Por: Maurice Bucaille
La expansión del universo es uno de los fenómenos más importantes descubiertos por la ciencia moderna. Es una noción hoy bien establecida; la únicas discusiones que surgen al respecto giran en torno al modelo según el cuál está teniendo lugar.
Sugerida a partir de la teoría de la relatividad general, la expansión del universo posee un soporte físico en los exámenes del espectro de las galaxias; el desplazamiento sistemático hacia el rojo de su espectro se explicaría por una separación de las galaxias entre sí. Así, la extensión del universo crecería sin cesar y este crecimiento sería tanto más importante en la medida que nos alejemos de nosotros. Las velocidades a las que los cuerpos celestes se desplazarían en esta continua expansión podrían ir desde fracciones de la velocidad de la luz hasta valores superiores a esta.
El versículo siguiente del Corán (sur 51, versículo 47) en el que habla Dios, ¿puede confrontarse con esta nociones modernas?
El Cielo, lo edificamos con solidez y lo hicimos vasto en expansión. (Los que levantan un torbellino, 51:47)
El cielo, la traducción de la palabra sama’, ¿no es precisamente al mundo exterior a la tierra a lo que se refiere?
Lo que se ha traducido por «en expansión», es el participio presente plural musieuna del verbo awsaea, que significa crecer, extenderse, hacerse más vasto, más espacioso, cuando se trata de objetos.
Cierto traductores incapaces de comprender el sentido de esta última palabra, dan significados que me parecen erróneos, como «Nos estamos llenos de grandeza» (R. Blachere). Otros autores adivinan el significado pero no se atreven a pronunciarse: Hamidullah en su traducción del Corán, habla de engrandecimiento del cielo, del espacio, pero con un signo de interrogación. Hay finalmente quienes, rodeándose para sus comentarios de opiniones científicas autorizadas, dan el significado aquí referido. Tal es el caso de los comentaristas del Muntakhab editado por Consejo Supremo de Asuntos Islámicos de El Cairo, que evocan sin la menos ambigüedad la expansión del universo.
Fuente: Libro La Biblia, el Corán y la Ciencia, de Maurice Bucaille