Autor: Umar Molinero
El componente físico-químico fundamental de toda materia visible es el átomo, que se agrupa formando moléculas. Los átomos están formados por un núcleo (neutrones y protones) y electrones. La mayor parte del volumen del átomo es espacio. Espacio entre sus diferentes capas y componentes, y más espacio que se descubre a medida que la física revela nuevas formas de estudiar y examinar los diferentes y cambiantes componentes del átomo.
Esto nos lleva a una rápida conclusión: la materia está en su mayor parte compuesta por vacío, al ser el átomo la unidad de composición de la materia y al ser éste, en su mayor parte vacío. El vacío de la materia, a medida que nos centramos en las unidades más pequeñas que la forman, desemboca en la pregunta: ¿desaparece la materia y cómo? Vladimiro Lenin escribió: “Cuando la materia desaparece… quiere decirse que desaparecen los límites dentro de los cuales conocíamos la materia hasta ahora… y que nuestro conocimiento se profundiza…”. El vacío, que comúnmente significa la ausencia total de materia, pasa a ser materia; se le llamó “vacío cuántico” (física cuántica), y viene a decir que la materia ´no simplemente´ ocupa un lugar en el espacio, sino que ‘es’ parte misma e inseparable del sustrato material espacio-temporal. El vacío es materia.
Lomonósov lo explicaba así: “No sólo los átomos son materiales, sino también el espacio que llena los intersticios interatómicos, así como las distancias interestelares e intergalácticas”.
A finales del siglo XX se descubre que la ´nada´ aparente estaría formada por partículas minúsculas (cuasipartículas) denominadas ‘fluido cuántico’, en el que solo se podría encontrar un electrón o la probabilidad de este.
Los electrones son las partículas exteriores del átomo y giran alrededor del núcleo. Lo increíble del electrón es que siempre está en movimiento y siempre toma una nueva orbita de giro aleatoria, y por esto nunca está estático, nunca está fijado en un punto ni gira en una órbita determinada. Los físicos llaman a este fenómeno ‘probabilidad de encuentro’. Esto quiere decir que dependiendo de diversos factores y dependiendo de la materia, los electrones tienen un número de probabilidades de estar, o bien a aquí, o bien allá. El electrón está tan vacio en su composición como lo está el mismo átomo, y al igual que el núcleo, tiene infinidad de estructuras todavía en descubrimiento. Lenin subrayó que “el electrón es tan inagotable como el átomo y que la naturaleza es infinita en todas sus manifestaciones y formas”.
Algunos físicos formulan que estas ‘probabilidades de encuentro’ podrían constituir la capacidad individual desde la que percibimos la existencia, o un mismo suceso o evento, de diferentes formas. Cada ser proyecta diferentes probabilidades que modifican su percepción del mundo. Se discute también la teoría desde la que se afirma que el individuo es capaz de influir en las ´probabilidades de encuentro-posicionamiento´ de la materia, o cuanto menos, que los individuos interfieren en la formación de la probabilidad final, de una forma u otra.
Otros físicos llegan a afirmar que la ‘probabilidad de encuentro’ es más una forma de aparición y desaparición que el continuo movimiento aleatorio en órbita del electrón. De esta manera, formulan dos teorías diferentes. Una dice que los electrones van de una realidad a otra paralela, siendo solo visibles cuando están en nuestra realidad –‘probabilidad de encuentro’−. La otra, que los electrones van de la existencia a la no existencia; por lo tanto, se regeneran –o crean– una y otra vez, formando múltiples ‘probabilidades de encuentro’.
“La demostración inesperada de que incluso el electrón se comporta como si toda su masa fuese de naturaleza electromagnética llevó a la errónea conclusión de que había desaparecido la masa mecánica, antes considerada como una propiedad inalienable de la materia. Esta circunstancia dio origen a diversas especulaciones filosóficas y afirmaciones reaccionarias sobre la ‘desaparición de la materia’”. Langevin habló de la ‘crisis’ de la física y, junto a otros filósofos idealistas, afirmaba que “los progresos recientes de la física demuestran que no existe un mundo real independiente, que nuestra voluntad de conocer la realidad choca con límites infranqueables (…) se llegó a hablar del albedrío ‘de los electrones’, de la ‘libre elección’ que realizaba la naturaleza en tal o cual eventualidad. Y se llegó a proclamar la liquidación del materialismo.”
Muhyiddin ibn Al‘arabi dijo hace más de 700 años: “Allah gobierna el universo desde dentro del universo”.
Fuente: http://islamhoy.com/