Estoy completamente de acuerdo con la afirmación de la teoría del diseño inteligente que dice el universo muestra signos de diseño. No obstante, me preocupa que el DI sea contraproducente.
Por: Ahmad Sultan
Esta es la segunda parte de un artículo en dos post, para leer la primera haga click aquí
¿Es el Diseño Inteligente parte de la ciencia?
El diseño inteligente funciona alrededor de los límites de la ciencia y puede jugar un importante papel del que hablaremos a continuación.
El DI no se puede considerar propiamente parte de la ciencia. No tiene las características que lo hacen una teoría científica aceptable, que incluye la habilidad de predecir que se puedan verificar con experimentos.
Por lo que, si la conclusión es que hay un diseñador inteligente sin conocer sus atributos y sus capacidades, ¿cómo podemos hacer predicciones comprobables de esa conclusión?
Aunque el diseño inteligente’ se base en la ciencia, su conclusión es muy especial y contradice al naturalismo metodológico en el que se basa la ciencia. La ciencia utiliza la necesidad y el azar, a veces una combinación de ambas, para explicar algunos fenómenos.
Parece que el naturalismo metodológico es la mejor manera de practicar la ciencia. La ciencia tiene el objetivo de aportar explicaciones para los fenómenos presentes en el universo. Para muchos religiosos, Dios es el creador. Esto aporta una explicación “completa” de todo. Pero como esta creencia lo explica todo, no ayuda al proceso científico. Yo puedo ver cualquiera de los sistemas naturales y decir sinceramente que es un trabajo de Dios. Pero, ¿qué hacemos luego? El naturalismo metodológico es el que nos permite explicar los fenómenos de una manera útil, y con suerte, beneficiosa para la humanidad y para cumplir con las obligaciones de representación.
Dicho esto, se debe enfatizar que el naturalismo metodológico también tiene sus problemas. Cuando se combina con una creencia del poder de explicación ilimitado de la ciencia, se degenera en el naturalismo metafísico enmascarado como ciencia.
Esto se manifiesta, por ejemplo en la “ciencia” de la psicología evolucionista en la que todas las buenas acciones de los seres humanos se ven como simples estrategias para facilitar la supervivencia, y la moral como una “adaptación” para llevar a cabo nuestros fines reproductivos. El movimiento del diseño inteligente está claramente motivado por esos insultos a nuestra sensibilidad moral, y por la disciplina que obtiene reconocimiento científico al demostrar un compromiso ilimitado con el naturalismo metafísico.
Los poderes (y riesgos) del diseño inteligente
Que el diseño inteligente no sea propiamente parte de la ciencia, no significa que sea inútil. El DI puede aportar un tipo de evaluación sobre si una explicación científica propuesta es adecuada para explicar un fenómeno. Esto es, el DI es un paradigma excelente para definir la credibilidad de un conjunto de hipótesis existentes.
Objetivamente hablando, si el diseño inteligente demuestra que la probabilidad de una explicación propuesta es menor que la unión de probabilidad universal, lo más que se puede decir es que la ciencia, hasta ahora, no puede explicar el fenómeno, dando por supuesto que el cálculo es correcto. Si se cree en el cálculo y se piensa que incluye todo un conjunto de hipótesis, entonces la conclusión puede ser que la teoría no científica sería válida para el fenómeno observado.
Pero también se puede afirmar que: (a) el mecanismo conocido está actuando de manera desconocida, o (b) que un mecanismo desconocido puede estar operativo. Este tipo de debate, a menos que haya un claro error de cálculo, es siempre subjetivo y depende del punto de vista de una pregunta o investigación científica.
Básicamente, el diseño inteligente puede mostrar la incompetencia de una explicación actual sin hacer más afirmaciones. Basándonos en la confianza de las estimaciones del DI y el cuadro metafísico, podemos sacar nuestras propias conclusiones metacientíficas.
Hay dos argumentos que se pueden hacer. El primero es que el DI es un impedimento para la ciencia ya que se aleja de la deficiencia de las hipótesis actuales hacia un estado en el que nunca seremos capaces de explicar el fenómeno científicamente. Esto se puede argumentar con otro argumento de que el DI, al demostrar las deficiencias de las explicaciones actuales, puede ayudar a despertar a los científicos de su sueño intelectual, algo que suele ocurrir dada la inercia de la cultura científica.
El DI puede ser un motivante para que los científicos piensen más allá e intenten proponer hipótesis alternativas. Es extremadamente improbable que todos los científicos adopten los resultados del diseño inteligente y dejen de buscar las explicaciones naturalistas.
La cuestión es que el DI puede que perjudique a la ciencia, pero ignorarlo también puede perjudicarla. Después de todo, en todo hay ventajas y desventajas.
La religión y la ciencia: la última palabra
Estoy completamente de acuerdo con la afirmación de la teoría del diseño inteligente que dice el universo muestra signos de diseño. No obstante, me preocupa que el DI sea contraproducente.
Al insistir en que el discernimiento de la existencia de un diseñador inteligente es un caso claro de la ciencia, el DI corre el riesgo de perpetuar la creencia de que la ciencia es la única herramienta para buscar la verdad, y que si uno no da argumentos científicos, entonces su caso es nulo.
A pesar de ser un creyente en la ciencia y el intelecto humano, creo que el dominio de la ciencia, es sin embargo, limitado. La razón, la revelación, la experimentación y la intuición deberían ser parte de los fundamentos de nuestro conocimiento. Y por último, es la revelación la que nos responde a las preguntas más fundamentales.
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Fuente: http://aboutislam.net Traducido y editado por Truth Seeker Es