Las implicaciones del ateísmo (3/4): una vida sin propósito

El Islam eleva nuestra existencia a seres conscientes que eligen tener una relación con su Creador. El ateísmo y el naturalismo conllevan una vida sin propósito.

El Islam eleva nuestra existencia a seres conscientes que eligen tener una relación con su Creador. El ateísmo y el naturalismo conllevan una vida sin propósito.

Por: Hamza Tzortis

Este artículo es el tercero de una serie de cuatro, para leer el segundo haga clik aquí.

El ateísmo no es una posición intelectual que existe en una burbuja. Si sus afirmaciones son ciertas, entonces uno tendría que sacar algunas conclusiones existenciales y lógicas inevitables que son muy sombrías. Bajo el ateísmo, la vida es ridícula. Los siguientes argumentos pueden no proporcionar un argumento racional para Dios, ni se deduce que Dios existe simplemente porque la vida sin Dios parezca absurda. Sin embargo, proporciona un terreno fértil en el que se arraigan los argumentos racionales de la existencia de Dios.

La mayoría de los ateos son naturalistas filosóficos que sostienen que no hay nada sobrenatural y que todo en el universo puede explicarse en referencia a los procesos físicos. El ateísmo combinado con el naturalismo filosófico es una receta para el desastre existencial. La fórmula es simple: no Dios, que incluye los conceptos asociados de responsabilidad Divina, equivale a ninguna esperanza, valor y propósito final. Tampoco conduce a una felicidad eterna y significativa. Esta conclusión no es un cliché religioso anticuado, es el resultado de pensar racionalmente sobre las implicaciones lógicas y existenciales del ateísmo.

Una vida sin propósito

«No sé por qué estamos aquí, pero estoy bastante seguro de que no es para divertirnos». [BBC]

Estas son las palabras del influyente filósofo Ludwig Wittgenstein. Como muchos filósofos, no tenía una respuesta a la pregunta: ¿Cuál es el propósito de la vida? Pero sí indicó que la vida no es solo un juego. Sin embargo, otras personas han argumentado que la pregunta es errónea. Puede que no haya nada de lo que debamos preocuparnos. Deberíamos seguir viviendo sin preocuparnos de por qué estamos aquí. El ganador del Premio Nobel Albert Camus explicó esta actitud de la siguiente manera: «Nunca vivirás si buscas el sentido de la vida». Camus básicamente decía que lo importante es vivir una vida que te funcione, independientemente de cualquier verdad detrás de tu existencia.

Debido a estos puntos de vista diferentes, debemos preguntarnos: ¿es razonable creer que tenemos un propósito? Para ayudar a responder esta pregunta, tomemos en consideración la siguiente ilustración:

Probablemente estés leyendo este artículo sentado en una silla y llevas algo de ropa. Me gustaría hacerte una pregunta: ¿Para qué? ¿Por qué llevas puesta la ropa y qué propósito tiene la silla? Las respuestas a estas preguntas son obvias. El propósito de la silla es permitirnos sentarnos apoyando nuestro peso y nuestra ropa cumple con el propósito de mantenernos calientes, ocultar nuestra desnudez y, por supuesto, que se nos vea estéticamente agradables. Nuestra ropa y la silla son objetos sin vida sin habilidades emocionales o mentales, y les atribuimos un propósito. Sin embargo, algunos no creemos que nuestra existencia tenga un propósito. Esto parece absurdo y contra intuitivo.

Tener un propósito final en nuestras vidas implica que hay una razón para nuestra existencia, en otras palabras, algún tipo de intención y objetivo. Sin un propósito final no tenemos razón para existir y nos falta un significado profundo en nuestras vidas. Esta es la perspectiva del naturalismo. Dicta que simplemente surgimos de procesos físicos anteriores. Estos son ciegos, aleatorios y no racionales. La conclusión lógica de esta visión indiferente de nuestra existencia es que estamos viajando en un barco que se hunde. Esta nave metafórica es nuestro universo porque, según los científicos, este universo se dirige hacia su inevitable desaparición y sufrirá lo que ellos llaman una «muerte por calor». La vida humana será destruida antes de esta muerte por calor, ya que el Sol eventualmente destruirá la Tierra. [The Life Cycle of the Sun] Por lo tanto, si esta nave se va a hundir, te pregunto, ¿cuál es la razón de reorganizar las tumbonas o dar un vaso de leche a la anciana? El Corán representa la postura intuitiva de la humanidad sobre este tema: «¡Señor nuestro! No creaste todo esto en vano”. (Corán, 3:191)

Sin embargo pueden surgir varios argumentos es esta discusión. Primero, un ateo puede argumentar que la ausencia de cualquier razón para nuestra existencia nos da más libertad para crear un propósito para nosotros mismos. Para explicar esto algunos de los existencialistas han argumentado que nuestras vidas no están basadas en nada, y de esta nada podemos crear un nuevo reino de posibilidades para nuestras vidas. Esto se basa en la idea de que todo existe intrínsecamente sin sentido y, por lo tanto, tenemos la libertad de crear significado por nosotros mismos a fin de vivir una vida plena. El error de este enfoque es que realmente no podemos escapar del significado. Negar el propósito en base a nuestra existencia mientras atribuimos algún propósito inventado a nuestras vidas es, por definición, autoengaño. No es diferente decir: «pretendamos tener un propósito». Esto no es diferente de los niños que fingen ser médicos y enfermeras, vaqueros e indios, o madres y padres. Sin embargo, todos debemos crecer y enfrentar la verdad de que la vida no es solo un juego.

Otro desacuerdo consiste en la afirmación darwiniana de que nuestro propósito es propagar nuestro ADN; Como el famoso ateo Richard Dawkins propone en su libro, The Selfish Gene, nuestros cuerpos se han desarrollado para hacer precisamente eso. El problema con este punto de vista es que relega nuestra existencia a un accidente aleatorio a través de un largo proceso biológico. Esto hace que el ser humano no sea más que un subproducto, un ser incidental que surgió a través de la colisión aleatoria de partículas y el reordenamiento aleatorio de moléculas.

La visión del Islam sobre el propósito de nuestras vidas es intuitiva y fortalecedora. Eleva nuestra existencia del producto de la materia y el tiempo a seres conscientes que eligen tener una relación con Aquel que los creó. El ateísmo y el naturalismo no proporcionan un propósito final para nuestra existencia.


Fuente: http://www.hamzatzortzis.com/ Traducido y editado por TruthSeeker.info/es

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