Por: Idris Jaafar
Generalmente lo que los filósofos tienen en común son los problemas con los que lidian, no las soluciones que proponen. Por lo tanto, es un error preguntar acerca de las respuestas de la filosofía a una pregunta determinada, ya que el número de respuestas puede ser igual al número de filósofos, o al menos el número de escuelas de filosofía.
Por lo tanto, la verdadera filosofía islámica, si se debe adscribir filosofía al Islam, son las respuestas que encontramos en las fuentes principales del Islam, el Corán y la Sunnah, a esas preguntas filosóficas. Un verdadero filósofo musulmán es quien confía en esas fuentes, profundiza en los textos del Corán y la Sunnah en busca de esas respuestas; reflexiona sobre sus significados, los explica, los defiende y discute con quienes los disputan, utilizando un estilo de razonamiento y un lenguaje comprensible para la gente de su época.
Las fuentes de la filosofía islámica no son, por tanto, los escritos de los pensadores que se han hecho famosos bajo la etiqueta de “filósofos musulmanes”, como Al-Kindi, Al-Farabi, e Ibn Sina (Avicena), puesto que estos tomaron muchos de sus axiomas de la filosofía griega, incluso si a veces, a consecuencia de su entorno cultural islámico, la contradecían incluso en los fundamentos.
Los verdaderos representantes del auténtico pensamiento islámico fueron los eruditos y juristas con un profundo conocimiento del Corán, la Sunnah y las declaraciones de las primeras generaciones de musulmanes, los salaf. Eran los oponentes más acérrimos de los filósofos debido a lo que percibieron en su pensamiento que contradecía lo que sabían que eran las realidades islámicas establecidas en el Corán, la Sunnah y las declaraciones de los Salaf.
La filosofía, en su tiempo, era sinónimo del pensamiento derivado de las normas del pensamiento griego, que en ocasiones hacía referencia a un culto politeísta. Los escritos de eruditos musulmanes condenan esto y aconsejan a las personas se mantengan al margen. Sin embargo, si empleamos una comprensión más general del término «filosofía» para referirnos al intento de responder a las preguntas fundamentales asociadas con la existencia, la mente, la moral y el conocimiento, no veo ningún daño al llamar a las respuestas islámicas a estos problemas fundamentales «Filosofía islámica «, ya que no tiene sentido discutir sobre palabras siempre que sus significados estén claros.
La siguiente es una breve exposición de algunas de esas respuestas, que he resumido de varios escritos y conferencias que he impartido en diferentes ocasiones a lo largo de los años. Lo he preparado en respuesta a repetidas peticiones de exponer la visión islámica sobre la filosofía. Es un tema difícil de tratar adecuadamente en un solo artículo, pero como solían decir nuestros expertos «lo que no se puede lograr completamente no debe abandonarse por completo».
La teoría del conocimiento
Quizás la preocupación central de la filosofía es con las preguntas relacionadas con el conocimiento, a cuyas respuestas se le llama «la teoría del conocimiento». Las preguntas más importantes que se hacen al respecto suelen ser: ¿Cuál es la definición de conocimiento? ¿Es posible el conocimiento? ¿Hay algún conocimiento que precede al nacimiento, o nace un bebé como una página en blanco? ¿Cómo lo sabemos?
¿Qué es conocimiento?
Se deduce de ciertos versículos coránicos que el Islam apoya la opinión de que el conocimiento es una declaración o una conceptualización que se corresponde con la realidad. Algunos árabes solían creer que un hombre inteligente tenía dos corazones. También que se podía, si uno se enfadaba con su esposa, decirle: «Eres como mi madre». Entonces la consideraría como tal y no la trataría de la misma manera en que uno trata a su esposa. Otro de ellos adoptaba al hijo o hija de otra persona y se lo atribuiría a sí mismo como si fuera el padre biológico, tal como lo hace ahora la gente en Occidente. Allah declara que estas afirmaciones no son más que palabras en contradicción con la realidad. El Exaltado dice:
Allah no puso dos corazones en el interior del hombre, ni hizo que vuestras esposas repudiadas fueran vuestras madres, ni que vuestros hijos adoptivos fueran hijos vuestros. Esas son las palabras que salen de vuestras bocas, pero Allah dice la verdad y guía al camino. (Los coligado, 33:4)
¿Es posible el conocimiento?
Si tomamos esta pregunta literalmente, la encontramos contradictoria, porque cuando una persona pregunta sobre la posibilidad del conocimiento, presupone que él sabe qué es el conocimiento, y si sabe qué es el conocimiento, entonces él sabe algo. Sin embargo, el objetivo de la pregunta es: ¿cómo podemos saber si lo que creemos que es real en realidad se corresponde con la realidad y no es meramente imaginación o engaño? El Noble Corán indica que el conocimiento es una de las bendiciones de Allah que requiere gratitud:
Allah os hizo salir del vientre de vuestras madres y no sabíais nada. Y os dio el oído, la vista y un corazón para que pudierais agradecer. (16:78)
Este versículo es definitivo al responder esta pregunta de forma negativa. El conocimiento, entonces, se adquiere por completo después del nacimiento. ¿Pero significa esto que la mente es una página en blanco sobre la cual los sentidos escriben lo que quieren? ¡No! Leemos en un hadiz del Profeta (sas),
«La madre de cada persona le da a luz según su verdadera naturaleza (fitrah). Posteriormente, sus padres lo convierten en judío, cristiano o zoroástrico». (Transmitido por Muslim)
Este hadiz indica que, aunque el ser humano nace sin saber nada, no nace con una mente vacía; sino que en su mente están las semillas del conocimiento que crecerá a medida que crezca y llegará a completarse con su madurez. Sin embargo, este conocimiento que está sembrado originalmente en cada ser humano puede ser anulado por factores externos, incluso aunque no tengan el poder de extinguirlo por completo.
¿Cuál es este conocimiento cuyas semillas están sembradas en el fitrah de un ser humano?
El hadith trata la fitrah como algo diferente del judaísmo, el cristianismo o el zoroastrismo, lo que significa que fitrah es el Islam. Obviamente, esto no significa que una persona cuando se le ha desarrollado la mente se encuentre informada sobre los detalles de la religión islámica. Sino que se refieren dos cosas:
Primero, cada persona nace con la semilla del tawhid en su mente, es decir, la afirmación de que ningún dios merece adoración excepto el único Creador.
En segundo lugar, esta persona nace con una naturaleza que no se adapta a las creencias y conductas que no sean las realidades y leyes traídas por el Islam. Por esa razón, Allah describió la religión que reveló a Su Mensajero (la paz sea con él) como la naturaleza prístina en la que Allah creó a sus siervos. Allah el Exaltado dice:
Mantén tu rostro sin apartarlo de la Adoración primigenia, como hanif. La marca original de Allah, con la que ha marcado a los hombres al crearlos. No se puede reemplazar la creación de Allah. Esa es la forma de Adoración genuina, sin embargo la mayoría de los hombres no saben. (Al-Rum, 30:30)
Cuando la mente y la disposición de una persona están diseñadas de tal manera que solo las realidades y las leyes del Islam son apropiadas, no sentirá contentamiento ni paz espiritual a menos que haya aceptado a Allah como dios y el Din del Islam.
Los que creen y tranquilizan sus corazones por medio del recuerdo de Allah. ¿Pues no es acaso con el recuerdo de Allah con lo que se tranquilizan los corazones? (Al-Ra’d, 13:28)
¿Cómo logramos conocimiento?
Hay tres problemas que las personas frecuentemente mezclan cuando intentan responder a esta pregunta. Espero que el lector distinga entre ellos: ¿Cuáles son las fuentes del conocimiento? ¿Cuáles son los medios por los cuales se adquiere el conocimiento? ¿Y cuál es el método que se debe seguir para adquirir conocimiento? La fuente del conocimiento es, como su nombre indica, el lugar donde se puede encontrar el conocimiento. Esto significa que son habilidades e instrumentos que Allah ha puesto a nuestra disposición para adquirir el conocimiento de su origen por esos medios. Las fuentes de conocimiento para un musulmán son la existencia y la Revelación. Sus medios son los sentidos y el intelecto. En cuanto al método, varía según el tipo de conocimiento y su fuente. Por lo tanto, es un error para nosotros decir, como para algunas personas con mentalidad religiosa, que las fuentes del conocimiento o sus medios son los sentidos y la revelación, o que el método científico está restringido a las ciencias empíricas.
Adquisición de conocimiento
El versículo mencionado anteriormente establece que un ser humano nace ignorante, y que Allah, Exaltado sea, le proporciona oído, visión y mente. Esto deja en claro que no es posible que un ser humano adquiera conocimiento, ya sea religioso o mundano, excepto por medio de los sentidos o el intelecto. ¿Por qué digo los sentidos cuando el versículo solo menciona el oído y la vista? Porque el otro sentido se menciona en otros versículos. Este versículo los destaca porque son los sentidos más importantes para adquirir información.
Los sentidos, como es bien sabido, están conectados al cerebro y, por lo tanto, a la mente. La mente es lo que convierte el material que llega a través del sentido en cosas que tienen significado para la persona. El sentido que está más estrechamente relacionado con el intelecto es el oído. Una persona escucha sonidos que surgen de cosas naturales como truenos, viento, pájaros, animales e insectos. Pero también escucha el habla, que son sonidos que indican significados. La audición generalmente se menciona en el Corán Noble para referirse a este segundo aspecto. Quien no comprende el habla o se beneficia de él es comparado por el Corán con un animal que no escucha nada más que sus sonidos. El habla está relacionada con el intelecto de otra manera, es decir, algunos discursos son verdaderos y otros falsos, y no hay forma de distinguir lo verdadero de lo falso solo por los sentidos; la lógica debe ser aplicada también. Determina si el discurso es internamente contradictorio o consistente.
Si lo encuentra contradiciéndose, dictamina que es falso. Si lo encuentra internamente consistente, examina el significado: ¿está de acuerdo con la realidad a la que se refiere o no? Decidir si hay acuerdo o disparidad podría ser una operación simple. Si, por ejemplo, alguien dice «El sol ha salido», todo lo que uno tiene que hacer es mirar hacia arriba. Si ves el sol, juzgas que la declaración es verdadera, y si no puedes verla, juzgas que es falsa. Sin embargo, juzgar la verdad o falsedad de un enunciado puede ser una operación larga y compleja, como confirmar la autenticidad de una teoría científica como la Relatividad.
Fuente: Manar As-Sabeel V5. No.8 , Page: 3,4,7 Shawwal 1417, Feb/ March 1997 (desde: http://www.jaafaridris.com) Traducido y editado por Truth Seeker Es