Por: Qussai Marashdeh
Los últimos avances en la ciencia pueden ayudar a profundizar nuestro entendimiento y apreciación del Corán, siempre que nos adhiramos a una metodología correctas basada en principios normativos de interpretación. De hecho, nuestro avanzado conocimiento científico del mundo realza la naturaleza milagrosa del Corán al describir de forma precisa fenómenos cosmológicos antes de que los humanos fuesen conscientes de ellos.
El Corán y las leyes naturales del universo son intemporales desde nuestra perspectiva. Este hecho tiene serias consecuencias, dado que nuestro entendimiento de los fenómenos intemporales siempre será limitado. En esta situación, la creencia es necesaria para que la humanidad lleve mejor su viaje por la vida. Mientras que hay quien pueda pensar que la creencia alimenta la superstición, Ibrahim demostró lo contrario cuando su creencia le hizo buscar un entendimiento más profundo a los fenómenos intemporales.
El método de Ibrahim muy importante ya que provee la guía para distinguir lo atemporal de lo temporal, mientras reconoce que la abstracción es inevitable. La abstracción, en el contexto coránico, es un versículos sobre el mundo natural que sigue siendo vago y que aún no se ha explicado claramente. Solo después, a medida que nuestro conocimiento científico avanza, puede que reconozcamos lo que el versículo realmente significa.
La abstracción en general se produce cuando miramos a dos fenómenos diferentes que son muy diferentes en tamaño. El fenómeno de mayor tamaño parece abstracto en comparación con el más pequeño. Por ejemplo, es inevitable que nuestra comprensión de Allah, el más grande de todas las cosas en la existencia, debe ser abstracta hasta cierto punto. Sin embargo, se nos ha revelado lo suficiente acerca a Allah para que nos ayude a creer, funcionar y dar sentido a nuestro mundo. El equilibrio entre esta abstracción y la claridad se demuestra mejor en el siguiente versículo:
La vista no Le alcanza pero Él abarca toda visión; Él es el Sutil, el Conocedor de lo más recóndito. Habéis recibido evidencias de vuestro Señor, así pues, quien quiera ver, lo hará en beneficio propio y quien se ciegue, lo hará en perjuicio de sí mismo. Yo no soy vuestro guardián. (Los Rebaños, 6:103-104)
Puesto que Dios es infinito y eterno, se deduce que Él es también el más abstracto. Aun así, Él puede ser conocido y comprendido por los seres humanos en la medida en que es posible que nuestra mente finita. Todo lo que podemos observar fue creado por él y sigue sus patrones naturales que Él estableció para ellos. A pesar de que no podemos comprender plenamente a Dios en nuestra mente, podemos entender y reconocer algunos de sus atributos.
La comprensión de los atributos de Dios es importante para que seamos capaces de reconocer estos patrones y leyes naturales. El genio de Ibrahim era que distinguió las verdades eternas de las ocurrencias temporales, los fenómenos eternos de los fenómenos temporales, y llegó a la conclusión de que Dios no puede ser visto, sin embargo, Él es consistente en el tratamiento hacia la creación. Por lo tanto, hay valores eternos a los que los seres humanos se deben adherir para cumplir con las leyes y los patrones de la naturaleza.
En una escala menor que Allah, las leyes del universo también son abstractas, ya que son mucho mayores y más amplio que nosotros, meros seres humanos:
La creación de los cielos y de la tierra sobrepasa a la creación de los hombres; sin embargo la mayoría de los hombres no sabe. (El Perdonador, 40:57)
Hay una pregunta que surge cuando nos encontramos con una abstracción en el Corán: ¿qué podemos hacer cuando la realidad que se menciona en un versículo abstracto no puede ser entendida de una manera significativa? La naturaleza del monoteísmo es que sus principios subyacentes son verdades eternas. Esto hace que sea muy tentador tratar de explicar todo en la naturaleza refiriéndolo a la escritura, sin embargo, el Corán dice lo contrario. Los versículos abstractos, o poco claras (mutashabihat), se han diferenciado de manera clara de los versículos claros (muhkamat). Los versículos claros comunican los valores fundamentales de la creencia, mientras que los versículos abstractos son aquellos cuyo significado más profundo no puede entenderse fácilmente:
Él es Quien ha hecho descender sobre ti el Libro, en el que hay signos (aleyas) precisos que son la madre del Libro y otros ambiguos. Los que tienen una desviación en el corazón siguen lo ambiguo, con ánimo de discordia y con pretensión de interpretarlo, pero su interpretación sólo Allah la conoce. (La Familia de Imran, 3:7)
Este versículo establece un punto fundamental en la interpretación del Corán. Los versículos claros, que establecen los valores normativos, creencias y prácticas del Islam, deben ser entendidos antes de recurrir a los versículos menos claros. Por otra parte, los musulmanes deben unirse en torno a estos versículos claros y no permitir que los versos menos claros se conviertan en una fuente de controversia y desunión. A partir de este principio interpretativo, los teólogos musulmanes desarrollaron el hábito de no explicar demasiado estos versículos menos claros, y a veces se refieren a esto como «suspensión» (tawqeef) o «no preguntar el cómo» (bi La takyeef).
Por otro lado, sabemos que todo lo mencionado en el Corán responde a un propósito, aun si en un principio su sabiduría no es demasiado evidente para nosotros. Si un versículos abstracto no puede ser explicado por el propio Corán, entonces ¿por qué están eso versos ahí? ¿Cómo podemos entender su propósito?
Es a través del método intelectual de Ibrahim que la revelación divina, la naturaleza y nuestros valores son compatibles. Un versículo abstracto actúa como un disparador que nos incita, en nuestra curiosidad, a investigar y conciliar el versículo con una comprensión científica del mundo físico. Después de todo, la revelación del Islam y todo lo demás en el mundo provienen de la misma fuente.
Sin embargo, esto sólo funciona cuando nuestro viaje de descubrimiento transcurre por completo en el mundo natural. No debemos de tratar de interpretar los versículos abstractos de una manera particular y forzar esta comprensión sobre mundo natural sin tener en cuenta los principios racionales; no seamos de los que causan disensiones recurriendo a interpretaciones sin fundamento. Cuando se trata de la naturaleza, como se menciona en los versículos poco claros, la clarificación real sólo puede tener lugar mediante la investigación científica.
La abstracciones en las escrituras pueden llevarnos a una mayor comprensión de la naturaleza y, posteriormente, del Creador mismo, así como ayudar a avanzar y facilitar nuestras vidas a través de los avances científicos, siempre y cuando se adhieren a la metodología correcta de Ibrahim que reconcilia la revelación y la razón.
Ejemplos de abstracción en el Corán
Los versículos abstractos que hablan de la naturaleza son abundantes en el Corán, pero uno de los más relevantes es el siguiente:
Luego dirigió (Su voluntad) al cielo, que era humo, y le dijo junto con la tierra: Venid a Mí de buen grado o a la fuerza; dijeron: Venimos a Ti obedientes. (Se han Expresado con Claridad, 41:11)
Este versículo sirve como disparador para inspirar la curiosidad natural acerca de los orígenes del universo en el que vivimos. Se mencionan dos hechos en el versíuclo que las generaciones anteriores no pudieron haber entendido de la forma en la que lo hacemos hoy en día. En primer lugar, los cielos eran «humo» o «polvo» antes de su formación. Y, en segundo lugar, todas las leyes del universo se formaron poco después de que los cielos se forman a partir de polvo.
Casi todas las teorías cosmológicas modernas aceptan que el polvo cósmico era el estado inicial anterior a la formación del universo que vemos ahora. Cualquiera que esté familiarizado con los últimos avances en la física conocerán el instrumento científico más caro de la historia, el gran colisionador de hadrones, diseñado para descubrir nuevas partículas que pueden arrojar luz sobre la formación del universo. En 2013, Peter Higgs ganó el premio Nobel después de que el colisionador demostrase con éxito la existencia de la Partícula de Higgs, que validó una teoría basada en un tiempo de tránsito muy breve entre la creación y la formación de las leyes que rigen nuestras vidas.
En este ejemplo, el versículo en sí es una abstracción, una descripción poco clara de un fenómeno natural que sólo se hace evidente más tarde, después de una investigación científica en el cosmos primordial. Las generaciones anteriores no podían conocer estos hechos sobre el universo, tal y como se mencionan en el versículo, y de la forma en que los conocemos hoy en día.
Otro versículo que describe el comienzo del universo y que no se podía entender hasta un descubrimiento científico realizado generaciones posteriores es el siguiente:
¿Es que no ven los que se niegan a creer que los cielos y la tierra estaban juntos y los separamos? ¿Y que hemos hecho a partir del agua toda cosa viviente? ¿No van a creer? (Los Profetas, 21:30)
Hoy en día, casi todas las teorías trazan los orígenes del universo a la singularidad inicial, un punto a partir del cual surgieron toda la materia y la masa. Una vez más, las primeras generaciones de intérpretes del Corán no podían entender el versículo con mucha claridad hasta que no se hicieron grandes avances de progreso científico.
En cada verso abstracto, el propósito es impulsar la investigación y el descubrimiento del mundo natural; la misma curiosidad que llevó Ibrahim al darse cuenta de que las todas las cosas, divinas y naturales, provienen del Creador. Una verdadera comprensión más profunda de lo que se menciona en los versículos puede que no llegue hasta generaciones posteriores y el descubrimiento de nuevos hechos sobre el universo. Como tal, cuando nos encontramos con una abstracción sobre naturaleza en el Corán, es posible que tengamos que suspender nuestra interpretación de este y, al mismo tiempo, buscar en la creación su significado oculto.
Lo que tenemos que entender es que, en el caso de estos versículos abstractos sobre la naturaleza, debemos buscar la respuesta mediante el estudio de la naturaleza en lugar de los comentarios de los eruditos anteriores. Normalmente, buscamos respuestas en los comentarios del Corán con respecto a sus significados, las resoluciones, las implicaciones, y así sucesivamente. Pero cuando se trata de la naturaleza, los fenómenos que las generaciones anteriores no podían haber conocido, encontraremos la respuesta por el método científico.
Algunos líderes de la comunidad musulmana han instado a la precaución con respecto a la investigación científica por temor a que la gente vaya a llegar a conclusiones erróneas y con ello infundir dudas en los menos educados. Este enfoque conservador da por sentado el método de Ibrahim con el cual él estaba perfectamente cómodo reconciliando la razón con la revelación. Si veía una discrepancia, sabía que la discrepancia era sólo en su conocimiento personal y no en la realidad misma.
Reviviendo el método de Ibrahim, los musulmanes podrán renovar su lugar en el mundo como líderes del conocimiento espiritual y científico. La humanidad está en gran necesidad de nuevos conocimientos e ideas en la religión y la ciencia, conocimiento que los musulmanes podrían proveer. Después de todo, todo el cuerpo de la ciencia se basa en una comprensión adecuada de la metodología de Ibrahim.
Fuente: www.moderateummah.com Traducido y editado por Truth Seeker