La grandeza y la decadencia de la desviación materialista

La grandeza y la decadencia de la desviación materialista

La grandeza y la decadencia de la desviación materialista

Autor: Harun Yahya

El siglo XIX fue el período que presenció los errores más grandes en la historia de la  humanidad. Estos errores empezaron con la imposición  de la antigua Grecia sobre la filosofía materialista europea.

El error más grande de este período fue la teoría darwinista de la evolución. Antes del nacimiento del darwinismo, la biología se aceptaba como una rama de la ciencia que proporcionaba la evidencia de la existencia de Dios. En su libro la “Teología Natural”, el famoso autor William Paley mantuvo eso: “como cada reloj demuestra la existencia de un relojero, los diseños naturales demuestran la existencia de Dios.”

Sin embargo, Darwin rechazó esta verdad en su teoría de la evolución. Retorciendo la verdad para dejar cabida a la filosofía materialista, él reclamó que todos los seres vivos eran el resultado de causas naturales al azar. De esta manera creó un antagonismo artificial entre la religión y la ciencia.

En su libro, El Legado Mesiánico, los autores ingleses Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln dicen algo al respecto:

“Para Isaac Newton, un siglo y medio antes de Darwin, la ciencia no estaba separada de la religión sino al contrario, un aspecto de la religión, y en último extremo subordinada a ella…Pero la ciencia en el tiempo de Darwin llegó a ser precisamente eso, despojándose del contexto en el que había existido previamente y estableciéndose como un rival absoluto, un depósito alternativo de significado. Como resultado, la religión y la ciencia ya no se encontraban en un mismo camino, sino se pusieron una en contra de la otra, y la humanidad fue forzada cada vez más para escoger entre ellos.”

No sólo la biología, sino también otras ramas de la ciencia tales como la psicología y la sociología se desviaron según la filosofía materialista. La astronomía ha sido influenciada por los dogmas materialistas de la Grecia pagana antigua; una fe metafísica en un «cosmos eterno» llegó a ser la norma. El nuevo objetivo de la ciencia era confirmar la filosofía materialista.

Estas ideas erróneas han arrastrado al mundo científico hasta un callejón sin salida en los pasados 150 años. Miles de científicos de diferentes campos se esforzaron en demostrar la teoría de Darwin u otras teorías materialistas. Pero al final resultaron desilusionados.

La demostración científica se mostró exactamente contraria a la conclusión que ellos quisieron alcanzar. Es decir, confirmó la verdad de la creación. Hoy el mundo de las ciencias está asombrado por esta verdad. Cuando la Naturaleza es examinada, pensamos en la existencia de un plan y de un diseño complejos en cada detalle y esto ha vencido a las bases de la filosofía materialista.

Por ejemplo, la estructura extraordinaria del ADN muestra a los científicos que no es el resultado de leyes naturales al azar. El ADN de una sola célula humana contiene suficiente información para llenar un total de 900 volúmenes de una enciclopedia. Gene Myers, un científico de la “Compañía de Celera” que apoya el Proyecto Humano del Genoma, dice:

        “Lo que realmente me asombra es esa arquitectura de la vida… El sistema es extremadamente complejo. Está como ya fue diseñado… hay una inteligencia inmensa allí.”

Esta realidad asombra al mundo científico entero. Los científicos ven con sorpresa la invalidez de la filosofía y el darwinismo materialistas que ellos han aprendido como verdad, y algunos de ellos declaran esto abiertamente. En su libro, “La Caja Negra de Darwin”, el bioquímico Michael Behe, uno de los críticos destacados del darwinismo, describe la situación del mundo científico de la siguiente manera:

        “Durante las pasadas cuatro décadas la bioquímica moderna ha destapado los secretos de la célula. El progreso se ha ganado arduamente. Ha requerido que miles de personas dedicaran sus mejores momentos de su vida al tedioso trabajo en el laboratorio…

El resultado de estos esfuerzos acumulativos en la investigación celular a nivel molecular, es un logro abismal, tan obvio y tan significativo que se debe considerar como uno de los logros más grandes en la historia de la ciencia…

Pero, ninguna botella se ha descorchado, tampoco las manos aplaudieron. ¿Por qué la comunidad científica no abraza con avidez su sorprendente descubrimiento? El dilema es que mientras un lado del [asunto] es atribuido al diseño inteligente, el otro lado se debe atribuir a Dios.”

La misma situación existe en la astronomía. La astronomía del siglo XX ha derribado las teorías materialistas del siglo XIX. Primero con la teoría del “Big Bang”, mostró que el universo tuvo un principio, el momento de la creación. Desde entonces se ha dado cuenta de que en el universo hay un equilibrio extraordinariamente delicado que protege la vida humana – un concepto conocido como el principio entrópico.

Por estas razones, en el mundo de la física y la astronomía, el ateísmo está en rápido descenso. Como el físico Americano Robert Griffiths dice en broma: «Si necesitamos a un ateo para un debate, voy al departamento de filosofía. El departamento de física no sirve de gran cosa.»

En resumen, hoy en día la filosofía materialista se está desplomando. La ciencia está descubriendo nuevos hechos muy importantes rechazados por la filosofía materialista y de esta manera un concepto nuevo de la ciencia nace. La “Teoría Inteligente del Diseño”, que ha tenido mucho éxito en los Estados Unidos durante los pasados 10 años, forma parte guiadora de este nuevo concepto científico. Los que aceptan esta teoría, aseguran que el darwinismo es el error más grande en la historia de la ciencia y que debe haber un diseño inteligente en la naturaleza que da pruebas de la creación.

Fuente: harunyahya.com con alguna modificaciones editoriales

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