Por: Redacción
Un creyente que ayuna se enfrenta constantemente los deseo del ego. Al mantener estos deseos bajo control, reducen su efecto al mínimo. El ayuno perfecciona nuestra moralidad, nos de determinación, paciencia y perseverancia ante las dificultades. Nos hace más agradecidos. Es una coraza que nos protege de las exigencias de nuestro ego carnal. Por otro lado, nos recuerda los dones que hemos recibido de Allah y nos hace más sensibles a la situación de muchos que no pueden comer cada día. Es una forma de adoración que ayuda eliminar el odio, la envidia y la codicia. Esto es parte de la sabiduría que encierra el ayuno.
El ayuno no es algo específico del Islam. No es algo que se hubiera hecho obligatorio a partir de este momento, ya que la Sunnah de Allah no cambia, era obligatorio igualmente para las comunidades anteriores a la musulmana.
Allah el Altísimo ha dicho:
¡Creyentes! Se os ha prescrito el ayuno al igual que se les prescribió a los que hubo antes de vosotros para que así podáis tener Taqwa (temor de Allah).
El ayuno del musulmán cura incontables males, algunos de los cuales ya hemos mencionado en otros artículos. Podemos añadir aquí la inclinación de los hombres hacia los placeres que ofrece este mundo y sus diversiones. El ayuno ayuda a adquirir la disciplina y el control de nuestro apetitos. Evita excesos y obesidad, y en consecuencia muchas otras enfermedades. Para conseguir estos objetivos, el ayuno debe ser realizado siguiendo lo que Allah el Altísimo nos ha prescrito, el Creador del ser humano. El que mejor conoce lo que le beneficia y lo que le daña.
Tiene que realizarse en “los días señalados” ya que el efecto y los beneficios de una medicina administrada durante mucho tiempo disminuyen. El Mensajero de Allah, sobre él la paz y las bendiciones, advertía sus compañeros que expresaban la voluntad de ayunar constantemente de esta manera:
El que ayuna siempre, no ayuna. (Bujari, sawm, 55-57)
Lo repitió tres veces. Desde el punto de vista médico, que ayuno que se realiza cada día se convierte en hábito y no tiene los mismo efectos.
También en el resto de la creación tenemos ejemplos del ayuno. Sabemos que la hibernación de ciertos animales durante el invierno, un tipo de ayuno, tiene que ver con la falta de comida en ese periodo del año. Algo parecido podemos decir de los árboles. En invierno pierden las hojas y pasan toda esta temporada ‘durmiendo’. Con la llegada de la primavera, rejuvenece, produciendo gran cantidad de hojas, flores y frutos. Incluso los metale y los minerales necesitan ayunar. Los motores y la máquinas tienen que descansar después de haber trabajado largos periodos de tiempo. En algunos métodos modernos de tratamiento de ciertas enfermedades crónicas se aconseja, según el estado del paciente. No obstante, el ayuno que se realiza por razones de salud tiene resultado positivos en la salud, pero no en el espíritu de la persona, ya que este beneficio solo se consigue cuando el ayuno es por Allah, para complacerle.
El ayuno del mes de Ramadán fomenta la unidad y solidaridad entre los musulmanes, ya que el ayuno resulta más fácil cuando lo realiza toda la comunidad, algo que hace que durante este mes la gracia divina en esta comunidad sea mucho más perceptible. El mes de Ramadán cae en diferentes temporadas del año (siguiendo el año lunar). Puede ser un mes caluroso o frío, con los días más cortos o más largos. El ayuno puede ser más fácil o más difícil, dándoles a los creyentes la oportunidad de agradecerle la facilidad y superar la dificultad con la ayuda divina y progresar con ellos espiritualmente.
Allah, Todopoderoso dice con respecto al ayuno del mes de Ramadán:
En el mes de Ramadán se hizo descender el Corán, dirección para los hombres y pruebas claras de la Guía y del Discernimiento; así pues, quién de vosotros vea el mes*, que ayune, y el que esté enfermo o de viaje que lo haga en otro momento, por el mismo número de días. Allah quiere para vosotros lo fácil y no lo difícil, pero quiere que completéis el número (de días) y que proclaméis la grandeza de Allah por haberos guiado. ¡Ojalá seáis agradecidos! (Sura de la Vaca 2:185)
Según esta aleya, Allah el Altísimo ha querido que el ayuno sea la expresión de la gratitud por haber recibido el Corán. Como siempre, ha facilitado la realización de este mandato para que se haga patente el beneficio que menciona al final de la aleya.
Por lo tanto, el siervo llega a percibir la majestad de y los favores de Allah y aprende la mejor manera de agradecerle. Así pues, lo más importante de este mes es que el siervo purifique su consciencia de los deseos carnales y de todo lo que no es Allah, acercándose de esta manera a Él y llegando al límite de su concentración espiritual.
Fuente: Islam, el camino de la verdad, de Shaij Uzman Nuri Topbas