Por: Redacción
En el año 10 de la Hijrah, el 632 del calendario juliano, el Profeta Muhammad, que la paz sea con él, llevó a cabo su primer y último Hajj. Esta fue la primera vez que el Profeta hizo el Hajj después de que este se hubiese hecho obligatorio.
Tras completar los ritos obligatorios en el octavo día de Dhul-Hijjah, el Profeta fue a Mina al mediodía en su camello a, donde pasó la noche antes de partir, después del amanecer, hacia ‘Arafat. En Arafata el Profeta pronunció su Discurso de Despedida, esto fue quizás lo más destacado de esta peregrinación, delineando la naturaleza de la sociedad islámica.
Después de comenzar su discurso, como de costumbre, con la alabanza y la glorificación de Dios, pasó a decir:
«Gente, escúchenme mientras les explico, porque no sé si los volveré a encontraros en este lugar después de este año. Gente, ¿sabéis en qué mes, día y ciudad se estáis?”.
Dijeron: «Estamos en un día sagrado, en un mes sagrado, en una ciudad sagrada».
Él dijo: «Sabed, entonces, que vuestra sangre, vuestra propiedad y vuestro honor están prohibidos para vosotros (los de unos para otros) hasta que os encontréis con vuestro Señor de la misma manera que la santidad de este día vuestro, en este mes vuestro, en esta ciudad vuestra. Con toda seguridad os encontraréis con a vuestro Señor y ciertamente os preguntará sobre lo que hacéis. ¿He transmitido el mensaje?”.
Ellos respondieron: «Sí».
Él dijo: «Mi Señor, sé testigo. El que tiene algo que pertenece a otro para su custodia debe devolvérselo a la persona a quien pertenece. Todas las transacciones de usura que se hayan realizado en los últimos días de ignorancia quedan derogadas. Podeéis reclamar solo vuestro capital, sin infligir ni sufrir ninguna injusticia.
Dios ha decretado que ninguna usura es permisible. Las primeras transacciones de usura que derogo son las de mi tío, al-‘Abbas ibn ‘Abd al-Muttalib. Todos los casos de asesinatos por venganza se han derrogado.
El primer caso de asesinato que renuncio es el de ‘Amir ibn Rabi’ah ibn al-Harith.
¿He transmitido mi mensaje?».
Ellos dijeron: «Lo has hecho».
Él dijo: «Mi Señor, sé testigo”.
«Gente, la postergación de los meses sagrados es un exceso de incredulidad, un medio por el cual los que no creen se descarrían. Declaran que este aplazamiento es permisible en un año y prohibido en otro, a fin de ajustarse externamente a la cantidad de meses que Dios ha hecho sagrados, y así hacen permisible lo que Dios ha prohibido. El tiempo ahora ha retrocedido en su forma original que tenía cuando Dios creó los cielos y la tierra.
El número de meses, a la vista de Dios, es de doce, de los cuales cuatro son sagrados, tres consecutivos y uno solo: Dhul-Qa’dah, Dhul-Hijjah, Muharram y Rajab, que se encuentra entre Jumada y Shaban. Esta es la ley siempre verdadera de Dios.
No seáis injustos con vosotros mismos con respecto a estos meses. Cuando me haya ido, no vuelvan a la incredulidad, matándose unos a otros.
¿He transmitido mi mensaje?
Ellos dijeron: «Lo has hecho».
Él dijo: «Mi Señor, sé testigo”.
Continuando su discurso, dijo:
«Gente, tenéis una obligación para con vuestras mujeres y ellas tienen una obligación para con vosotros. Es su deber no permitir en vuestros hogares a nadie que no os agrade sin vuestro permiso. Si lo hacen, Dios ha permitido que los abandonen en la cama y luego los reprendáis sin severidad. En caso de que desistan, tienen derecho a recibir alimentos y ropa, en lo que es justos. Vuestras mujeres están bajo vuestra custodia; ellas son indefensos. Los habéis tomada en base de una promesa a Dios, y os son lícitas con la palabra de Dios. Temed a Dios, entonces, en vuestro tratamiento de las mujeres, y sed amable con ellas.
¿He transmitido mi mensaje?
Ellos dijeron: «Lo has hecho».
Él dijo: «Mi Señor, sé testigo”.
«Gente, los creyentes son hermanos. Es ilegal que cualquier persona tome la propiedad de su hermano a menos que se otorgue sin ninguna coacción. Gente: vuestro Señor es uno y vuestro padre es uno. Todos vosotros sois los hijos de Adán, y Adán fue creado del polvo. El más noble entre ustedes es el más temeroso de Dios. Ningún árabe goza de ningún privilegio sobre un no árabe excepto a través del temor de Dios. ¿He transmitido mi mensaje?
Ellos dijeron: «Lo has hecho».
Él dijo: «Mi Señor, sé testigo”.
«Gente, Shaytan ha renunciado a cualquier esperanza de ser adorado en esta tierra vuestra. Sin embargo, está satisfecho de ser obedecido en asuntos que consideráis triviales. Cuídaos contra él, no sea que corrompa vuestra creencia. He dejado con vosotros lo que debería manteneros a salvo de descarriar si os aferrais a ellol. Es algo claro y simple: el Libro de Dios y la Sunnah de Su Profeta. Seréis interrogado acerca de mí. ¿Qué diréis?»
Dijeron: «Somos testigos de que has entregado tu mensaje completo y que has cumplido tu misión y dado buen consejo».
El Profeta señaló su dedo índice en el cielo y lo bajó para señalar a la gente, diciendo todo el tiempo: «Mi Señor, sé testigo. Mi Señor, sé testigo».
El Profeta entonces concluyó:
«Que los que están presentes comuniquen lo que les he dicho a aquellos que no están con nosotros hoy. Puede suceder que aquellos que llegan a conocerlo de esta manera puedan entenderlo mejor que algunos de los que lo han escuchado».
Principios fundamentales del discurso de despedida
Este discurso memorable describe cinco principios básicos de la ética y el comportamiento islámico, dos de ellos trabajan a nivel del individuo y tres se relacionan con la estructura de la sociedad islámica. El Islam moldea el carácter del musulmán sobre la base de dos principios fundamentales:
1- El Islam corta todos los lazos que un musulmán pudiese tener con el tiempo de la Ignorancia, o Jahiliyyah, sus ídolos, prácticas, transacciones financieras, transacciones de usura y demás, porque la adopción de la religión del Islam significa el comienzo de una nueva vida para el musulmán que está completamente separada de las formas erróneas del pasado.
2- Protegerse contra todas las formas de las faltas e injusticias. Los efectos de las faltas e injusticias, para con uno mismo y para con los demás, son mucho más graves que el peligro presentado por cualquier enemigo en la batalla. El Profeta también dejó en claro que no se refería solo con esto a volver a la adoración idólatra.
El Profeta también esbozó tres principios básicos en los que se basa la sociedad islámica:
1- El lazo de hermandad islámica que moldea la relación adecuada entre todos los musulmanes. Es esta hermandad la que hace que cada musulmán sea un amigo y aliado de todos los demás musulmanes, brindándole toda la ayuda que pueda.
2- Apoyar a los débiles para que su debilidad no los haga vulnerables a toda la sociedad. En particular cómo el Profeta enfatizó la importancia de ser bondadosos con las mujeres, ya que ellas son el elemento más débil de la sociedad.
3- La cooperación entre un gobierno islámico y los miembros de una sociedad islámica para lograr la implementación adecuada de la ley islámica que trabaja para la eliminación de todo mal de la sociedad y su reemplazo con lo que es bueno.
Breve como era, el discurso del Profeta incluyó todos los principios que son necesarios para moldear al creyente perfecto en el Islam y la sociedad musulmana perfecta.