Por: Hisham Kamali
Al-Maqasid al-Shari’ah, o los Principios de la Sharia, es una disciplina de gran importancia y, sin embargo, algo descuidada cuando se habla de la Shari’ah. La Shari’ah generalmente se basa en el beneficio del individuo y la comunidad y sus leyes están diseñadas para proteger estos beneficios y para facilitar la mejora y perfección de las condiciones de la vida humana. El Corán expresa esto cuando señala el propósito principal de la profecía de Mahoma, que la paz sea con él:
«Y no te hemos enviado sino como misericordia para todos los mundos». (Los Profetas, 21:107)
Esto también puede verse en la caracterización del Corán de sí mismo como «una cura para lo que hay en los pechos» y «una guía y una misericordia» para los creyentes y la humanidad (Yunus, 10:57). Los objetivos de rahmah (misericordia o compasión) mencionados en estos dos versículos están confirmados por otras disposiciones del Corán y la Sunnah (las tradiciones del Profeta) que buscan establecer la justicia, eliminar los prejuicios y aliviar las dificultades. Las leyes del Corán y la Sunnah también buscan promover la cooperación y el apoyo dentro de la familia y la sociedad en general.
Adl o qist (justicia) es, de hecho, una manifestación de la Misericordia de Dios, pero también puede ser visto como un objetivo principal de la Shari’a por derecho propio. Ciertamente, el Corán lo ve como tal cuando dice:
«Y así fue como enviamos a Nuestros mensajeros con las pruebas claras e hicimos descender con ellos el Libro y la Balanza, para que los hombres pudieran establecer la equidad». (El Hierro 57:25).
La justicia como valor u objetivo primario de la Shari’ah es mencionado en el Corán cincuenta y tres veces.
El adl -que literalmente significa poner las cosas en su lugar correcto y apropiado- como objetivo fundamental de la Shari’ah, trata de establecer un equilibrio entre derechos y obligaciones para eliminar la disparidad excesiva o indebida en todas las esferas de la vida.
Educar al individuo (tahdhib al-fard) es también un objetivo muy importante de la Shari’ah. De hecho, en orden de prioridad, puede merecer ser colocado antes de la justicia y del maslahah (interés o beneficio público). Con el tahdib al-fard se busca hacer de cada individuo un persona de confianza y que sea ejemplo de los valores de la Shari’ah. El propósito general de un gran número de las estipulaciones de la Shari’ah, especialmente en las esferas de la ‘ibadah (adoración ritual) y akhlaq (enseñanzas morales), es capacitar al individuo para adquirir las virtudes de la taqwa (conciencia reverencial de Dios) y así convertirse en un agente de beneficio para los demás.
El Corán expresa, en numerosos lugares y en variedad de contextos, la razón de ser, el propósito y el beneficio de sus leyes, de tal manera que su texto se puede caracteriza por estar dirigido a un propósito. Esta característica del Corán es común a sus leyes relativas tanto a ibadah (acciones de adoración) como a las mu’amalah (transacciones civiles). Así, cuando el texto expone el ritual del wudu o la ablución para la oración, añade: «Allah no quiere poneros ninguna dificultad, sólo quiere que os purifiquéis y completar Su bendición sobre vosotros» (La Mesa Servida, 5: 7). Con respecto a la oración declara: «Es cierto que el salat impide la indecencia y lo reprobable» (La Araña, 29:45). Con referencia a la yihad, el Corán proclama de manera similar su razón: «A quienes luchen por haber sido víctimas de alguna injusticia, les está permitido luchar» (La Peregrinación 22:39).
Con referencia a la ley de las qisas (talión) el texto también añade: «En el talión tenéis vida ¡vosotros que sabéis reconocer la esencia de las cosas! Ojalá os guardéis» (La Vaca 2:179). Y finalmente, con respecto al zakat (impuesto sobre la riqueza), también se da la razón: «Para que así no haya privilegios para vuestros ricos» (la Concentración, 59:7).
Se podrían citar muchos más ejemplos para demostrar que el Corán y la Sunnah son a menudo explícitos respecto a la razón, el propósito y el beneficio de los ahkam (reglas). En todos los casos, ya sea que el objetivo esté definido o no, el objetivo subyacente de cada regla es la realización de maslahah (pl.- masalih), el interés o beneficio público. Es por esta razón que la maslahah ha sido considerada, generalmente, como la quintaesencia de los objetivos últimos de la Shari’ah; de hecho, la justicia es también una maslahah así como lo es la educación del individuo.
Clasificación de los Maqasid -Principios de la Sharia-.
Los ulama (eruditos musulmanes) han clasificado toda la gama de maqasid-cum-masalih en tres categorías en orden descendente de importancia: lo daruriyyat (lo esencial), lo hayiyyat (complementario) y lo tahsiniyyat (la deseable o los adornos).
La primera categoría, los masalih esenciales se enumeran como cinco: la vida, la creencia, el intelecto, el linaje y la propiedad. Estos son vistos como requisitos absolutos para la supervivencia y el bienestar espiritual de los individuos, en la medida en que su destrucción o colapso precipitaría el caos y la desaparición del orden normal en la sociedad. La Shari’ah busca proteger y promover estos valores esenciales y valida todas las medidas necesarias para su preservación y progreso. El robo, el adulterio y el consumo de alcohol son delitos punibles, ya que suponen una amenaza para la inviolabilidad de la propiedad privada, el bienestar de la familia y la integridad del intelecto humano, respectivamente. En un sentido afirmativo de nuevo, pero a un nivel diferente, la Shari’ah alienta el trabajo y las actividades comerciales para que el individuo pueda ganarse la vida, y prescribe medidas elaboradas para garantizar el buen flujo de las transacciones comerciales en el mercado. La Shari’ah también fomenta la búsqueda del conocimiento y la educación para asegurar el desarrollo intelectual de la gente y el progreso de las artes, las ciencias y la civilización. En otras palabras, los masalih esenciales constituyen el tema central omnipresente de la Shari’ah, y todas sus leyes están relacionadas con la protección de estos beneficios.
La segunda categoría de beneficios, conocida como los hayiyyah o los beneficios complementarios, se definen como beneficios que buscan eliminar la gravedad y las dificultades en los casos en que tal gravedad y dificultad no supone una amenaza para la supervivencia del orden normal. Un gran número de rujsas (concesiones), tales como el acortamiento de la oración y la permisibilidad de no ayunar d el enfermo o el viajero, pueden ser clasificados como hayiyyah. En casi todas las áreas de la ibadah obligatoria, la Shari’ah ha concedido tales concesiones. Estas concesiones están dirigidas a evitar las dificultades del beneficio que se deriva de la autorización concedida para disminuir una acción obligatoria o acomodar una incapacidad temporal para llevar a cabo tal acción.
La tercera categoría de masalih, conocida como los tahsiniyyah, pertenece a la naturaleza de lo deseable, ya que buscan alcanzar refinamiento y perfección en las costumbres y la conducta de la gente. La Shari’ah, por lo tanto, estimula la limpieza del cuerpo y la vestimenta para los propósitos de la ‘ibadah (adoración) y recomienda, por ejemplo, el uso de perfume cuando se asiste a la oración congregacional del viernes. La Shari’ah también alienta dar dádivas a los necesitados, además de la caridad obligatoria (Zakat). También en lo que respecta a la ‘ibadah, recomienda las oraciones supererogatorias y el ayuno voluntario. En lo que respecta a las costumbre y relaciones interpersonales, la Shari’ah alienta a al-rifq (gentileza), husn al-khulq (habla y conducta agradable) e ihsan (trato justo). Incluso en el ámbito del derecho penal, tanto en lo que se refiere a la eliminación de las privaciones o de la severidad así como a lo que es deseable, se aconseja al juez y al jefe de estado que no sean ávidos en la aplicación de las penas, ya que se debe buscar un castigo menor si existe cualquier duda sobre la culpabilidad, tal y como se indica en el hadiz relacionado por Al-Hakim y As-Suyuti:
Abstenerse tanto como podáis de de imponer los hudud s los musulmanes. Si encuentras una forma de evitarlo para el musulmán, deja que él (o ella) lo evite, ya que es mejor para el imam (gobernante/juez) perdonar erróneamente que castigar injustamente.
Por lo tanto, ser demasiado estricto o severo a la hora de aplicar el castigo es indeseable. El propósito de todo esto es el logro del refinamiento y la excelencia en todas las áreas de la conducta humana.
Los tahsiniyyah son una categoría muy importante, ya que son omnipresentes y se relacionan con todos los demás masalih. Uno puede realizar el Salat obligatorio, por ejemplo, con plena y adecuada concentración, dando a cada una de sus partes la debida atención; o al contrario, se puede ejecutar con prisa e irreflexión. La diferencia entre los dos extremos del espectro es que en un extremo el individuo que realiza el Salat pretende alcanzar lo esencial y lo deseable, es decir, cumplir un deber pero de tal manera que se obtenga el mayor beneficio espiritual; y en el otro extremo, en el mejor de los casos, puede considerarse como una descarga superficial del deber. Se puede extender este análisis a la implementación de casi todos los ahkam (regulaciones) de la Shari’ah, y de hecho, a casi todos los ámbitos de la conducta humana.
Fuente: http://www.hashimkamali.com