Por: Equipo Editorial
Orientalismo
El despertar de Europa de la Edad Media y la posterior Ilustración a finales del siglo XVII, fue uno de los movimientos más poderosos de la historia moderna. Trajeron a Europa la necesidad de profundizar en las ciencias empíricas, el pensamiento crítico y el discurso intelectual. Muchos de estos aspectos fueron importados por intelectuales musulmanes que llegaban a Europa a través de puntos claves como España, Sicilia y Sureste de Europa.
El auge de este movimiento intelectual coincide con un periodo en el que Europa se expandía. Naciones europeas como Inglaterra o Francia y Rusia fueron conquistando el mundo musulmán poco a poco y repartiéndoselo entre ellas. Debido a que el movimiento de la Ilustración se dio al mismo tiempo que el imperialismo del mundo musulmán, hizo que los europeos estudiaran el Islam, su historia, sus creencias y enseñanzas. Este movimiento es conocido como Orientalismo. Una de las limitaciones más grande del Orientalismo, es el estudio de la historia islámica basándose en términos europeos, descartando siglos de trabajo académico aportado por los musulmanes desde tiempos del Profeta Muhammad, la paz sea con él.
La promesa de Allah
Uno de los aspectos más peligrosos del Orientalismo fue el estudio europeo de los orígenes del Corán. Al haber sido aceptado en círculos académicos que tanto la Torá, de los judíos, como el Nuevo Testamento, de los cristianos, habían sido cambiados con el transcurso de los siglos, los académicos europeos creyeron, erróneamente, que había ocurrido lo mismo con el Corán. Sus grandes esfuerzos por probar la teoría de que el Corán había sido modificado y que no es auténtico dieron lugar a múltiples estudios de dudosa rigurosidad y de bajo mérito académico.
Allah ha prometido proteger el Corán de cualquier cambio o error. Dice Allah:
“Nosotros hemos hecho descender el Recuerdo y somos sus guardianes”. (Al-Hijr, 15:9)
Para los musulmanes este verso con la promesa de Allah es suficiente para saber que ciertamente Él protegerá el Corán de cualquier error o cambio. Para la gente que no acepta la autenticidad del Corán, este verso no puede servir como prueba ya que se encuentra en el mismo Corán. Es aquí donde el debate académico comienza.
La revelación del Corán
La revelación del Corán no fue un momento aislado en el tiempo, sino que descendieron al Profeta Muhammad, la paz sea con él, como un flujo constante que duró 23 años tanto en Meca como en Medina. El Profeta, la paz sea con él, nombró a muchos de sus compañeros escribas, y escribían los versos del Corán en cuanto eran revelados. Mu’awiya ibn Abu Sufyan y Zaid bin Thabit eran parte de esos escribas que tuvieron esta función. La mayoría de los versos fueron escritos en trozos de huesos, piel o pergamino. Es importante recalcar que el Profeta, la paz sea con él, hacía que se le releyeran los versos después de haber sido escritos para comprobar que no había errores.
Para más seguridad de que no hubiese errores, el Profeta, la paz sea con él, ordenó que nadie anotase nada más, ni siquiera sus palabras, hadiz, en el mismo sitio en el que se había escrito el Corán. Esto era para asegurarse de que no hubiese otras palabras que pudiesen accidentalmente aparecer como parte del Corán.
Es importante saber que escribir el Corán no fue el modo principal de registrarlo. En aquel tiempo Arabia era una sociedad de transmisión oral. Muy pocas personas sabían leer y escribir, por lo que se hacía mucho énfasis en la habilidad de memorizar largos poemas, cartas y otros mensajes. Antes de los tiempos del Islam Meca era el centro de la poesía árabe. Se hacían festivales anuales donde se reunían los mejores poetas de toda la Península Arábiga. Aquellos que atendían a los recitales memorizaban las palabras exactas de sus poetas favoritos y se les seguían citando años e incluso décadas más tarde.
Es por esto, que en esta sociedad en la que la transmisión era oral, muchos de los compañeros del Profeta, la paz sea con él, memorizaron el Corán. Además de tener la habilidad natural para memorizar, el ritmo del Corán hacía que su memorización fuese mucho más fácil.
La transmision del Corán
El Corán no fue narrado únicamente a algunos compañeros del Profeta, la paz se con él, sino que fue escuchado y memorizado por centenares de miles de personas, siendo muchos de ellos viajeros en Medina, y es por ello que los versos del Corán se expandieron rápidamente durante la vida del Profeta a todos los rincones de la Península Arábiga. Aquellos que escuchaban versos del Corán dichos por el Profeta los difundían a tribus lejanas y ellos los memorizaban. De este modo, el Corán obtuvo un estatus literario conocido por los árabes como mutawatir.
Mutawatir significa que fue propagado a tantos grupos diferentes de gente, los cuales decían exactamente las mismas palabras, que es imposible que cualquier persona pudiese haberlo falsificado. Algunos ahadiz del Profeta, la paz sea con él, se saben que son auténticos por ser mutawatir, pero el Corán entero es aceptado como mutawatir.
A medida que los versos se extendían por todo el territorio musulmán, era imposible que esos versos se cambiaran sin que musulmanes de otras partes del mundo se diesen cuenta y los corrigieran. Es más, durante la vida del Profeta Muhammad, la paz sea con él, el ángel Yibril, recitaba con él el Corán completo una vez al año, durante Ramadán. Cuando el Corán fue terminado cerca del final de la vida del Profeta, la paz sea con él, se aseguró que muchos de sus compañeros supiesen el Corán entero de memoria.
Durante el dominio de los primeros califas, surgió la necesidad de recopilar todos los versos en un solo libro.Es por ello que el primer califa, Abu Bakr, nombró un comité bajo el liderato de Zaid bin Thabit para recopilar todas los escritos del Corán que se encontraban esparcidos por todo el territorio musulmán. Zaid era muy meticuloso a la hora de aceptar versos del Corán, por lo que solo aceptaba textos del Corán escritos en presencia del Profeta, la paz sea con él, y tenía que haber dos testigos que lo atestiguaran.