Es hora de exponer a Darwin por el fraude que fue

Billete de 10 libras que represente el rostro barbudo de Darwin

Billete de 10 libras que represente el rostro barbudo de Darwin

Por: A. N. Wilson

Charles Darwin, cuyo rostro barbudo nos mira desde el billete de 10£, está a punto de ser reemplazado por Jane Austen. He pasado los últimos cinco años de mi vida escribiendo su biografía y estudiando sus ideas. ¿Qué desechamos? ¿Orgullo y prejuicio o El origen de las especies?

Curiosamente, en el curso de mis investigaciones, he encontrado tanto orgullo como prejuicio en en gran cantidad entre los ardientes darwinistas, que intentan hacernos creer que si no adoras a Darwin, eres una especie de loco. Se ha convertido en un objeto de veneración comparable a los viejos héroes de la Unión Soviética, como Lenin y Stalin, cuyas estatuas se derrumbaron por toda Europa oriental hace más de 20 años.

Inglaterra ha tenido su propia versión de una guerra de estatuas soviética en Londres hace algunos años, cuando la estatua de Darwin fue trasladada al Museo de Historia Natural. Ahora se cierne sobre las escaleras que por las que suben los visitantes. Ese era su sitio original, pero fue reemplazada por una estatua de Richard Owen, que fue, después de todo, el hombre que fundó el Museo de Historia Natural y que uno de los grandes científicos del siglo XIX. Pero en 2009, en el bicentenario del nacimiento de Darwin, Owen fue expulsado y Darwin fue devuelto, de la misma manera que las estatuas de Lenin reemplazaron los iconos religiosos o monárquicos en la antigua Rusia.

Cuando Owen murió (1892), la reputación de Darwin se estaba desvaneciendo y, a comienzos del siglo XX, se había eclipsado. Luego, del principio a la mitad del siglo XX, la ciencia de la genética se disparó. La ciencia redescubrió los hallazgos de Gregor Mendel (contemporáneo de Darwin) y los cambios más estupendos en las ciencias de la vida se hicieron posibles. Watson y Crick descubrieron la estructura del ADN y de esta manera se hizo clara la complejidad y maravilla de la genética, demostrables por medios científicos. Muy recientemente hemos descubierto la estupenda habilidad de la medicina para eliminar los trastornos embrionarios genéticamente transmutados.

El darwinismo no es ciencia como lo es la genética mendeliana. Es una teoría cuya verdad NO es universalmente reconocida. Pero cuando la genética se puso en marcha también hubo un renacimiento, especialmente en Gran Bretaña, de lo que se conoce como neodarwinismo, una síntesis de viejas ideas darwinianas con la nueva genética. Pero ¿Por qué mirar a Darwin, que cometió tantos errores, en lugar de a Mendel? Hay una respuesta simple a esto. El neodarwinismo era parte científica y parte religión, o anti-religión. Su más famoso exponente vivo, Richard Dawkins, ha dicho que Darwin hizo posible ser un ateo intelectualmente satisfecho. Se podría decir que los procesos aparentemente impersonales de la genética hicieron lo mismo. Pero los neodarwinistas no podían, sin ser una contradicción, hacer de Mendel su héroe, ya que era un monje católico. Así que Darwin se convirtió en la figura de cabeza de un sistema de pensamiento que (infantilmente) pensó que había una explicación general de cómo son todas las cosas en la naturaleza.

El idea de la evolución como un hecho aparente había estado vigente por lo menos 50 años antes de Darwin comenzara su trabajo. Su propio abuelo fue pionero de esta en Inglaterra, pero en el continente, Goethe, Cuvier, Lamarck y muchos otros se dieron cuenta de que las formas de vida cambián a través de innumerables mutaciones. Darwin quería ser el hombre que inventó la evolución, por lo que trató de borrar todos los predecesores del guión. Incluso pretendía que Erasmus Darwin, su abuelo, no había tenido prácticamente ninguna influencia sobre él. Luego presentó dos nuevas ideas al debate evolutivo, las cuales son falsas.

Una es que la evolución sólo avanza poco a poco, que la naturaleza nunca da saltos. Los dos paleontólogos estadounidenses más destacados de los tiempos modernos, Stephen Jay Gould y Niles Eldredge, demostraron hace 30 años que esto no es cierto. La paleontología no ha encontrado casi ningún eslabón perdido del tipo en el que creen los darwinianos. La ausencia de tales formas de transición es, según dijo Gould, el «secreto comercial de la paleontología». En cambio, el estudio de los fósiles y los huesos muestra una serie de saltos y cambios repentinos.

Los Darwinianos “hardcore” tratan de disputar esto, y de hecho hay algunos «eslabones perdidos»: el Thrinaxodon, que es un reptil de mamífero, y el Panderichthys, una especie de anfibio-pez. Pero si la teoría darwiniana de la selección natural fuera verdadera, los fósiles habrían revelado ya cientos de miles de ejemplos semejantes. Las especies se adaptan a su entorno, pero hay muy pocas transmutaciones.

La segunda gran idea de Darwin fue que la Naturaleza siempre es despiadada: que los fuertes eliminan a los débiles, que la compasión y el compromiso son para los débiles a queines la Naturaleza desecha. Darwin tomó prestada la frase «supervivencia del más apto» del filósofo ahora olvidado y muy desacreditado Herbert Spencer. Se inventó un mito para consolar a la clase egoísta a la que pertenecía, para persuadirles de que su descuido de los pobres y el abismo colosal entre ellos y los pobres, era el modo en que la naturaleza ‘hacía’ las cosas. Darwin pensó que su clase sobrepasaría a los «salvajes» (es decir, las gentes marrones del globo) y a los irresponsables y ebrios irlandeses. Pero de forma obstinada, los «débiles» han sobrevivido. La gente de color, los judíos y los irlandeses tenían más bebés que la gente de la clase de Darwin. Los darwinistas tuvieron entonces que idear la odiosa pseudo-ciencia de la eugenesia, un plan para impedir que los pobres se reprodujeran.

Todos sabemos a dónde condujo esto y el uso que los nacionalsocialistas hicieron de las peligrosas ideas de Darwin.


Fuente: https://www.standard.co.uk Traducido y editado por Truth Seeker Es

Publicación relacionada