Contradicciones de la evolución: la generación espontánea

Pasteur demostró que la generación espontánea es científicamente imposible

Pasteur demostró que la generación espontánea es científicamente imposible

Por: Redacción

¿Cómo explican los evolucionistas la generación espontánea, la existencia de ese primer animal unicelular del que supuestamente evolucionaron todas las formas de vida?

Durante muchos años la idea medieval de la generación espontánea fue la explicación aceptada. Según el diccionario Webster, la generación espontánea es «la generación de vida de la materia inerte… [se toma] de la creencia, ahora abandonada, de que los organismos encontrados en materia orgánica pútrida surgieron espontáneamente de ella»

En pocas palabras, esto significa que bajo las condiciones adecuadas de temperatura, tiempo, lugar, etc., la materia en descomposición simplemente se convierte en vida orgánica.

Esta idea simplista dominó el pensamiento científico hasta 1846, cuando Louis Pasteur rompió completamente la teoría con sus experimentos. Expuso todo el concepto como una tontería total.

Bajo condiciones de laboratorio controladas, en un semi-vacío, nunca ha surgido vida orgánica de la materia muerta en descomposición. La teoría fue abandonada a regañadientes como una teoría científica válida. Hoy en día ningún científico de buena reputación trata de defenderlo de manera demostrable.

Esta es la razón por la que Webster dice que está «ahora abandonado». Nunca se ha podido y nunca se podrá demostrar en el tubo de ensayo. No se observa ningún proceso presente que pueda apoyar la idea de generación espontánea. Obviamente, si la generación espontánea realmente tuvo lugar en el pasado lejano para producir la primera chispa de la vida, debe asumirse que las leyes que rigen la vida tenían que ser completamente diferentes de lo que son ahora. ¡Pero espera un minuto! Esto no funciona tampoco, porque toda la teoría de la evolución descansa sobre la suposición de que las condiciones en la tierra han permanecido uniformes a través de las diferentes épocas.

¿Empiezas a ver el dilema de los evolucionistas para explicar cómo la primera ameba, o mónada, o lo que sea, formó la primera célula de la vida? Si surgió espontáneamente sin ninguna vida anterior, contradice una ley básica de la naturaleza que constituye el fundamento de toda la teoría. Sin embargo, si no cree en la generación espontánea, el evolucionista tendría que reconocer que hay algo más que las fuerzas naturales detrás, en otras palabras, Dios. ¿Cómo superan este dilema?

El Dr. George Wald, de la universidad de Harvard y ganador del Premio Nobel, lo declara de forma críptica y tan honesta como puede un evolucionista:

«Uno sólo tiene que contemplar la magnitud de esta tarea para admitir que la generación espontánea de un organismo vivo es imposible, pero aquí estamos -como resultado, creo yo- de la generación espontánea». Scientific American, agosto de 1954.

Esa declaración del Dr. Wald demuestra una fe mucho mayor que la que un creacionista religioso puede tner. Fíjate que el gran científico evolutivo dice que no podría haber ocurrido. Es imposible. Sin embargo, cree que sucedió. ¿Qué podemos decir de esta clase de fe? Al menos el creacionista cree que Dios fue capaz de dar vida a la existencia. La suya no es una creencia ciega en algo que él admite que es imposible.

Así que esta es la primera contradicción de la evolución con una ley básica de la ciencia. Para sostener la explicación humanista del origen de la vida se debe aceptar la teoría derrocada y no científica de la generación espontánea. Y la gran pregunta es la siguiente: ¿Por qué se oponen tan violentamente a la generación espontánea mencionada en los libros religiosos? En ambos casos se requiere un milagro para la creación. O bien Dios lo hizo por por su Poder, o la naturaleza ciega e ininteligente produjo el acto imposible de Wald. Que cualquier mente razonable contemple las alternativas por un momento. ¿No hace falta más fe para creer que el azar podría producir vida que creer que la inteligencia infinita podría producirla?

¿Por qué el Dr. Wald dijo que era imposible que la vida resultara de la generación espontánea? No es esta una concesión fácil para un evolucionista confirmado. Su exhaustiva búsqueda de una explicación científica terminó en fracaso, como lo ha hecho para todos los demás científicos evolucionistas, y tuvo el coraje de admitirlo. Pero también tenía una fe increíble para creer en ello aunque fuera una imposibilidad científica. Un creyente que confesara tal fe sería etiquetado como ingenuo y crédulo. ¡Qué diferencia hace el manto de la educación superior sobre nuestras mentes fácilmente impresionables!

Más sencilla y dulce es la creencia que acepta el relato inspirado:

Él es Allah, el Uno, el Dominante. ¡Glorificado sea! Ha creado los cielos y la tierra con la verdad. (Sura de los Grupos, 39:4-5)


Fuente: https://www.amazingfacts.org Traducido y editado por Truth Seeker Es

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