Autor: Aisha Stacey
En la primera parte discutimos la naturaleza milagrosa del Corán y planteamos una pregunta: ¿Cómo es posible que un libro escrito en el siglo VI de la Era Cristiana pueda tener conocimientos que sólo han estado disponibles a partir del siglo XX de la misma era ? Llegamos a la conclusión lógica de que el Corán es la palabra de Dios. Sin embargo, ¿es esto suficiente? ¿Son estos milagros científicos prueba de que el Corán es la palabra de Dios? Sí, esto puede ser suficiente para algunos, pero otros puede que deseen buscar otras pruebas. Hay otros aspectos que se pueden tomar en cuenta, en particular los relativos a lo que se conoce a menudo como la naturaleza lingüística del Corán.
En el siglo séptimo de la era cristiana, los árabes, aunque en su mayor parte analfabetos, eran maestros de la expresión oral. Su poesía y prosa eran consideradas modelos de excelencia literaria. Cuando el Profeta Muhammad (Dios lo bendiga y le de la paz) recitó el Corán, los árabes fueron conmovidos por su tono sublime, elocuencia y belleza extraordinaria. Entre ellos, incluso entre los que rechazaron la llamada al Islam, no había duda alguna de que las palabras del mensaje coránico provenían de una fuente no terrenal.
El Corán desafía a todos a que escriban un solo capítulo que sea igual a alguno de los que contiene, poniendo como ejemplo el capítulo más breve, al-Kawzar, que consta de solo tres versículos.
«Si dudan de lo que le he revelado a Mi siervo traigan un capítulo [del Corán] similar, y recurran para ello a quienes toman por socorredores en lugar de Dios, si es verdad lo que afirman. Si no lo hacen, y por cierto que no podrán hacerlo, teman al fuego, cuyo combustible serán seres humanos y piedras, [un fuego] que ha sido preparado para los que niegan la verdad.» (Corán 2:23-24)
El desafío se encuentra vigente hasta el día de hoy, y nadie ha sido capaz de aportar algo ni siquiera cercano al Corán, desde el momento de su revelación.
Por lo tanto, este hecho nos exige que planteemos otra pregunta: ¿Cómo sabemos que estas palabras de Dios no han sido cambiadas a lo largo de los siglos? Las palabras que leemos y sobre las que reflexionamos en la actualidad, son las mismas palabras leídas hace más de 1.400 años. Más de 1.500 millones de musulmanes creen esto, y lo hacen porque Dios mismo se comprometió a preservar y proteger el Corán. Dios concedió a la humanidad los dones de oír, ver y pensar. Así que utilicemos nuestras mentes, oídos y ojos para examinar la autenticidad de Corán.
«Dios los hizo nacer del vientre de sus madres sin conocimiento [del mundo que los rodea]. Él los dotó de oído, vista e intelecto, para que sean agradecidos.» (Corán 16:78)
Las palabras del Corán se han mantenido sin cambios debido a la cuidadosa memorización y el registro meticuloso. Cuando estaba siendo revelado el Corán, fue memorizado por los compañeros del Profeta Muhammad (Dios lo bendiga y le de la paz) y luego transmitido cuidadosamente de generación en generación. Según una estimación, hay más de 10 millones de personas hoy en día que han memorizado el libro de principio a fin. Si el texto coránico llegara a desaparecer, sería fácilmente posible recuperar cada palabra, en el orden correcto y con la pronunciación correcta. Además, los escribas de confianza también escribieron la revelación sobre piedras planas, cortezas, huesos, e incluso pieles de animales. Durante su vida, el Profeta Muhammad (Dios lo bendiga y le de la paz) supervisó él mismo el proceso de memorización y conservación del texto coránico. A través de los siglos, los musulmanes y no musulmanes por igual han examinado copias del Corán, algunas de más de 1.000 años de antigüedad, y han encontrado que todos ellas son idénticas, a pesar de la introducción de las notaciones vocálicas supra y sublineales en el siglo VII de la era cristiana. Estas marcas fueron introducidas para proteger aún más la autenticidad del Corán al exigir el cumplimiento estricto de las normas de pronunciación.
«Yo he revelado el Corán y Yo soy su custodio.» (Corán 15:9)
Una vez establecido esto, el Corán contiene una información que solo puede ser conocida por Dios y que confirma la autenticidad de las palabras que tenemos delante de nosotros hoy en día. De nuevo, hemos llegado a la misma conclusión lógica: que el Corán, y por lo tanto la religión del Islam, son la verdad. Al aprender sobre el Islam, es posible en cada momento decisivo de la investigación volver a comprobar su autenticidad. Sin embargo, uno podría preguntarse: ¿por qué la venida del Profeta Muhammad (Dios lo bendigay le de la paz) no fue mencionada en revelaciones de Dios anteriores? La respuesta a esta pregunta es que, sin duda, sí fue mencionada.
El Corán confirma y abroga los libros que habían sido enviados por Dios antes de él, incluyendo la Tora judía y el Evangelio de Jesús. En nuestra búsqueda para confirmar las verdades del Islam podemos mirar estos libros y encontrar predicciones claras (1) de la venida del Profeta Muhammad (Dios lo bendiga). El primer capítulo del Antiguo Testamento se refiere a la venida de un profeta y describe exactamente al Profeta Muhammad (Dios lo bendiga). El enviado de Dios no sabía leer ni escribir y las palabras del Corán que pronunció fueron las palabras reveladas por Dios.
«Yo les suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú, y pondré mis palabras en su boca; y él les hablará todo lo que yo le mandare» (Deuteronomio 18:18)
«Ni habla de acuerdo a sus pasiones. Él solo trasmite lo que le ha sido revelado.» (Corán 53:3-4)
En Juan 14:16 Jesús habla a sus discípulos diciendo: «Y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.»(2) Él incluso dijo: «si no me fuera, el Consolador no vendrá a vosotros».(3) ¿Quién es exactamente el Consolador? Jesús se refería claramente al Mensajero de Dios, Muhammad, que vendría después de él y le glorificaría.(4) En sus tradiciones, el Profeta Muhammad glorifica a Jesús en términos imposibles de malinterpretar.
El que da testimonio de que nadie merece ser adorado sino Dios, que no tiene coparticipe, y que Muhammad es Su siervo y Mensajero, y que Jesús es el siervo de Dios, Su Mensajero y Su Palabra, que Él ha comunicado a María, y un espíritu creado por Él, y que el Paraíso es verdad, y que el Infierno es verdadero, Dios lo admitirá en el Paraíso, según sus obras.(5)
Aunque no hay evidencia que sugiera que las escrituras hindúes fueron reveladas por Dios, sí hay evidencia de que los sabios eruditos hindúes justos estaban en busca de verdades universales. Las verdades que conectan a la humanidad con un poder superior. Las escrituras hindúes mencionan también al Profeta Muhammad. En el Sama Veda libro II, himno 6, versículo 8, dice: «Ahmed (6) adquirió de su Señor el conocimiento de la ley eterna. He recibido la luz de él como del Sol.» De acuerdo con Bhavishya Purana en el Prati Sarg Parv III, Khand 3, Adhay 3, Shloka 5 a 8: «Aparecerá un maestro espiritual, un Malecha (perteneciente a un país extranjero y que hablara un idioma extranjero) con sus compañeros. Su nombre será Mohammad.» (7)
Hasta ahora, hemos establecido que el Corán contiene un conocimiento que no pudo ser probado hasta muchos siglos después de que se reveló. Utilizamos este hecho y otros para reconocer que Dios mismo es el que habló en el Corán. (8) El Corán es una de las dos fuentes principales del Islam; la otra son las enseñanzas y tradiciones auténticas del Profeta Muhammad (Dios lo bendiga). En este artículo, también hemos establecido que el Profeta Muhammad fue predicho en las escrituras sagradas, tanto de otras religiones monoteístas (judaísmo y cristianismo) como también el hinduismo. Nuestro próximo paso lógico y el tema de la tercera parte es demostrar la autenticidad de la profecía del profeta Muhammad, y así demostrar que el segundo principio de la fuente del Islam es verdadero.
Notas:
[1] Una discusión completa de las profecías bíblicas referentes al Profeta Muhammad se encuentra en la siguiente página web: (www.islamreligion.com/es/articles/200/viewall/)
[2] Biblia. Versión Reina-Valera 1960.
[3] Juan 16:7, Ibíd.
[4] Juan:16:14, Ibíd
[5] Sahih Bujari.
[6] Ahmad es el mismo nombre que Muhammad, ambos significan ‘alabado’.
[7] El Profeta Muhammad (Dios lo bendiga) en las escrituras hindúes, por Dr. Zakir Naik.
[8] Para una exposición más detallada de la naturaleza milagrosa del Corán, véase el artículo «El Milagroso Corán» (http://www.islamreligion.com/es/articles/528/viewall/).