Por: Dr. M Nazir Khan
¿Puede la libertad espiritual proporcionar la respuesta?
Puede haya quedado claro en este momento, de nuestro artículo anterior, que un ser humano puede perder fácilmente su libertad a medida que se esclaviza psicológicamente a los diversos ídolos de esta vida mundana. Y, evidentemente, esto puede llevar a consecuencias psicológicas, sociales, morales y espirituales desastrosas. Pero ¿hay otra perspectiva de libertad que permita que los seres humanos alcancen esa elusiva libertad del alma? Curiosamente, un examen detallado de las enseñanzas islámicas presenta un paradigma moral de la libertad que merece nuestra consideración.
Desde la perspectiva islámica, nuestras vidas no son insignificantes ni carecen de ningún propósito final. «¿Acaso pensasteis que os habíamos creado únicamente como diversión y que no habríais de volver a Nosotros?» [Corán 23: 115]. Entonces, ¿cuál es el propósito de nuestras vidas?
Nuestras vidas son un viaje espiritual hacia Dios, para profundizar nuestra relación con Él. «¡Hombre! Te diriges inevitablemente hacia tu Señor, llevando tus obras, y habrás de encontrarte con Él» [Corán 84: 6]. Todas las experiencias duras y dolorosas en la vida en realidad nos presentan oportunidades para convertirnos en mejores seres humanos mediante la construcción de nuestra relación con Dios. Si transformamos estas experiencias en crecimiento y desarrollo espiritual, encontramos verdadera liberación y serenidad. «Habrá triunfado quien se purifique» [Corán 87:14].
Un ser humano tiene éxito cuando logra la libertad del alma al fortalecer su conexión con lo Divino e imbuirlo con virtud moral. Cuando el alma se despierta a la realidad de la vida, no se distrae con la obsesión por los placeres materiales, sino que se esfuerza para difundir misericordia y compasión y convertirse en la encarnación misma de la virtud moral. Tal alma es verdaderamente libre. Es libre de ver más allá de la gratificación inmediata de los deseos y mirar hacia lo que trae consigo el mayor bien. Como dijo el Profeta Muhammad, que la paz sea con él:
La riqueza verdadera no es la riqueza abundante; la verdadera riqueza es el alma satisfecha. [Sahih Bukhari]
Este alma es libre de reconocer su increíble potencial como siervo de Dios capaz de traer un bien ilimitado a las vidas de los demás. Tal alma se emancipa de las cadenas de la esclavitud mundana y comprende lo que es verdaderamente valioso en la vida. Un alma que solo se preocupa por consumir lo que se coloca frente a ella no es verdaderamente libre. Pero un alma que ve todas las opciones, que mira más allá de lo que es inmediatamente placentero, es un alma libre de elegir lo que provoca la mayor prosperidad y el bienestar espiritual.
Entonces, regresemos a una de nuestras preguntas iniciales: ¿qué es la verdadera libertad? Debería haber quedado claro a partir de lo que hemos hablado anteriormente que un enfoque desproporcionado en las libertades físicas en realidad no equivale a la verdadera libertad, y en muchos casos conduce a una clara pérdida de libertad psico-espiritual. La verdadera libertad en su forma más básica es, entonces, la conciencia y la claridad mental para desear aquellas cosas que conducen a nuestra prosperidad. Esta es una libertad que se cultiva cuando el alma se despierta a la realidad de la vida y se conecta con las fuentes de la purificación espiritual. Un alma que comprende su propósito en la vida es libre de concentrarse en aquellas cosas que realmente importan, libre para valorar la sustancia por encima del estilo, libre para valorar las relaciones significativas sobre las apariencias superficiales, y lo más importante, libre para realizar su potencial completo desarrollando cualidades morales que le acercan a Dios.
Todas las libertades en el Islam se basan en esta libertad básica: la libertad espiritual. Curiosamente, los componentes más fundamentales del Islam, que se conocen como los «cinco pilares del Islam», contienen dentro de ellos un formato práctico para liberarnos de todas las formas de esclavitud psicológica ya analizadas.
- Shahadah
El primer pilar del Islam es el testimonio de la creencia y representa la libertad intelectual. Es aceptar que el propósito último en nuestras vidas es nuestra relación con Nuestro Creador, que no hay nada ni nadie digno de nuestra adoración y devoción excepto Él. Y es aceptar al Profeta Muhammad como un mensajero enviado por Dios con la guía para la humanidad. Ahora en el Islam, no hay tal cosa como la fe ciega.
«La creencia ante la ausencia de evidencias» es una idea completamente ajena al Islam, y de hecho el Corán critica explícitamente a los adoradores de ídolos de Arabia por seguir ciegamente la fe de sus antepasados: «Y cuando se les dice: Seguid lo que Allah ha hecho descender, dicen: No, seguiremos aquello en lo que hemos encontrado a nuestros padres. ¿Pero y si sus padres no comprendían y no estaban guiados?» [Corán 2: 170].
En el Islam, la creencia es la convicción intelectual y espiritual, así como las actitudes y comportamientos que conllevan tales convicciones. En su disertación doctoral, Abdul Latif b. Abdul-Aziz al-Rabah demostró que hay más de setecientos cincuenta versículos en el Corán que invitan al ser humano a la contemplación racional, la investigación, el análisis y la reflexión sobre la naturaleza del mundo que nos rodea y la realidad de la existencia. La intelectualidad y la espiritualidad se sintetizan perfectamente en las fuentes islámicas, y esto produce una perspectiva profundamente liberadora para el ser humano.
- Salah
El segundo pilar del Islam es el desempeño de las cinco oraciones diarias, la palabra ‘salah’ en sí misma, denota lingüísticamente una conexión con lo Divino. El Salah es la máxima manifestación de nuestra libertad espiritual, que nos permite tomar un momento de nuestras ocupadas vidas para recordar nuestra relación con Dios y el significado de la vida. Nos proporciona un medio de alimento espiritual, recitando y reflexionando sobre los versículos del Corán. De hecho, esto es lo que le permite a un ser humano encontrar la verdadera paz interior en un mundo lleno de tantas distracciones, conflictos y fuentes de estrés. «¿Pues no es acaso con el recuerdo de Allah con lo que se tranquilizan los corazones?» [Corán 13:28]. Esta conexión también nos recuerda continuamente nuestras obligaciones morales y nos mantiene alejados de los lapsos en el juicio moral. «Recita lo que se te ha inspirado del Libro y establece el salat, es cierto que el salat impide la indecencia y lo reprobable. Pero el recuerdo de Allah es mayor*, y Allah sabe lo que hacéis» [Corán 29:45].
- Zakat
El Islam nos obliga a gastar un mínimo de un 2,5% de nuestra riqueza total en los pobres y necesitados, creando así un mecanismo incorporado para la actividad humanitaria y filantrópica y permitiendo que un ser humano alcance la libertad material. Esto implica una liberación de la obsesión por la riqueza, una liberación de la persecución patológica del dinero que lleva a muchas personas a vivir vidas vacías y superficiales. Este pilar del Islam nos reconecta con la realidad de aquellos menos afortunados y nuestro papel como agentes morales para cuidar a todos aquellos que viven en el sufrimiento y la pobreza. «Que hemos creado al hombre en penalidad.* *[Es decir, siendo la vida para él un dominio de acción, esfuerzo y fatiga.] Se cree que nadie tiene poder sobre él. Dice: He disipado grandes riquezas. ¿Cree que nadie lo ha visto? ¿Acaso no le hemos dado dos ojos una lengua y dos labios? ¿Y no le hemos señalado las dos vías? Sin embargo no ha emprendido la cuesta. ¿Y cómo hacerte saber qué es la cuesta? Es liberar a un siervo, o alimentar en un día de necesidad a un pariente huérfano, o a un mendigo polvoriento. Y es ser de los que creen, se aconsejan la paciencia y se aconsejan la piedad. Esos son los compañeros de la derecha. Pero los que se niegan a creer en Nuestros signos, ésos son los compañeros de la izquierda. Sobre ellos habrá un fuego cerrado«. [Corán 90: 4-17]
- Siyam/Ayuno
El cuarto pilar del Islam implica el abstenerse de los deseos físicos: comer, beber y tener relaciones sexuales. Por lo tanto, representa la libertad física de la obsesión por los deseos corporales. Le recuerda al ser humano que está compuesto de cuerpo y alma, y es una oportunidad para enfocarse menos en la nutrición del cuerpo y más en la nutrición del alma. Es una oportunidad para desarrollar la disciplina espiritual que le permitirá a uno ser fuerte en todo momento para resistir los impulsos más bajos. Es, nada menos que desarrollar el control del alma.
- Hajj
Finalmente, el quinto pilar del Islam es el peregrinaje a Makkah, en el que uno se viste con ropas simples y se coloca hombro a hombro con todos los miembros de la humanidad, emprendiendo un viaje físico que refleja el viaje espiritual de la vida. Esto representa una forma de libertad comunitaria que despierta al individuo a un sentido de pertenencia a una comunidad global y permite a la persona liberarse de todas las fuerzas divisorias, como la discriminación basada en la raza, el género o el estatus económico.
Esta es una breve descripción de los aspectos más básicos del Islam y cómo están conectados con la libertad; y cuanto más se estudian los conceptos teológicos más profundos en el Islam, más descubrimos fascinantes ideas espirituales. La libertad es un valor que a menudo se discute, pero como se demuestra en este artículo, el verdadero problema de la libertad espiritual y la esclavitud psicológica rara vez se aborda. El Islam ofrece una perspectiva única y emocionante sobre la libertad que permite que todas las libertades fundamentales se alcancen mediante la realización de la libertad espiritual. La comprensión islámica de la verdadera libertad es simple:
La libertad es descubrir tu propósito final en la vida y recuperar tu autoestima para alcanzar tu máximo potencial en la sociedad a través de la preocupación por los demás y la construcción de tu relación con Dios. El Profeta Muhammad dijo:
Toda persona comienza su día como un vendedor de su alma, liberándola o causando su ruina. [Sahih Muslim]
Fuente: http://spiritualperception.org Traducido y editado por Nuevos Musulmanes