Las declaraciones de Stephen Hawking sobre Dios han sido contradictorias, pero nunca pudo negar Su existencia categóricamente
Por: Usama Hasan
La introducción a la edición original de 1988 ‘Una breve historia del tiempo’ (Bantam Press) de Stephen Hawking fue escrita por el difunto Carl Sagan, un físico estadounidense de renombre que también era ateo. En esta Introducción, Sagan puso un sesgo decididamente ateo en el trabajo de Hawking:
«En este libro encontramos revelaciones lúcidas en las fronteras de la física, la astronomía, la cosmología y el coraje… Es también un libro sobre Dios… o tal vez la ausencia de Dios. La palabra Dios llena estas páginas. Hawking se embarca en una búsqueda para responder la famosa pregunta de Einstein sobre si Dios tuvo elección a la hora de crear el universo. Hawking está intentando, como explícitamente declara, entender la mente de Dios. Y esto hace tanto más inesperada la conclusión del esfuerzo, al menos hasta ahora: un universo sin borde en el espacio, sin principio ni fin en el tiempo, y nada que un Creador pueda hacer».
Dado que muchas personas, si no la mayoría, que compraron el bestseller no lograron comprender mucho en una lectura bastante difícil para los no especialistas, las resonantes palabras de Sagan al comienzo del libro tuvieron una enorme influencia. Mucha gente no se habría percatado de que el corto y concluyente capítulo de Hawking mantenía una posición agnóstica, más bien abierta a la idea de Dios. Poco más de dos décadas después, la publicación de extractos del último libro de Hawking, The Grand Design, muestra que el «físico más grande desde Einstein» no siguió la visión mística de Dios de este último, sino que optó por una posición similar a la de Sagan.
Durante la última semana, muchos periodistas y comentaristas han desenterrado el párrafo final de Hawking de 1988 (página 175) y han razonado que ahora simplemente ha cambiado de opinión:
«Sin embargo, si descubrimos una teoría completa … sería el triunfo final de la razón humana, porque entonces conoceríamos la mente de Dios».
Sin embargo, Hawking declaró los puntos más importantes, filosóficos, en un par de párrafos anteriores (p.174), puntos que han sido ignorados en gran medida en el debate reciente:
«Incluso si solo hay una teoría unificada posible, es solo un conjunto de reglas y ecuaciones. ¿Qué es lo que inhala fuego en las ecuaciones y crea un universo para describir? El enfoque habitual de la ciencia de construir un modelo matemático no puede responder a las preguntas de por qué debería haber un universo para describir el modelo. ¿Por qué el universo se toma la molestia de existir? ¿Es la teoría unificada tan convincente que provoca su propia existencia?”.
Parece que Hawking se olvidó estas preguntas cruciales al afirmar en su último libro (como se informó en The Times, 2 de septiembre de 2010) que:
«Debido a que existe una ley como la gravedad, el Universo puede y se creará a partir de la nada. La creación espontánea es la razón por la que hay algo en lugar de nada, por qué existe el Universo, por qué existimos. No es necesario invocar a Dios para que encienda el interruptor y ponga en marcha el Universo «.
De esta forma Hawking no explica de dónde viene la ley de la gravedad, y no responde su propia pregunta de 1988:
«¿Qué es lo que inhala fuego en las ecuaciones y crea un universo para describir?»
O, como dice el profesor Paul Davies:
«Sin embargo, ahora se avecina un problema mucho más difícil. ¿Cuál es la fuente de esas ingeniosas leyes que permiten que un universo emerja de la nada?
La «creación espontánea» de Hawking es Dios por otro nombre: ¡nuestros amigos ateos, como los teístas, tienen muchos nombres para Dios!
La dependencia de Hawking de la teoría M (relacionada con la teoría de cuerdas) es objetable porque va en contra de su fuerte posición positivista que exige pruebas experimentales para cualquier teoría. Paul Davies dice: «No es comprobable, ni siquiera en un futuro previsible», y el profesor Jon Butterworth agrega: «La teoría M es altamente especulativa y ciertamente no en la zona de la ciencia de la que tenemos evidencia». Ambas citas son de The Times)
Además, los físicos Lee Smolin y Peter Woit han escrito libros populares sobre los problemas de la teoría de cuerdas (The Trouble With Physics y Not In Wrong: The Failure of String Theory, respectivamente).
En cuanto a la idea del multiverso, el cosmos como una vasta (posiblemente infinita) colección de universos inferidos por Hawking a partir de la teoría M, Neil Manson dijo una vez que, «el multiverso es el último recurso del ateísta desesperado». Sin embargo, mientras algunos de nuestros amigos judíos, cristianos y musulmanes pueden tener objeciones al multiverso, dada la centralidad del pueblo israelita, Jesús y Muhammad respectivamente en nuestras teologías, otros no tienen tales problemas. El Corán enseña que Dios creó «siete tierras» (Surah al-Talaq o Capítulo: Divorcio, 65:12). El gran comentarista, Ibn ‘Abbas, enseñó que «en cada tierra hay un Adán, un Moisés, un Jesús y un Mahoma». En otras palabras, cabe la posibilidad de que haya vida en otros planetas y posiblemente en universos paralelos, y dado que toda la creación está para glorificar a Dios, otras formas de vida inteligente también pueden alcanzar las alturas de la espiritualidad entre sus especies.
Dios como Creador (al-Khaliq, y también la forma intensiva al-Khallaq) puede crear tantos universos como desee. Entonces, en respuesta a la pregunta: «¿Dios o multiverso?» Es obviamente posible creer en Dios como Señor del Multiverso (Rabb al-‘alamin).
En conclusión, debe recordarse que Hawking es un científico brillante. La ciencia hace un excelente trabajo al describir la naturaleza, o como diría un teísta, cómo crea Dios. Pero la ciencia no puede decir nada esencial acerca de por qué estamos aquí y cómo debemos vivir nuestras vidas: solo la creencia y la religión verdaderas y equilibradas pueden responder esas preguntas, con los Mensajeros de Dios para mostrarnos el Camino.
Fuente: https://unity1.wordpress.com Traducido y editado por Truth Seeker Es
El Dr. Usama Hasan es profesor titular de ingeniería en la Universidad de Middlesex, imán en la mezquita Al-Tawhid en Londres y miembro de la Royal Astronomical Society.