Por: Jasmine Bager
Ha habido mucho debate sobre si el Islam necesita una reforma o si necesita una revolución sexual. Carla Power, la corresponsal no creyente de Oriente Medio se unió al líder musulmán moderado Shaykh Mohammad Akram Nadwi para volver a los inicios. Durante 365 días leyeron las páginas del Corán.
Tras el 11 de septiembre, Power se dio cuenta de que el conocimiento sobre el Islam en los medios de comunicación se estrechó en vez de ampliarse. Las imágenes de las mujeres en burqas y las historias de los crímenes hicieron que el Islam pareciese una religión intolerante. Esperaba que volviendo a una fuente de 1400 años, en vez de leer interpretaciones difusas de los extremistas, podría encontrar lo que la religión era realmente. ¿Eran las prácticas culturales opresivas el origen de la teoría religiosa? ¿O eso era una interpretación más moderna y extremista? El año que pasó leyendo el Corán dio fruto a un libro: If the Oceans Were Ink: An Unlikely Friendship and a Journey to the Heart of the Quran (Si los océanos fueran tinta: una amistad improbable y un viaje al corazón del Corán).
Las cuatro cosas más importante que ha aprendido Power sobre la mujer y el Islam.
1. El Corán está lleno de mujeres fuertes e interesantes
La primera amada mujer de Muhammad, Khadiya, era su jefa. Era una mujer de negocios de La Meca. El Profeta, quien más adelante se convirtió en el hombre más importante del Islam, era un huérfano pobre que tenía encanto pero poco estatus social. Khadiyah era una madre soltera que había enviudado dos veces y que tenía 15 años más que él, él tenía 25. Tuvieron una relación monógama durante 24 años, y se sabe que ella fue una de las personas más importantes en su vida. Tras la muerte de ella, se casó con otras mujeres, aunque la mayoría por razones políticas.
Aisha, la única mujer virgen con la que se casó, era luchadora y su voz prevalece en 2210 hadices. Un hadiz consiste en las palabras o hechos del Profeta y se considera la segunda autoridad en el Islam tras el Corán. Mucho de lo que sabemos sobre la oración, el comercio y el sexo es gracias a Aisha, dice Power. Aisha debatía con los hombres y el Profeta respetaba su opinión. “Tomad la mitad de vuestra religión de Humayra” (“la pequeña rosada”, el apodo de Aisha), se dice que dijo el Profeta a sus compañeros.
2. La mujer tiene que tener voluntad en el matrimonio:
En el islam el matrimonio es “la mitad de la religión”. Eso significa que muchas de las leyes y obligaciones en el islam están directamente relacionadas con el matrimonio. Hay una historia de una chica que fue a la mujer del Profeta angustiada porque iba a ser obligada a casarse. El Profeta le dijo a la chica “entonces tu matrimonio no será válido”. Contrario a las creencias populares, el divorcio estaba permitido en la época del Profeta, y sus mujeres tenían derecho a divorciarse de él, pero ninguna lo hizo. Muchos versos del Corán fueron revelados cuando el Profeta estaba con sus mujeres. En Islam un hombre puede casarse con hasta cuatro mujeres, siempre y cuando las trate a todas por igual. El porcentaje de hombres musulmanes que se casa varias veces hoy en día es muy pequeño. Históricamente, muchos se casaban varias veces para proteger a las mujeres viudas o a las familias pobres. Los musulmanes aceptan la excepción del Profeta que tuvo hasta 13 esposas en total. Es importante saber que en la época del Profeta, hace 1400 años, la poligamia estaba muy extendida. Al tener tantas mujeres, siempre estaba rodeado de mujeres que influían en él y en sus decisiones, y muchas normas fueron puestas tras las preguntas de mujeres.
3. Hay eruditas fantásticas en el Islam:
Nawdi, el shaykh con el que estudió Power, quería publicar un panfleto sobre la mujer en el islam, para demostrar que la mujer estaba presente en la época del Profeta. Para su sorpresa, encontró miles de mujeres eruditas que incluir, que convirtió en 40 libros. El trabajo al-Muhaddithat: The Women Scholars in Islam (Las mujeres eruditas en el islam) desmintió los mitos. No conozco ninguna otra religión en la que las mujeres fueran tan fundamentales, estuvieran tan presentes y tan activas en la historia”, escribió Nadwi. Power menciona como “en el judaísmo tradicional, las mujeres no aprendían ni enseñaban la Torá, y… el clero cristiano ha sido hasta hace poco un tema de hombres”. El Islam siempre tenía a mujeres como importantes personalidades e influencias.
“Dado que había un gran número de mujeres anónimas, las 9000 mujeres que el Shaykh encontró eran solo una parte de las mujeres eruditas del Islam en la historia” escribió Power.
4. Las costumbres islámicas no siempre fueron “sexistas”
“No hay ninguna prenda que haya causado más debate que el velo. Los Mulá pontifican el estilo y la longitud de estos”.
«Los gobiernos, tanto los musulmanes como los del Oeste, lo han utilizado como una plataforma para las estrategias políticas” escribe Power. Una de las partes centrales del criticismo anti feminista contra el Islam se basa en el niqab, la ropa que cubre la cara de la mujer, excepto una línea en los ojos.
“Las leyes no hacen que las personas sean devotas” dijo Nawdi, “protegen la devoción cuando ya existe. La ropa no te hace más devota”.
Los eruditos medievales hicieron del velo una costumbre cuando era considerado popular entre la élite. Según la historiadora Leila Ahmed, las mujeres del Profeta eran las únicas que se ponían el velo durante la vida de éste, y tras su muerte, otras comenzaron a hacerlo.
“El velo y el aislamiento, solo se veía en sus mujeres (del Profeta). Power cita a Ahmed en su libro. “El predominio del velo en la comunidad musulmana vino más adelante”.
Al igual que en India y en China, había una costumbre árabe antigua que enterraba a las recién nacidas vivas. Con la llegada del Islam esto se prohibió. Todos los musulmanes rezan juntos en fila, uniformes y organizados. El islam no da preferencia a unas personas sobre otras en la oración, ni por la riqueza ni el poder. A pesar de que los hombres y las mujeres recen en diferentes filas, todos los de cada fila son iguales.
Hay un hadiz popular que dice “el paraíso está debajo de los pies de la madre”; no bajo los pies de los padres. Hay un sura dedicado a las mujeres (al-Nisa) y ninguno a los hombres.
Power finaliza su libro diciendo que las malinterpretaciones y las confusiones se extienden cuando hay una mayoría sancionada por las acciones de una minoría agitada. Carla Power termina diciendo que:
Si los musulmanes no aparecen en los periódicos como seres humanos de tres dimensiones, no va a haber más deseo en los medios de comunicación de occidente de hablar sobre lo que dicen sus escrituras. Nunca en mis 17 años escribiendo historias sobre el mundo musulmán en revistas, un editor me pidió que hablase o citase el Corán y cómo lo interpretan los musulmanes.
Solo cuando ya íbamos a acabar la lección reconocí la ironía del proyecto que habíamos llevado a cabo durante el año. Estudiar la fe del Shaykh me permitió practicar la mía. Si no hubiese pasado un año intentando ver el mundo desde el punto de vista de Akram, no hubiese podido delimitar el mío propio.
Fuente: http://msmagazine.com Traducido y editado por Truth Seeker