El avistamiento de la luna (hilal)

Las formas de avistar la luna, el hilal, y las razones por las que hay diferencias entre unos lugares y otros al empezar Ramadán

Las formas de avistar la luna, el hilal, y las razones por las que hay diferencias entre unos lugares y otros al empezar Ramadán

Por: Shaij Ahmed Bermejo

El asunto de la llegada del mes, del ver la luna o no verla, de por qué algunos empiezan un día y otros empiezan otro día distinto, cuando se supone que somos una sola Ummah en la que todos rezamos cinco veces al día en la misma dirección, es un ausunto que causa incomodidad todos los años. ¿Significa esto que estamos divididos? ¿Que los musulmanes no somos “hermanos”? ¿Que no somos una misma Ummah? Por supuesto que somos una misma Ummah, pero, vayamos por partes.

Para tratar de explicar esa diferencia tenemos que adentrarnos en el maravilloso mundo del Fiqh, un mundo que como tantas veces hemos dicho es, en realidad, una protección para nosotros. Pero antes de hacerlo, vamos a ver si hay alguna referencia a este asunto en el Corán y en la Sunna del Mensajero Muhammad, salla allahu alaihi wa sallam.

En el Corán, encontramos que en la aleya 185 de la Surat al Baqara, Allah dice esto cuya traducción es:

“En el mes de Ramadán se hizo descender el Corán, dirección para los hombres y pruebas claras de la Guía y del Discernimiento; así pues, quien de vosotros vea el mes, que ayune”.

Quien de vosotros vea el mes, que ayune”. En esta noble aleya hay una exhortación a que miremos la luna, a que alcemos nuestros rostros al cielo, veamos la grandeza de la creación de Allah y busquemos la luna del nuevo mes. Esto es maravilloso ya que el hecho de buscar la luna, de salir a mirar al cielo, nos conecta con la creación y con su Creador.

Esta misma exhortación la encontramos en el conocido Hadiz recogido por el Imam al Bujari y transmitido por Ibn ‘Umar en el que dice:

“Escuché decir al Mensajero de Allah, al que Allah le dé Su gracia y paz: ‘Cuando lo veáis ayunad, y cuando lo veáis romped el ayuno; y si está nublado, estipulad (los días, completando treinta)’”. Refiriéndose a la luna (hilal) creciente de Ramadán”.

Tomando como base tanto esta aleya como este hadiz, afirmamos que para anunciar la llegada de un nuevo mes es necesario ver la luna, y que si no se ve, entonces se completan los treinta días del mes. ¿Hasta aquí vamos bien no?

Ahora bien, hemos hablado de ver la luna, de lo que en árabe se llama ruyatul hilal. ¿Cómo se ve esa luna nueva? Lo cierto es que hay discrepancia entre las diferentes escuelas sobre los requisitos necesarios para afirmar que la luna ha sido vista. Vamos a centrarnos en el madhhab del Imam Malik Ibn Anas.

La afirmación del avistamiento puede ser mediante una de estas dos opciones y ambas son aceptadas y vinculantes:

1. Que haya sido vista la luna nueva por un grupo de personas tal que es inconcebible que hayan podido ponerse de acuerdo con respecto a mentir sobre el asunto.
2. Que haya sido visto por dos ‘adlain, por dos personas que poseen el grado de ‘udul, de ‘adl, de justos.

¿Y quién es un ‘adl según el madhhab al Maliki? Es una persona honesta e íntegra, un varón, musulmán, libre, adulto y conocido por ser justo, recto y que aplica en su vida está aferrado al Din de Allah.

Es decir, que no vale el avistamiento de cualquier persona, deben ser dos personas con las cualidades que hemos mencionado, que son enviadas con esa misión por la persona de autoridad entre los musulmanes.

Una vez que estos dos ‘adlain han visto el hilal de la nueva luna, se lo comunican a la persona de autoridad que es quien hace público, por los medios que tenga a su disposición, el comienzo del mes de Ramadán. Y aquí vemos una vez mas la importancia que tiene el que los musulmanes se unan, se junten y designen gente de autoridad que se pronuncie y tome decisiones en casos como este, ya que si no se hace, se termina cayendo en el caos, el individualismo y la anarquía.

Si no se ha visto la luna nueva por ninguno de estos dos caminos, entonces ¿qué se hace? Muy sencillo, se completan los treinta días del mes anterior; en el caso del comienzo de Ramadán, se completarían los treinta días del mes de Sha’bân.

Hasta aquí creo que el asunto es fácil de comprender. Ahora el tema se pone un poco más complicado, ya que entra en juego el componente astronómico, lo que en árabe se llama al hisab al falaki. ¿Hasta qué punto es válido usar el componente astronómico para determinar la llegada de un nuevo mes sin haber visto la luna? Este es otro aspecto en el que existen ciertas diferencias entre los madhahib, pero como hemos dicho previamente, vamos a basarnos en la opinión más reconocida y extendida dentro del madhhab al-Maliki.

Lo cierto es que los que se basan en que se puede aplicar el componente astronómico, es decir las matemáticas, para afirmar la luna nueva, lo hacen basándose en el hadiz que hemos mencionado previamente, y afirman que cuando el Profeta, salla allahu alaihi wa sallam, dijo: “estipulad” también se puede traducir como “contad”; según ellos se refiere a eso, a emplear las matemáticas para afirmar la llegada del mes.

Pero esta opinión es una opinión que podemos decir es débil, y aunque es una opinión aceptada en los madhahib, sobretodo en el Shafi’i, la opinión más fuerte, reconocida y aceptada por todos, es que no, que sólo entra en juego para completar los treinta días del mes anterior. Y que aunque la ciencia nos diga que luna está presente, si no se puede “ver”, no puede afirmarse que ha entrado el mes.

¿Qué quiere decir esto? Que lo más correcto es que si la ciencia afirma que se puede ver, entonces se sale a ver y si se ve, se ayuna, no hay problema porque basamos en la ciencia como apoyo. Ahora bien, si la ciencia astronómica dice que no se puede ver, que es imposible, por mucho que dos testigos “justos” digan que la hayan visto, jamás sería vinculante para el resto de musulmanes, aunque sí lo sería para ellos dos.

¿Por qué? Por una razón muy sutil pero reveladora a la vez. Y una vez más vamos a ver la protección que existe en el conocimiento del Fiqh. Y es que la astronomía, la ciencia, tiene el grado de qat’i, de ser “exacta”; puede no al 100 por 100, aunque sí al 99 por ciento; y el avistamiento es dhanni, es plausible o posible, y su grado de veracidad está por debajo de la ciencia astronómica, y nunca algo que es plausible puede estar por encima de lo “exacto”.

Y una vez dicho todo esto, y para rizar el rizo aún más, tenemos que hablar también de lo que en árabe se llama ijtilaf al matali’, la diferencia en los horizontes, la diferencia entre las regiones y las distancias. Dicho con términos actuales: ¿Globalizar o no globalizar?

Este punto tal vez sea el más importante de todos, ya que vamos a poner el caso de que, siguiendo lo dicho hasta ahora, en la noche del 29 de Sha’bân, basándose en la astronomía para saber si el cuarto creciente de la luna está presente, y habiéndola visto un grupo de gente que es inconcebible que se hayan puesto de acuerdo en mentir, o por dos testigos justos, nos llega la información de que se ha visto al luna en Chile por ejemplo. ¿Es este avistamiento, que ha sido hecho de manera correcta, vinculante para todos los musulmanes del mundo?

Aquí entramos otra vez en un terrero en el que hay diferencias entre los madhahib y para aclararlo de una manera sencilla, podemos decir que existen tres opiniones.

1. Globalización completa: es decir, que si la luna ha sido vista de una manera correcta en algún punto de la tierra, es vinculante para todos. Esta es la opinión más reconocida tanto en el madhhab Hanafi como en el madhhab Hanbali.

2. Semi-globalización: globalización parcial, con distancias no demasiado elevadas, dando siempre prioridad a las más cercanas a tu lugar de residencia; y esta es la opinión preferida en el madhhab Maliki.

3. Regional: sólo es vinculante si se ha visto en la misma “región”, entendiendo por región la distancia que hace permisible acortar la oración en el viaje, es decir, unos 80 kilómetros y esta es la opinión más reconocida del madhhab Shafi’i.

De hecho hay una historia muy esclarecedora a este respecto, que recoge el Imam Muslim, en la que Kuraib narró de Umm al Fadl bint al Hariz que le envió a donde Mu’awiyya, que estaba en Siria, y dijo: “Llegué a Siria y terminé los asuntos que tenía que hacer; y me encontró Ramadán estando yo en Siria, donde vi el hilal. Después me dirigí a Medina en los últimos días del mes, y entonces me preguntó ‘Abdullah ibn ‘Abbas, que Allah esté complacido de ambos, sobre cuándo había avistado el hilal:

¿Cuándo visteis el hilal del inicio de Ramadán?
Le dije: Lo vimos la noche del viernes. Dijo: ¿Tú lo has visto (con tus propios ojos)?
Le dije: Sí, y también lo vio la gente que empezó a ayunar; y también comenzó a ayunar Mu’awiya.
Dijo: Pero nosotros lo hemos visto la noche del sábado, así que todavía estamos ayunando hasta completar los treinta días o ver el hilal.
Le dije: ¿Acaso no os basta con que lo haya visto Mu’awiya y haya comenzado a ayunar?
Dijo: No. Esta es la forma que nos dio el Profeta, salla allahu alaihi wa sallam.

Tenemos entonces tres aspectos: avistamiento, astronomía y globalización; estos son los tres aspectos que debemos tener siempre en cuenta con el asunto de la luna. Como veis, si nos basamos en el conocimiento no es un tema complicado, me atrevería incluso a decir que no es un tema que deba causar división entre los musulmanes, y tal vez lo que debamos comprender mejor que nada, es que empezar el Ramadán en días diferentes no es motivo de separación en la Ummah del Islam. Es motivo de conocimiento, comprensión, misericordia y de la diferencia que existe en la creación de Allah.


Fuente: http://ahmedbermejo.com/

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