El modelo islámico de educación en la mezquita como percusor de las universidades modernas

Patio de Al Azhar, uno de los primeros sitios donde se desarrollo el modelo islámico de educación

Patio de Al Azhar, uno de los primeros sitios donde se desarrollo el modelo islámico de educación

Por: Salah Zaimeche

El Corán invita repetidamente a los creyentes a adquirir conocimiento; conocimiento que los acercará a Dios y a Su creación. A partir de esto se desarrolla el modelo islámico de educación que más tarde se convirtió en las univerisdades actuales. Muchos versículos del libro sagrado ordenan este acto, por ejemplo:

Di: ¿Son iguales los que saben y los que no saben? Sólo recapacitarán los que saben reconocer lo esencial. (Los Grupos, 39:9).

Y os ha subordinado lo que hay en los cielos y en la tierra, todo gracias a Él. Realmente en eso hay signos para la gente que reflexiona. (La Arrodillada, 45:13).

El Corán usa la repetición para incorporar ciertos conceptos claves en la conciencia de sus lectores [1]. Allah (Dios) y Rab (el Sustentador) se repiten 2.800 y 950 veces respectivamente en el texto sagrado; Ilm (conocimiento) está en tercer lugar, con 750 repeticiones [2]. El Profeta Muhammad ordenó a todos los musulmanes que buscaran conocimiento donde y cuando pudieran.

A la luz de estos versículos coránicos y tradiciones proféticas, los gobernantes musulmanes han dado un apoyo considerable a la educación y a sus instituciones, insistiendo en que cada niño musulmán tuviese acceso a ella. De esta forma, la educación elemental llegó a ser casi universal entre los musulmanes. Wilds dice:

Fue esta gran liberalidad que mostraron al educar a su pueblo en las escuelas uno de los factores más poderosos en el brillante y rápido crecimiento de su civilización. La educación estaba tan universalmente difundida que se decía que era difícil encontrar a un musulmán que no supiese leer ni escribir. [3]

En la España musulmana no había una aldea donde «los beneficios de la educación» no pudieran ser disfrutados por los hijos del campesino más humilde, y en Córdoba había ochocientas escuelas públicas frecuentadas por musulmanes, cristianos y judíos [4]. En la gran Universidad Musulmana de Córdoba, los judíos y los cristianos alcanzaron la distinción como profesores [5]. Tan alto era el lugar del aprendizaje que los maestros y los alumnos eran muy respetados por la masa de la población; las grandes bibliotecas acumuladas por los ricos terratenientes y comerciantes muestran que la educación, como en el Renacimiento italiano (seiscientos años después), era una de las marcas de un caballero. Pedersen dice que:

En casi ninguna otra cultura ha desempeñado la vida literaria un papel como en el Islam. La educación/conocimienot (ilm), por el cual se entiende todo el mundo del intelecto, atrajo el interés de los musulmanes más que ninguna otra cosa… La vida que evolucionó en las mezquitas se extendió hacia afuera para dejar su huella en los círculos influyentes de todas partes. [7]

Todas las instituciones públicas, desde las mezquitas y madrasas hasta los hospitales y observatorios, eran lugares de aprendizaje y educación. Los eruditos también dirigían reuniones de enseñanza y conocimiento en sus propios hogares. Al-Ghazali, Al-Farabi e Ibn Sina (Avicena), entre muchos otros, después de enseñar en las escuelas públicas, se retiraron a sus bibliotecas y estudios privados, pero siguieron enseñando «a los afortunados que eran invitados». [8]

Esta universalidad, sed e impulso para la educación, ni siquiera igualado hoy en día [9], fue una marca distintiva de este período, cuando el Islam estaba en su apogeo, tanto como una religión como una civilización. El papel y el lugar del conocimiento en esa época será considerados (si Dios quiere) en obras posteriores. El papel de la madrasa, otro tema largo, también será cubierto posteriormente. Aquí, vamos a centrar la atención en la organización de la educación, sus objetivos y las formas en que se impartió, y sobre todo en el papel de la mezquita.

La mezquita como institución educativa

La mezquita tuvo un papel muy importante en la difusión de la educación en el mundo musulmán; la asociación de la mezquita con la educación ha seguido siendo una de sus características principales a través de la historia [10] y la escuela se convirtió en un anexo indispensable a la mezquita [11]. Desde los primeros días del Islam, la mezquita era el centro de la comunidad musulmana, un lugar para la oración, la meditación, la instrucción religiosa, la discusión política y una escuela. Y dondequiera que el islam se asentó, fueron establecidas mezquitas y comenzaba la instrucción religiosa y educativa básica. Una vez establecidas, las mezquitas se convirtieron en lugares muy conocidos de aprendizaje, a menudo con cientos, incluso miles, de estudiantes, y con frecuencia contenían bibliotecas importantes [12].

La primera escuela conectada a una mezquita se estableció en Medina en el 653, y en el 900 casi todas las mezquitas tenían una escuela primaria para la educación de niños y niñas [13]. Los niños solían comenzar la escuela a los cinco años; una de las primeras lecciones era aprender a escribir los noventa y nueve nombres más bellos de Dios y versículos simples del Corán [14]. Una vez que los rudimentos de la lectura y la escritura eran dominados, se estudiaba el Corán en profundidad y se introducia la aritmética. Para aquellos que querían seguir estudiando, las mezquitas más grandes, donde la educación era más avanzada, ofrecían instrucción en gramática y poesía árabe, lógica, álgebra, biología, historia, derecho y teología [15]. A pesar de que la enseñanza especializada se realizaba a menudo en las madrasas, en los hospitales, en los observatorios y en las casas de los eruditos. En España, la enseñanza se desarrollaba principalmente en las mezquitas, empezando por la mezquita de Córdoba en el siglo VIII.

El formato básico en el cual la educación tenía lugar en la mezquita eran los círculos de estudio, más conocidos en el mundo musulmán como «Halaqat al-‘Ilm«, o Halaqa, para abreviar. La definición literal de una Halaqa es «una reunión de personas sentadas en un círculo» o «una reunión de estudiantes alrededor de un maestro» [17]. A los eruditos visitantes se les permitía sentarse al lado del profesor como una señal de respeto, y en muchas Halaqas una sección especial estaba siempre reservada para los visitantes [18]. Aunque los maestros estaban a cargo de las Halaqas, a los estudiantes se les permitía – de hecho se len animaba – a desafiar y corregir al maestro, a menudo en acalorados intercambios [19]. Las disputas, sin restricciones, en todos los campos del conocimiento tenían lugar el viernes en los círculos de estudio celebrados alrededor de las mezquitas [20], y no se imponían barreras [21].

Al-Bahluli (d.930) un magistrado de una ciudad en Iraq fue a Bagdad, acompañado por su hermano, para hacer una ronda de visita de tales círculos de estudio. Los dos se encontraron con una en la que un erudito «ilumindao de inteligencia» respondía a todos los concurrentes en muchos campos diferentes del conocimiento [22]. Ibn Battuta escribió que más de quinientos estudiantes atendían los Halaqas de la mezquita Ummayad [23]. La mezquita de Amr ibn Al-‘Aas en El Cairo tenía más de cuarenta Halaqas en un momento [24], mientras que en la mezquita principal de El Cairo había ciento veinte [25]. El viajero y geógrafo Al-Muqaddasi informa que entre las dos oraciones principales de la tarde, mientras él y sus amigos se sentaban a hablar en la mezquita de Amr ibn Al-‘Aas, oyó un grito que decía: «¡Volved vuestros rostros a la clase!». Y se dio cuenta de que estaban sentados entre dos Halaqas; la mezquita estaba llena de clases de derecho, Corán, literatura, filosofía y ética [26].

En la mayoría de las mezquitas grandes la enseñanza y el estudio se convirtieron en profesiones de pleno derecho y la escuela de la mezquita se convirtió en una academia e incluso más adelante se convirtieron en universidades. De esta manera, surgieron importantes centros de educación superior. Se hicieron muy conocidas y atraían a un gran número de estudiantes y eruditos, incluyendo los nombres más ilustres de la erudición musulmana. En Basora, en Irak, Al-jalil ibn Ahmad fue profesor de filosofía en una mezquita y uno de sus estudiantes fue Sibawayh, que más tarde se convirtió en uno de los mayores gramáticos árabes de todos los tiempos. Las universidades de la España musulmana, en particular las de Granada, Sevilla y Córdoba, que evolucionaron a partir de mezquitas, se tenían un reputación muy alta en todo el mundo. Entre sus graduados estuvieron Ibn Rushd (Averroes) e Ibn Bajja. En la Universidad de Córdoba, en el siglo IX, cuatro mil estudiantes se matricularon solamente en el departamento de teología, y el número total de estudiantes que asistieron a la Universidad fue de casi once mil.

Muchos de los centros musulmanes de aprendizaje todavía existen hoy, y se consideran las universidades más antiguas del mundo. Entre ellos están Al-Qayrawan y Al-Zaytuna en Túnez, Al-Azhar en Egipto y Al-Qarawiyin en Fez, Marruecos.

La «gloria» de Al-Qarawiyin, que fue establecida en el siglo IX, fue su cuerpo de eruditos, los ulemas. Entre los eruditos que estudiaron y enseñaron estaban Ibn Khaldún, Ibn Al-Khatib, Al-Bitruji, Ibn Harazim, Ibn Maymun e Ibn Wazzan. Al-Qarawiyin atrajo a un gran número de estudiantes de todo el norte de África, España y el Sahara, los cuales en general, eran alojados por las sucesivas dinastías marroquíes y la gente común de Fez.

Los eruditos de Al-Azhar, que es probablemente la universidad islámica más famosa hoy, incluyeron a Ibn al-Haytham, que vivió allí por un largo período; Al-Baghdadi, quien enseñó medicina allí a finales del siglo XII e Ibn Jaldun, quien enseñó allí hacia el final del siglo XIV, después de mudarse desde Al-Qarawiyin. En la víspera de la ocupación británica de Egipto en 1881, había 7600 estudiantes y 230 profesores en Al-Azhar. En los primeros tiempos del Islam, las mezquitas enseñaban una o más de las ciencias islámicas, pero después de mediados del siglo IX, se dedicaron cada vez más a los temas jurídicos [27]. Los temas científicos también eran enseñados, incluyendo la astronomía, la ingeniería y la medicina en Al-Azhar [28], como también fue enseñado en la mezquita de Ibn Tulun en Egipto [29].

En Irak, farmacología, ingeniería, astronomía y otros ciencias eran enseñadas en las mezquitas de Bagdad, y los estudiantes iban desde Siria, Persia y la India para aprender estas ciencias [30]. Mientras que en la mezquita de Qarawiyin, había cursos de gramática, retórica, lógica, matemáticas, y astronomía [31], y posiblemente historia, geografía y química [32]. En Qayrawan y Zaytuna en Túnez, la gramática, las matemáticas, la astronomía y la medicina se enseñaban junto con el Corán y la jurisprudencia islámica [33]. En Qayrawan, Ziad impartió clases de medicina. Ibn Khaldun, Ishaq Ibn Imran e Ishaq Ibn Sulayman [34], cuyas obras fueron posteriormente traducidas por Constantino el africano en el siglo XI, se enseñaron en Salerno, en el sur de Italia, que se convirtió en el primer instituto de educación superior en Europa latina.

La fundación de las universidades a traves de las mezquitas

Las mezquitas asumieron gradualmente más funciones, además de la enseñanza. A raíz de esta evolución, Makdisi afirma que en el siglo X hubo un florecimiento de un nuevo tipo de universidad, que combinaba la mezquita con un khan o una posada para alojar estudiantes de derecho de fuera de la ciudad. El gran patrocinador de esta etapa en el desarrollo de la universidad fue Badr ibn Hasanawayh (gobernador de varias provincias bajo los Buyids), y a cuyo nombre se atribuye la construcción de 3.000 complejos de mezquita-khan durante los treinta años de su gobierno [35]. La razón de estos complejos de la mezquita-khan era que los estudiantes de derecho debían cursar sus estudios durante un largo período, normalmente cuatro años para estudios universitarios, y un período indeterminado para estudios de postgrado, a menudo hasta veinte años, durante los cuales el estudiante ayudaba a su maestro en la enseñanza. La mezquita no podían ser utilizada para el alojamiento, excepto bajo circunstancias especiales, por esta razón el khan se convirtió en el lugar de alojamiento del personal y de los estudiantes y estaba muy cerca. La madrassa, que se considerará en una etapa posterior, fue, según Makdisi, la etapa final en el desarrollo de universidad musulmana, combinando la función de enseñanza de la mezquita con la función de alojamiento del khan [36]. Esto sigue la tradición establecida por el Profeta Muhammad, que la paz sea con él, cuya mezquita estaba conectada a un edificio que servía como escuela y como albergue para los estudiantes pobres y los del extranjero [37].

La asistencia a los estudiantes en las mezquitas era considerable. En Qarawiyin, por ejemplo, los estudiantes no sólo estaban exentos de pagar honorarios, sino que también recibían asignaciones monetarias periódicamente [38]. Dodge afirma que los estudiantes vivían en cuadrangulares residenciales, que contenían edificios de dos y tres pisos de diferentes tamaños, cada uno acomodando a 60-150 estudiantes, que recibían asistencia para comida y alojamiento. El número de estudiantes en Al-Azhar fue siempre alto, Al-Maqrizi menciona 750 estudiantes extranjeros de tierras tan lejanas como Marruecos y Persia que residían en la mezquita en un momento dado [40], además de estudiantes de todo Egipto. Estos estudiantes, que no tenían casas en El Cairo, eran asignados a una unidad residencial, la cual recibía una dotación para cuidarlos. En general, las residencias daban a sus residentes pan gratias, que complementaba la comida que les daban sus familias, mientras que los estudiantes más acomodados podían permitirse vivir en alojamientos cerca de la mezquita. Cada unidad de residencia también incluía una biblioteca, una cocina, un lavabo, y cierto espacio para los muebles [41]. En su visita a Damasco, el viajero Ibn Jubayr informó del elevado número y variadas instalaciones para estudiantes extranjeros y visitantes en la mezquita Umayyad [42], lo que le indujo a declarar que «cualquier persona en Occidente que busque el éxito, que venga a esta ciudad a estudiar, porque la asistencia aquí es abundante. Lo principal es que el estudiante aquí está aliviado de toda preocupación por comida y alojamiento, lo cual que es de gran ayuda. [43]

Los gobernantes desempeñaron un papel importante en la dotación de mezquitas con fines educativos. En la mezquita de Qarawiyin, había tres bibliotecas separadas, siendo la más prestigiosa la biblioteca de Abu Inan [44], fundada por el sultán Merinid Al-Mutawakkil Abu Inan. Lector y coleccionista ávido, el Sultán donó libros sobre temas como la religión, la ciencia, el intelecto y el lenguaje a su nueva biblioteca, y también nombró a un bibliotecario para encargarse de ella [45]. En Túnez, cuando los españoles ocuparon Túnez entre 1534 y 1574, saquearon sus mezquitas y bibliotecas, y sacaron muchos de los preciosos libros y manuscritos [46]. Posteriormente el sultán otomano expulsó a los españoles y restauró y amplió la mezquita Zaytuna, sus bibliotecas y madrasa y lo convirtió de nuevo en un centro de alta cultura islámica [47]. En El Cairo, en 1365, el príncipe mameluco Yalbagha Al-Umari ordenó que cada estudiante de la mezquita de Ibn Tulun recibiera cuarenta dirhams (la unidad monetaria básica de ese tiempo) y cierta cantidad de trigo cada mes [48]. Los mamelucos también pagaron los salarios y estipendios de un gran número de maestros y estudiantes [49]. Esta tendencia fue especialmente estimulada por el sultán Husam Al-Din Lajin, quien restauró la mezquita de Ibn Tulun en el distrito de Qatayi en El Cairo, pagó salarios a los profesores y estipendios a los estudiantes y pidió a su médico, Sharaf al-Din Muhammad ibn al-Hawafir, que diera claeses de la medicina allí [50].

La siguiente historia ilustrará de gran manera la educación y la vida en general en la edad de oro del Islam [51]. Cuando Ibn Tulun gobernaba Egipto, algunos estudiantes asistían a la clase de un profesor que dictaba diariamente una porción tan pequeña del texto de estudio que se les acabó el dinero antes de que el curso hubiese terminado y tuvieron que vender todo lo que tenían para comprar comida. Después de pasar hambre durante tres días, recurrieron a mendigar, aunque ninguno de ellos quería enfrentarse a tal desgracia. Así que lo echaron a suertes y el que perdió fue a un rincón de la mezquita donde vivían y le pidió a Dios que lo liberara de su situación. Justo entonces llegó un mensajero de Ibn Tulun con dinero, porque este, en un sueño, había sido advertido de que debía ayudarlos. También recibieron un mensaje diciendo los visitaría en persona al día siguiente. Para evitar ese honor, que podría haber sido visto por otros como un deseo de gloria personal, los estudiantes huyeron de El Cairo esa noche. Ibn Tulun compró la totalidad de la manzan y dotó con ella a la mezquita para el beneficio de los estudiantes y los extranjeros que residen en ella.

Difusión del modelo islámico de educación en la mezquita a Europa

El modelo islámico de educación influyó a Europa, y más tarde al resto del mundo, en muchos aspectos, como en su universalidad y sus métodos de enseñanza y concesión de diplomas. Georges Makdisi ilustra bien esta influencia, mostrando que aspectos de la educación universitaria como la tesis doctoral y su defensa, la revisión por académicos del trabajo académico basado en el consenso de los compañeros y, lo más importante, el concepto de libertad académica para profesores y estudiantes, fueron adquiridos por Europa del mundo musulmán. Las discusiones académicas abiertas en las mezquitas fueron, con seguridad, la fuente principal de estas influencias en tiempos en que la intolerancia científica gobernaba en otros lugares y el pensamiento académico libre a menudo era castigado con ardor en la hoguera. La influencia académica llegó también en los muchos libros escritos por eruditos islámicos que se convirtieron en los textos básicos de la educación en las primeras universidades europeas (Montpellier, Bolonia, París, Oxford etc.) que fueron fundadas entre los siglos XII y XIII. Hubo muchas otras maneras en que los musulmanes influyeron en la educación en Europa, que son demasiado largas y demasiado detalladas para referirlas aquí. Pueden consultar a las excelentes obras de Makdisi y Ribera [52].

Por último, para responder a quienes culpan al Islam de la decadencia de la civilización musulmana en vez de a la ocupación y devastación de sus centros de aprendizaje, como Córdoba, Bagdad y Sevilla, concluimos que desde sus primeros días el Islam fue de la mano con la erudición y el conocimiento. Además de los versículos del Corán y los dichos del Profeta que instan a la gente a aprender y buscar conocimiento, la mezquita, símbolo concreto del Islam, fue el centro de aprendizaje más importante en el mundo musulmán. De hecho, en la mayoría de los países musulmanes, la palabra Yami significa a la vez mezquita y escuela. En árabe, la palabra para la universidad, Yami’a, se deriva de Yami (mezquita). Ninguna derivación similar existe en ninguna otra lengua o cultura, y no hay mejor ilustración de la asociación entre el Islam y la educación que este.


Fuente: http://www.muslimheritage.com/ – Todas las referencias en este link – Traducido y editado por Truth Seeker Es

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