Por: Nidhal Guessoum
Los milagros son uno de los temas más acalorados en los debates sobre religión y ciencia. Los milagros no son igual de fundamentales en todas la religiones, pero dado que están conectados con el importante tema de la acción Divina en el mundo, es esencial que sean discutidos.
Debemos de empezar respondiendo a preguntas importantes para delinear y definir el concepto de los milagros y el alcance de su manifestación: ¿son los milagros violaciones de las ‘leyes de la naturaleza’ o simplemente son ocurrencias sorprendentes que indican a Dios o a agentes sobrenaturales, pero que científicamente son solo improbables? ¿Ocurren los milagros solo de la manos de los profetas o también lo hacen de santos o gente ordinaria? ¿Llevó a cabo milagros físicos el Profeta Muhammad? ¿Y qué sucede con aquellos que relata el Corán de otros Profetas (Abraham, Moisés, Jesús)?
Algunos pensadores han propuesto ideas interesantes en lo que se refiere a los milagros. Terrence Nichols (2002) lo ve como eventos que son “consistentes con, pero trascendiendo, los procesos naturales”. Este sugiere dos formas de abordar los milagros: 1) el fenómeno puede ser un caso extremo y singular de procesos naturales, tal y como lo son lo agujeros negros (respecto a la gravedad) o la superconductividad (respecto a la electricidad); 2) el fenómeno solo puede ser explicado por la acción/interacción Divina, y para esto propone procesos de la mecánica cuántica o de la teoría del caos. Nichols especula que “en algunas circunstancias extraordinarias, como es la presencia de una creencia muy fuerte, las leyes de la naturaleza, aunque no cambia, se comportan de forma diferente a como lo hacen en un contexto ordinario”.
Keith Ward (2002) adopta un posición similar. Sugiere que “las leyes de la naturaleza… son mejor entendidas no como reglas excepcionales sino como poderes naturales dependientes de un contexto determinado para su realización”. Pero deja abierta la posibilidad de que los milagros puede que no “entren dentro de las leyes científicas formulables”; añade que para un teísta “hay razones para pensar que existen principios más elevados que las leyes naturales”. Pero dice que “corresponde a los científicos más competentes en un campo determinado decir si un evento trasciende el funcionamiento normal de las leyes naturales. Si no lo hace, a pesar de como de improbable sea de forma estadística, no es un milagro”.
Ciertamente, la cuestión de los milagros no puede ser respondida sin una referencia a la ciencia moderna. Se debe ser totalmente competente en los principios de conservación (energia, carga eléctrica) y otros principios, así como del (in)determinismo de las varias teorías científicas, asumiendo en todo esto que la casualidad puede estar presente.
En tiempos modernos, muchos eruditos y pensadores musulmanes han tomado posiciones racionales e incluso naturalistas con respecto a los milagros. La exégesis modernista del Corán por Muhammad Abduh es famosa por presentar explicaciones naturalistas a eventos que solían ser considerados intervenciones directas de Dios; Shibli Nu`mani propone interpretaciones científicas de los milagros, Sayyed Ahmad Khan es famoso por haber rechazado lo milagros como violaciones de las leyes naturales, porque Dios ha establecido un pacto con los humanos al haber establecido leyes en todo el universo; los comentarios del Corán de Muhammad Asad incluyen de forma coherente reinterpretaciones racionalistas de los milagros; etc.
Recientemente, algunos pensadores musulmanes también han expresado posiciones interesantes respecto a los milagros.
Mehdi Golshani (Bigliardi 2014, 57-60) considera los milagros como ocurrencias específicas que se atienen a leyes diferentes, o a combinaciones de leyes (un campo magnético que cancela la gravedad y que hace que un objeto flote en el aire, es un ejemplo que pone). No ha violación de las leyes de la naturaleza. A pesar de que no reconoce los milagros como centrales en nuestra creencia religiosa, no aboga por interpretaciones metafóricas de ninguna historia coránica que contenga un milagro, dejando abierta la posibilidad de que estos sean explicados en un futuro por un nuevo conocimiento de la naturaleza.
Altaie adopta una posición similar que primeramente insiste en que “Dios no rige este mundo de forma milagrosa sino por leyes bien definidas” (Bigliardi 2014, 81) pero aún así enfatiza que la física cuántica ha mostrado que eventos extraordinarios (una persona que pasa a través de un puerta sin abrirla) pueden ocurrir aunque son extraordinariamente raros. Por lo que considera que los milagros son eventos extremadamente raros que entran dentro de las leyes de la naturaleza, aunque en muchos casos aún no tengamos el conocimiento para explicarlos.
Bruno Abd-al-Haqq Guideroni distingue entre la ‘divina providencia’, eventos que son coincidencias extraordinarias pero que no violan las leyes naturales, y que los musulmanes consideran como ‘intervenciones divinas’, un ‘pequeño’ milagro, y los eventos que son descritos en el Corán como aparentemente sobrenaturales (como puede ser un pájaro de arcilla que toma vida y alza el vuelo) y que este propone que sean interpretados de forma espiritual. Por ejemplo, el incidente famoso de la partición de la luna él lo interpreta como “la partición del corazón del creyente”, la revelación de los secretos escondidos en al corazón en el Último Día. Concluye diciendo que “la leyes de la naturalez son válidas de forma constante” porque ver a Dios como un actor rebaja nuestra idea sobre Dios.
Pienso que una parte importante de tratar las historias coránicas sobre milagros es tener en consideración la posición de Ibn Rushd (y otros) de que el Libro habla de forma diferente a gente de diferentes capacidades intelectuales y diferentes tiempos.
Hemos de concluir proponiendo, a pesar de algunas posiciones expuestas más anteriormente en este artículo y que lo han sido por cubrir diferentes perspectivas, que la posición más correcta respecto a los milagros en una creencias tradicional es la de Al Gazali, para quien la ciencia no puede ser el rasero por el que medir las verdad de afirmaciones coránicas ni los eventos descritos, puesto que la ciencia se basa en observar una serie de leyes establecidas de forma ‘casual’ (es decir, no existe una razón por la que ha de ser así, sino que es) (para una explicación completa de esto leer el artículo “Cómo los teólogos musulmanes evitaron el conflicto entre Ciencia y Religión”).
Fuente: www.muslim-science.com Traducido y editado por Truth Seeker