Por: Redacción
¿De dónde viene Dios? O ¿Quién creó a Dios? ¿No deberíamos asumir que si existe Dios, debería haber algo antes que Él que le creó?
Estas preguntas presuponen una idea de Dios que no concuerda con un entendimiento correcto, correcto puesto de que tiene sentido, de Dios (en este artículo: ‘¿De qué hablamos cuando hablamos de Dios?’ puedes leer más). Pero tomémolas en cuenta y busquemos una respuesta desde una perspectiva científica.
Estas preguntas suponen que todo, incluido Dios, está sujeto a la limitación del tiempo y el espacio, una suposición que la comunidad científica ha cuestionado y prácticamente descartado desde que Albert Einstein publicó por primera vez su teoría especial de la relatividad en 1905.
Einstein demostró cómo el tiempo y el espacio no son absolutos y que la percepción del tiempo depende del marco de referencia. Por ejemplo, mostró cómo la velocidad de un reloj en movimiento parece disminuir a medida que aumenta su velocidad. Incluso el tiempo absoluto ha sido excluido del razonamiento físico moderno porque no puede medirse por medios humanos. Este postulado científico ampliamente aceptado sugiere que el marco de referencia común, que todas las cosas se originan y operan dentro del contexto del tiempo y el espacio fijos (que nada, por lo tanto, existe fuera del tiempo y el espacio), no es necesariamente correcto.
Si bien esto no hace que el concepto de eternidad sea una noción simple de entender, y razonamiento lógico, la observación del universo y los hechos facilitan la aceptación de la enseñanza coránica de que Dios existe de hecho fuera del tiempo y el espacio tal como los conocemos. Y la teoría de Einstein solo parece corroborar la perspectiva coránica del tiempo:
Es cierto que un día junto a tu Señor es como mil años de los que contáis. (La peregrinación, 22:47)
Este concepto de que el tiempo no es absoluto sino subjetivo se ve reforzado por otro versículo que dice:
Los ángeles y el espíritu suben hasta Él en un día cuya medida son cincuenta mil años. (Los grados de elevación, 70:4)
El concepto del tiempo como algo subjetivo y no absoluto, con un inicio y ligado al origen del universo, es algo que aparece en el Corán y que es primordial para el entendimiento del Dios.
El Corán también dice:
Suya es la soberanía de los cielos y de la tierra, da la vida y da la muerte y es Poderoso sobre todas las cosas. Él es el Primero y el Último, el Manifiesto y el Oculto y es Conocedor de todas las cosas. (Sura del hierro, 57:2-3)
Aceptar que Dios existe fuera del marco de tiempo y espacio tal como lo conocemos hace que cualquier pregunta sobre lo que vino antes que él sea irrelevante. Estas preguntas podrían ser legítimas si Dios estuviese sujeto a nuestras limitaciones de percepción, lo cual no es así. El Corán enseña que Dios no está limitado por el tiempo o el espacio, y que simplemente no ha elegido revelarnos todo lo que sucedió antes de crear el universo.