Por: Redacción
La mezquita es el lugar de reunión para postrarse ante el Creador. Es el lugar hacia el que el musulmán se siente inclinado, puesto que es el lugar donde va a confirmar su experiencia de la Realidad junto con otros hombres. Es el lugar del que el Mensajero, que la paz sea con él, dijo que “aquel cuyo corazón está ligado a la mezquita desde que la deja hasta que regresa a ella” será una de las personas que Allah cubrirá con Su sombra cuando no haya más sombra que la Suya.
Es muy interesante resaltar de este Hadiz que dice “desde que la deja hasta que regresa a ella”. Es decir, que cuando el musulmán está en la mezquita su corazón no está pendiente de los asuntos mundanos, sino absorto en la contemplación de la Realidad; y cuando tiene que dejar este estado, cuando tiene que dedicarse a los asuntos de este mundo, su corazón anhela volver allí donde encuentra paz, en la mezquita.
Por esta razón podemos decir que la mezquita es una quiblah, es una dirección hacia la que el musulmán se vuelve. En árabe, la palabra corazón, qalb, significa algo que se vuelve hacia otra cosa. El corazón del musulmán, aunque esté dedicado a los asuntos que Allah nos ha ordenado cuidar como buscar una provisión halal, cuidar de nuestros padres y familias, ayudar a los demás, etc. su corazón está vuelto a la Realidad, está ligado a la mezquita. En todo cuanto hace, su corazón está vuelto hacia Allah, está ligado a él.
De esta forma la mezquita actúa como quiblah, dirección, de la comunidad y de la sociedad, y la mezquita en sí tiene una quiblah, que es la primera casa establecida para la adoración de Allah:
Es cierto que la primera casa (para la adoración) que fue erigida para los hombres fue la de Bakka (Meca), bendita y guía para todos los mundos. (3:96)
La Primera Casa, que fue construida o reconstruida por Ibrahim, que era un Hanif, un hombre cuya inclinación natural era volverse al Creador y reconocerle. Por lo tanto podemos decir que la mezquita actúa como dirección del musulmán durante su vida, un lugar concreto al que regresa constantemente puesto que esta, a su vez, esta orientada, está dirigida, hacia la adoración primigenia, incorrupta, hacia el reconocimiento de la Realidad.
Cuando el ser humano navega por los mares de este mundo siempre busca una dirección. El hombre, al nacer, comienza a navegar y tiene un destino final que es claro, la muerte, pero no sabe cómo va a llegar ni cuando y por lo tanto, siempre busca un dirección, especialmente cuando llegan las tormentas y se encuentra desconcertado. En ese momento el marino saca la carta de navegación o mira a las estrellas, y busca su guía.
En este mundo moderno, donde todo nos llama a la distracción de esta realidad ineludible, que el ser humano va a morir, que ese es su camino, y que cuando muera despertará a la realidad, como dijo Ali ibn Abi Talib, que Allah esté complacido con él, la mezquita es nuestra dirección hacia la que nos volvemos y que nos recuerda de dónde venimos y hacia dónde vamos.