Por: Zaid Shakir
Hoy en día, podemos encontrar respuestas a la pregunta fundamental de qué significa el ser humano que no hacen sino arrojar dudas sobre la realidad esencial de nuestra propia humanidad. Sin embargo, el Corán afirma nuestra humanidad y describe cuatro aspectos del ser humano: nuestra creación física, nuestro espíritu, nuestra disposición natural (fiţrah) y nuestra luz, todos los cuales tienen un origen directo de Dios y se combinan para hacer del ser humano una creación distintiva y especial.
Creacion fisica del ser humano
Dios dice que creó al ser humano con «Sus dos manos». Ninguna otra cosa en la creación tiene esta distinción. Al dirigirse al progenitor de los satanás y sus incautos, dice: «Dijo: ¡Iblis! ¿Qué es lo que te impide postrarte ante quien he creado con Mis manos? ¿Te consideras demasiado grande para ello o es que estás entre los altivos?”(38:75). Los exegetas coránicos opinan que al que se hace referencia aquí es Adam, la paz sea con él, el padre de la humanidad. En cuanto al significado de «creado con Mis dos manos», se nos dice:
En opinión de algunos exegetas de los últimos tiempos, esto es un ejemplo del gran cuidado prestado a la creación [de Adam]. Un parte del referirse que algo se cuida escrupulosamente es que se maneja con dos manos. Una de las implicaciones de esto es que su creación fue sin mediar padre o madre. Además, constituye una pequeña creación dentro de la cual está contenida toda la creación más amplia. Además, es apto [para recibir] un desbordamiento de favores que no agracian más que a sí mismo. (Shihāb al-Dīn Maĥmūd al-Alūsī, Rūĥ al-ma¢ānī (Beirut: Dār Iĥyā’ al-Turāth al-Arabī, 2000), 12:297–98)
Ţāhir al-Āshūr nota la divina intervención directa implícita en que el ser humano es creado por las «dos manos» de Dios. Comentando este versículo, dice,
Es decir, [es] una creación especial que ocurre en una sola instancia, en respuesta directa al comando de creación. La eficacia mostrada en este acto de crear es más directa que la eficacia en la creación de tipos de existencia basados en medios ordinarios como el embarazo y el parto. (Muĥammad Ţāhir b. Āshūr, al-Taĥrīr wa al-tanwīr (Beirut: Mu’assasat al-Tārīkh al-Arabī, 2000), 23:191.)
Esto indica que el ser humano comenzó su viaje como criatura física a través de un acto creativo directo de Dios. Sino tenemos en cuente esta distinción, hay mucho que los humanos comparten con otras criaturas. Por ejemplo, “Y Allah creó todo ser vivo a partir de agua; y de ellos unos caminan arrastrándose sobre su vientre, otros sobre dos patas y otros sobre cuatro» (24:45). Al igual que los pájaros, el ser humano camina sobre dos patas, aunque su torso erecto y su marcha erguida lo hacen único. Mientras que las aves caminan erguidas, sus torsos son paralelos al suelo o boca abajo en diferentes ángulos.
La gran atención y detalle prestados a la creación del ser humano representa otro atributo único de la creación física del ser humano. Leemos, por ejemplo,
En verdad creamos al hombre de una esencia extraída del barro. Luego hicimos que fuera una gota de esperma dentro de un receptáculo seguro. Luego transformamos la gota de esperma creando un coágulo de sangre y el coágulo de sangre creando un trozo de carne y el trozo de carne en huesos que revestimos de carne haciendo de ello otra criatura. Bendito sea Allah, el mejor de los creadores. (23:12−14)
Encontramos narraciones similares en 22:5, 35:11 y 40:67. Este nivel de detalle no se encuentra en la descripción de la creación de ninguna otra criatura en el Corán. Una razón para esta descripción detallada podría ser que el ser humano es la única criatura física capaz de reflexionar sobre los procesos milagrosos que culminan con su entrada en el mundo. De ello se deduce que somos las únicas criaturas que pueden reconocer que tenemos un Creador maravilloso, a quien se le debe dar las gracias por el increíble proceso que nos trajo a la existencia. El Corán nos llama a que hagamos exactamente eso en 16:78, 23:78 y 33: 9.5
Como se mencionó anteriormente, la distinción física más notable del ser humano es su capacidad para mantenerse de pie de manera permanente. Dios dice: “¿Rechazas la creencia en Aquel que te creó del polvo, luego de un coágulo, y luego te hizo hombre recto?” (18:37; también 82: 7, 32: 9, 38:72). Una realidad no física, la sociabilidad, acompaña esta distinción física única. Leemos en el Corán: «y recordad el favor que Allah ha tenido con vosotros cuando, habiendo sido enemigos, ha unido vuestros corazones y por Su gracia os habéis convertido en hermanos«. (3:103).
Esta sociabilidad se basa, en parte, en la posición vertical del ser humano. Su corazón siempre apunta hacia afuera. Como resultado, cuando abraza a otro humano, los corazones de dos se unen, estableciendo una conexión metafísica entre ellos. Por esta razón, el Profeta ﷺ ha advertido a los creyentes: “Lā tadābarū (no se den la espalda)”. (Muslim, 2564). Cuando los creyentes se dan la espalda, sus corazones también se apartan, rompiendo la conexión metafísica, una conexión establecida por Dios y facilitada por la postura recta, entre ellos.
Fuente: https://renovatio.zaytuna.edu