profeta, comenzaron a escribir las palabras del Corán. Se escribían en cortezas, huesos, piel de animales y en piedras.
El Islam ofrecía una oportunidad para el respeto y la equidad. El profeta Muhammad sabía que esta nueva nación tendría mejor vida y florecería más si los seguidores estaban educados e instruidos.
Tras la batalla de Badr, la primera batalla contra los tiranos de La Meca, el ejército inexperto musulmán tomó 70 prisioneros. El Profeta Muhammad sabía que la mayoría de los prisioneros estaban instruidos, y les ofreció su libertad a cambio de que enseñaran a leer y escribir a 10 musulmanes.
Los nuevos musulmanes comenzaron a comprender la importancia de aplicar las enseñanzas del Corán en sus vidas. Y entonces, al igual que ahora, la alfabetización permitió que los creyentes pudiesen mirar al planeta que tenían alrededor y reflexionar sobre las maravillas de la creación y la magnificencia del Creador. Los seguidores leían el Corán para acercarse a Dios. Buscaban conocimiento para fortalecer su creencia. Utilizaron este conocimiento para adorar a Dios.
Y para que sepan aquellos a los que se les ha dado el conocimiento que es la verdad que viene de tu Señor, crean en ello y se tranquilicen así sus corazones. Realmente Allah es el Guía de los que creen y los conduce a un camino recto. (La Peregrinación, 22:54)
El Profeta Muhammad animaba a sus seguidores a buscar conocimiento. Dijo que si alguien estaba en el camino de la búsqueda del conocimiento, Allah haría fácil su camino al Paraíso. También mencionó que el conocimiento es uno de los tres bienes que continúan incluso después de la muerte.
Los seres humanos tienen mente e intelecto. Además tenemos la habilidad de racionalizar y la capacidad de aceptar o rechazar información. Dios creó al ser humano con las herramientas necesarias para conseguir conocimiento. Enseñó al padre de todos, Adam, los nombres de todas las cosas. Adam fue instruido en el lenguaje, a usar la información, seleccionar, conseguir las metas y hacer planes. Nosotros, los hijos de Adam, hemos heredado estas habilidades para poder vivir en este mundo y adorar a Dios de la mejor manera.
Y enseñó a Adam todos los nombres (Al Baqarah, 2:31)
Allah os hizo salir del vientre de vuestras madres y no sabíais nada. Y os dio el oído, la vista y un corazón para que pudierais agradecer. (La Abeja, 16:78)
La búsqueda del conocimiento es esencial en el Islam. El profeta Muhammad animaba a sus compañeros a que asistieran a clases y envió a varios de sus compañeros como maestros a tribus y ciudades lejanas. Se sentaba con sus seguidores y les enseñaba las normas del Islam, y escuchaba atentamente, a menudo con lágrimas en sus ojos, la recitación del Corán. El Profeta Muhammad dijo que el mejor de sus seguidores era aquel que aprendía los textos religiosos y los enseñaba.
Los primeros musulmanes establecieron centros de enseñanza donde se enseñaba y aprendían los textos religiosos y las ciencias islámicas. El islam se practicaba en secreto, por miedo a ser maltratados. Sin embargo, se estableció un centro de enseñanza en casa de una persona llamada Akram. Hoy en día, en el siglo 21, en el mundo islámico, los estudiantes van a una facultad llamada Darul Akram (la casa de Akram) como modo de reconocimiento a esa primera escuela.
El Islam tiene en alta estima el conocimiento, la educación y búsqueda intelectual y una alta estima. En la historia del Islam, hay muchos ejemplos de las facultades, universidades, bibliotecas y centros de pensamiento. Los musulmanes establecieron teorías de la educación, se interesaron por el arte y la literatura, escribían planes de estudios y llevaron el concepto de buscar conocimiento a un nivel superior.