Por: Samah Elhajibrahim
La felicidad para Alfarabi es el bien absoluto. Es el bien que se desea por uno mismo, donde no hay nada mejor que lograr. Lograr la felicidad es el propósito de la vida. Alfarabi hace de la felicidad la razón de la existencia humana. Afirma expresamente que Dios nos creó para alcanzar la felicidad, la máxima perfección. Para Alfarabi, cualquier cosa que ayude a una persona a alcanzar la felicidad es buena y cualquier cosa que obstruya a una persona de alcanzar la felicidad es mala. La felicidad se logra cuando el alma de la persona alcanza la perfección, en la cual no necesita ninguna sustancia material para existir. Uno no solo necesita comprender y ser consciente de la felicidad; también hay que desear la felicidad y convertirla en el propósito de la vida. Si el deseo de felicidad es débil y uno tiene un propósito diferente en la vida, el resultado será malo («El logro de la felicidad» 25-46)
Alfarabi describe cada una de estas virtudes y artes en detalle y muestra cómo se pueden alcanzar. Las virtudes teóricas consisten en las ciencias, cuyo propósito es comprender a todos los seres con absoluta certeza. Una parte de las virtudes teóricas es poseída por personas sin una conciencia de cómo fueron adquiridas. Estas son las primeras premisas o conocimientos primarios. Primero, una persona debe comprender las condiciones y los estados de las primeras premisas y su orden. El resto se adquiere por investigación, meditación, enseñanza y aprendizaje. En esta etapa, una persona investiga los principios de ser de los animales, los animales racionales (seres humanos), los principios físicos, el alma, el intelecto y los inteligibles.
Una vez que se conozcan los principios del ser, esto requerirá que la persona busque otros principios superiores que no sean corpóreos o cuerpos, sino que sean metafísicos. Alfarabi afirma que los principios naturales no son suficientes para comprender la metafísica y alcanzar la felicidad y la perfección. Se necesitan otros principios, a saber, principios racionales e intelectuales.
Una comprensión básica de los principios intelectuales no es suficiente para el logro de la felicidad. Hay que trabajar con estos principios intelectuales. Según Alfarabi, una persona debe unirse a otros seres humanos para trabajar con estos principios porque un individuo aislado no puede alcanzar la máxima perfección. Para Alfarabi uno no puede alcanzar la felicidad fuera del marco de la asociación política.
De esta asociación emerge la ciencia del hombre y la ciencia política. La ciencia del hombre es el examen del propósito para el cual el hombre está hecho. Alfarabi explica que en estas ciencias, que son metafísicas, se deben entender las primeras premisas de este género. Uno debe investigar y comprender cada ser en este género hasta que alcance un ser que no posee ningún principio, sino que es el primer principio de todos los seres. Después de comprender este Ser que no tiene defectos, uno debe investigar la influencia de este Ser en todos los demás seres. A través de esta investigación, una persona llega a conocer las causas últimas de los seres.
Fuente: https://sites01.lsu.edu/ Traducido y editado por Truth Seeker Es