Autor: W. Khan
Cuando miramos las diferentes formas de vida presenciamos un sorprendente espectáculo. Ciertos objetos materiales se reúnen y conforman un cuerpo viviente que puede ser un pez nadando en el agua o un ave volando en el cielo. De todas las magníficas criaturas que pueblan la tierra la que más nos interesa es el ser humano. De un modo misterioso para nosotros ha sido formado en una proporción admirable.
Los huesos que lleva en su interior toman la forma del esqueleto que es recubierto por la carne y por fuera cubierto de piel de la cual surgen en algunos puntos uñas y pelo. Todo esto se conjuga en un ser humano que camina, sostiene cosas en sus manos, percibe sonidos y sabores. Tiene también una mente que recuerda las cosas, acumula información, la analiza y luego se expresa de modo oral o escrito.
La formación de tal criatura viva a partir de la materia inerte en más que un milagro. Las sustancias que componen al ser humano son las mismas que componen la tierra y las piedras, pero… ¿alguna vez se ha visto un trozo de tierra caminando o una piedra que hable? La palabra ‘milagroso’ apenas describe adecuadamente las habilidades del ser humano. Pero… ¿qué más significa este hecho de que el ser humano camina, habla, piensa y siente a diferencia de las rocas? El factor ‘vida’ es tan misterioso para nosotros que debe de ser sin duda un ser superior el que ha dotado la materia inerte con esta cualidad logrando una obra única de creación.
Al hombre le basta pensar en su propia naturaleza para entender la existencia del Creador. El alma humana, su ego, tiene un individualidad propia que es mui distinta de las demás criaturas habitando esta tierra. El ego humano está absolutamente seguro de su propia existencia. Es la parte del ser humano que piensa, siente, se forman opiniones, tiene intenciones y las lleva a la práctica. También decide por sí mismo que curos de acción tomar. Cada ser humano entonces resulta ser una personalidad separada con una voluntad propia. Dado que experimenta la humana a diario, y todo esto pasa en un plano invisible ¿por qué nos sorprendemos de la existencia de Dios quien tiene la Voluntad real y el Poder? Aquello que nosotros tenemos de voluntad y poder no son sino atributos prestados para que podamos conocer al Creador.
Nosotros mismo somos la evidencia de la existencia de Dios. Somos la prueba de las dos dimensiones de la creación: una manifiesta y otra oculta. Nuestro cuerpo es un manifestación de las formas de la creación y nuestro intelecto y consciencia propia de ‘existir’ una manifestación de la realidad que no vemos.
La gente demanda una prueba milagrosa antes de poder creer en la verdad de Dios y su mensaje ¿pero qué más prueba quieren si tiene antes sí todo el universo que ha funcionado perfectamente por millones de años en la mayor de las escalas? Si la persona dubitante no está dispuesta a convencerse con semejante milagro ¿Cómo podría quitarse sus dudas ante milagros menores?
Ciertamente el hombre ha sido dotado de todo cuanto necesita para creer en Dios y ponerse a su servicio. Si a pesar de todo esto no cree en Dios y deja de reconocer Su poder y perfección; entonces no tiene a nadie a quién culpar sino a sí mismo.
Fuente: Tomado con alguna modificaciones editoriales del libro ‘¿Qué es el Islam?’